martes, 20 de julio de 2021

LA ESTATUA INCÒMODA


 Después del melodrama la tragedia, luego el debate público y de ahí a las pasiones del papel couche, la vida de Lady Diana fue una montaña rusa que en las pantallas no alcanzó las dosis de lágrimas prometidas. El monumento que han develado sus hijos, el príncipe de Gales y el duque de Sussex, después de que Harry develó las más incómodas intimidades de ese corporativo al que llaman palacio, al igual que la serie de Netflix, es una obra que sin representarla, crea una molesta presencia.

La escultura es naturalista, obra del famoso escultor Ian Rank Broadley, que ha realizado hermosos memoriales como el de Las Fuerzas Armadas Británicas, el de Diana es su peor obra.  Representa a la princesa de pie, vestida con una falda recta, blusa y cinturón ancho, el pelo corto que llevó al final de su vida, recrea el outfit que usó para la fotografía de su tarjeta de Navidad en 1993, cuando ya estaba separada del el príncipe Carlos. Con los brazos abiertos, y escoltada por una niña y dos niños que simbolizan a la infancia que ella ayudó “incansablemente”.  Lo niños obviamente, no son sus hijos, decisión intencional, es una separación más allá de la muerte.

La escultura tiene la frialdad y falta de romanticismo que la corona trata de imponer en la vida de Diana, una persona adicta a las emociones. Es una obra corporativa, institucional, pensado por un comité, es evidente el gran esfuerzo en desmitificarla.

Al comparar la fotografía de Diana con ese vestuario con la escultura, la sofisticación y la elegancia desaparecen. En el caso de que viéramos esta escultura sin conocer el contexto, de quién es la mujer y la escandalosa historia de su vida, pensaríamos en  una maestra de escuela con tres niños, pero nunca la mujer que con su muerte violenta, sacudió los cimientos políticos de Gran Bretaña, hasta cuestionar la figura de la nobleza.

 

Las fotografías de la boda de Diana, con ese vestido cursi, enorme, de cuento de hadas, las imágenes de ella llorando en cuanto evento público asistía, o riendo a la prensa en su relación bipolar con su imagen y con el mundo, su obsesión con la moda, eran parte de su personalidad, y esta escultura es una manera institucional, por parte de la corona, de terminar por fin con ese mito, es decir, en lugar de perpetuarla, la sepulta de forma definitiva.

Los príncipes se reunieron después de su mediático berrinche y de regalarle al mundo un drama de chismes digno de Oscar Wilde y el Daily Mail, retiraron la tela verde que cubría el monumento en un evento desangelado, “íntimo y familiar”, sin familiares cercanos, sin el príncipe Carlos, sin la reina, las ausencias que no olvidan.   

La inmortalización de Lady Diana seguirá en las páginas de los tabloides, quienes han documentado con lealtad fanática su vida. Espero que entre en la saga de las Princess de Disney, y las niñas la adopten como su ídolo voluble, fashionista vestida de Versace,  y melodramático.  

Síganme en YouTube Canal de Avelina Lèsper  videos sobre arte, los espero. 

 

miércoles, 7 de julio de 2021

LA GITANA


 La esperanza alienta. La espera castiga, es una prueba de templanza, la austeridad de un tiempo sin horizonte. La esperanza induce al engaño. Detrás de la espera, se esconde la desilusión. Sin término medio, alejamos las dudas con la magia de lo incierto, con la improbable predicción del oráculo.

El Barroco inventó el realismo, llevó la “naturalidad” más lejos del detallismo de la Edad Media, para hacer de la carne y el espíritu un estado verosímil, capturar la apariencia de la existencia. Bartolomeo Manfredi, pintor virtuoso y erudito, capta con una precisión, que hoy se llamaría híperrealista, la esperanza que se confunde con más dudas, en su óleo La Lectora de la fortuna (1616-1617).  La gitana está ciega, como Tiresias, es capaz de conocer el destino con la mirada de la sabiduría que contiene el tiempo, es la mente prodigiosa de los oráculos. La ceguera que es capaz de percibir lo que la mirada mundana no alcanza. Sin ver la mano de la dama, le describe lo que las líneas del destino le tienen designado. Sus ojos están fijos, sus dedos tocan la palma de la mano, y señalan. La dama elegante, a la moda con un sombrero, y vestido de seda, inclina la cabeza en ese gesto de pensar en lo que oímos, es la otra mirada: la del sonido, las palabras y su significado. La luz, ese invento del Barroco, la luz, que es personaje, dictador, narrador y artificio, va de derecha a izquierda, de la gitana a la dama, la luz de las palabras, le ilumina el rostro. Al lado de ellas, dos personajes,  otra gitana que acompaña a la adivina, y un hombre ojeroso, con sombrero tocado por una pluma roja, que mira con atención intrigado a la gitana. Los amantes y la adivina, lo que ellos ocultan, la adivina lo revela, con la luz del Barroco.

El contraste es la penumbra, que cubre a la otra gitana, de manos agiles, que roba mientras la Pitonisa habla. La esperanza y la espera, la ilusión y el desengaño.

La incertidumbre es la penumbra que los rodea, esa que crea el contraste con la luz, el dibujo de los rostros, la ropa, las ojeras del hombre, el refugio de la belleza. La gitana en trance, sus ojos encima de la realidad, son los ojos de Manfredi, de Tiresias, de la edad del mundo.

Sucedió hace cinco siglos, era la cotidianeidad de enfermedad, guerras y amores frustrados, como lo es ahora. Esa esperanza seduce a la joven dama a preguntar al oráculo los secretos que la  vida no responde, pasan por encima de la espera para agarrase de los harapos de la esperanza.

 

MIRAR Y ESPERAR


 El viento mueve las ventanas, lanza el polvo en olas ingrávidas. Mi gato desde la azotea espera alerta, el aire le agita el pelo y los bigotes, inmóvil, la paciencia del cazador, aguarda a las palomas. El cielo está cubierto por un infinito telón blanco, y la luz posee esa delicadeza fría, enceguecedora, que antecede a la lluvia. Es simple, y es suficiente para una pintura, para el arte no existen las grandes razones, existen los grandes instantes, el prodigio de estar y la necedad de perpetuar. El artista es como mi gato, un paciente cazador de esos instantes, de ese silencio que podría ser habitado por música, de ese color y ese viento que debería ser una pintura, del movimiento del polvo que es danza.

Lo es, la vida es el motivo del arte, y los seres humanos debemos saber mirarla para entender por qué una obra maestra es austeramente una mesa con un cuenco de frutas de Cézanne, o la luz sobre el vestido blanco de una mujer en la playa de Sorolla. Antes que aprender a ver el arte, debemos aprender a ver la vida, a escucharla, a sentirla y describirla. Amando el valor y la pronunciación de las palabras podemos amar la poesía; atestiguando nuestra voluble e impredecible naturaleza, gozaremos del teatro; y buscando los sonidos de nuestro cuerpo, nuestra voz y pasos, sabremos para qué inventamos la música.

El arte no es especulación retórica, no es la ociosidad mezquina  de las obras que carecen de factura, creación, talento, que se sostienen en la especulación económica y en la arrogancia del arte VIP. Tomar un objeto cualquiera y destinarlo como arte, hacer de la memorabilia y el chantaje social o emocional el pretexto de una obra de arte VIP, no es observar la realidad, es repudiar nuestra capacidad de comprenderla y transformarla.

La decadente y estulta imagen del arte contemporáneo VIP, su acumulación de ideas y objetos, demuestra que una parte de la sociedad se empeña en que dejemos de comprender para en cambio imitar, y sumar personas incapaces de crear, lo que las obliga a obedecer. El que imita y no puede aportar, obedece, es proclive a la manipulación, se suma a un pensamiento cómodamente masificado.

La más violenta y contestataria actitud, el acto más arriesgado de valentía es observar la realidad, comprenderla y transformarla, en una obra, es el acto de libertad que da sentido a nuestra  condición humana. Esas obras son nuestra propia vida, cada gesto de nuestra existencia está guiado a la trasformación de la misma. Hemos crecido y sobrevivido con ese impulso, y con él sumamos conocimiento. Dejar de cambiar lo que vivimos, de admirar la naturaleza en la que habitamos, nos haría desaparecer como individuos y como especie. El arte y la ciencia son esos pasos fundaménteles en nuestra supervivencia que le dan espacio al espíritu, y que me dan espacio para mirar a mi gato en la azotea.

miércoles, 16 de junio de 2021

¿EL MUNDO HA CAMBIADO?


 Al finalizar la Segunda Guerra Mundial el ambiente era eufórico, sensual, excitante, los triunfadores eran los sobrevivientes, los que había resistido la tragedia y la violencia. El pintor Lucian Freud, nacido en Alemania y emigrado a Londres durante la guerra, en una entrevista narra la atmósfera de libertad y deseo que se respiraba entre las ruinas de la ciudad de Londres, el enorme deseo de besar a la gente, de abrazarse.

El mundo no ha cambiado, ni nosotros tampoco, contemplo los cuerpos desnudos que ha pintado Lucian Freud,  la vulnerabilidad de la carne, los miembros entregados a la observación del artista, y somos ese cuerpo que se enferma en una pandemia, que se destroza en una guerra, vivimos, somos a través de ese conjunto de vísceras, piel y emociones. Europa se volcó en fiestas, celebraciones, fue la orgía que consagraba la vida. La diferencia con este final de la cuarentena, es que no hay esa sensación de triunfo, al contrario, se respira un cese sin optimismo. El tránsito de un periodo de pérdidas no anuncia que este vaya a terminar.

Al final de las guerras viene un furor de la reconstrucción, la reunificación, un deseo de sanar heridas, de recuperación, en nuestro país no es así. No se ha lanzado un sólo plan de recuperación para el arte y la cultura, no hay una sola propuesta para motivar al público para que regrese a los museos, los teatros, salas de conciertos, la danza, es decir, la actividad que incentiva a la creación. Al final de las guerras hay ciudades destrozadas, en nuestro propio final de capítulo hay miles de negocios destruidos, millones de empleos perdidos, las escuelas están saqueadas, y eso es parte de esta sensación de que no ganamos una lucha, porque no hay señales de gloria.

En la Ciudad de Nueva York van a organizar un gran concierto en Central Park, para celebrar que ya terminó la cuarentena, que regresan a la vida, se anuncia la reapertura de Broadway, aquí el luto es porque el gobierno, el poder, no fue suficientemente halagado en las elecciones. En su arrogancia no hay más pérdida que su imagen sucia en el espejo.

Contemplo las pinturas de Lucian Freud, escucho las Partitas para piano de Bach, y veo que la belleza existe a pesar de nosotros y para nosotros.  Lo que nos ha demostrado esta pandemia es que en este país el poder no está a la altura de las tragedias. En el recuento de los acontecimientos, podremos decir que lo poco que se haya ganado es saber que seguimos siendo ese cuerpo que pintó Lucian Freud, y que nuestra vulnerabilidad es nuestra naturaleza, capaz de sobrevivir sin esperanza.

lunes, 31 de mayo de 2021

CEREBRO INVISIBLE


 “En el vacío hay un contenedor de posibilidades positivas y negativas, que son constantemente equivalentes. En definitiva hay una densidad de eventos”. Esta frase sin sentido y contradictoria en sí misma, es parte del argumento del artista VIP Salvatore Garau para  justificar la existencia de su “escultura invisible”, es pertinente aclarar que ese contenedor en el que está el vacío es su cráneo, el cual está habitado por un cerebro invisible. La escultura invisible fue en subasta y alcanzó el módico precio de 15 mil euros, se titula Io Sono, (Yo Soy). El precio tan bajo explica que sea una escultura pequeña, según el autor mide aproximadamente 1.50 por 1.50 metros. Es lamentable que los artistas VIP se limiten de esa manera, que tengan tan poca imaginación, si iba a ser invisible, podía ser un fragmento de la Muralla China y medir varios kilómetros, o un rascacielos de Dubái con arsenal, tiendas de lujo y jacussis de oro. Es un síntoma de la crisis del arte VIP. Se dice que un museo está gestionando crear un espacio escultórico de obras invisibles, y el curador escribirá un texto inverosímil para cada obra.

La escultura fue entregada con su respectivo certificado de autenticidad, detalle muy importante, demuestra que el artista VIP y su galería no son unos vulgares timadores, no, simplemente son los típicos miembros del arte VIP. Con este certificado el dueño puede asegurar la escultura, prestarla a un museo, venderla, o ponerla en garantía por un préstamo bancario, ese certificado es dinero visible, cash flow. Es la magia de este sistema artístico y económico: la nada o el vacío se trasforman en dinero.  

Las obras invisibles deberían adquirirse con dinero invisible, es lo justo, pero no es así, lavar dinero visible con obras invisibles es un gran negocio de la actualidad, lo más penoso es que ni con estos alicientes la creatividad VIP se motiva.

En esta sociedad decadente, enviciada en su propio ridículo, el arte VIP es una de sus patologías. La venta de una obra así es posible porque el arte VIP es el emblema de un sistema social y económico carente de ética, que ha pervertido el significado del arte y la libertad.

La obra efectivamente existe, y el nombre es perfecto Io Sono, (Yo soy), y debe seguir: “Yo Salvatore Garau, soy parte de un sistema corrupto y lo exploto, me hago publicidad con él y por fin soy un artista internacional”. La existencia de esta obra se consagrará cuando la expongan en uno de los miles de museos de arte VIP de los que está exiliado el talento, y son controlados por curadores charlatanes.

La obra existe y es perfectamente visible, su venta la hizo visible, evidente y obscena. Su existencia demuestra que podemos ir cada vez más lejos, y que el arte contemporáneo VIP es un factor fundamental en la deshumanización de esta sociedad hasta despojarla de lo más esencial: la inteligencia.

jueves, 20 de mayo de 2021

PREMIO AL MASOQUISMO


El masoquismo, exhibicionismo, degradación, humillación, escatología, abuso físico y emocional, el chantaje lastimero recibieron un gran galardón: el Premio Princesa de Asturias de las Artes. ¿Cuáles artes premiaron? Las de la artista VIP Marina Abramovic por formar parte de la corriente del arte VIP, el más facilón de la actualidad. A partir de hoy es canon, si alguien decide darse de latigazos, que una multitud toquetee a una mujer desnuda, la hieran con espinas, y que esta se marque con una navaja, no es un show porno, es arte de museo al que hay que dar becas y apoyos económicos.

“Artista valiente… obra de componente sensorial y espiritual anteriormente nunca conocida”, increíble, el jurado dice que ese masoquismo patológico es un componente espiritual, demostrando que el arte VIP se rige por el pensamiento mágico, que lo aleja de todo análisis intelectual y psiquiátrico. Abramovic ha hecho de la superchería, sus supuestas meditaciones, experiencias chamánicos, etcétera, un show snob de nulo contenido antropológico,  perfecto para la credulidad obligada de críticos y académicos.

“Entrega al arte absoluto” ¿Cuál es  ese? El performance es un divertimento burgués, carente de disciplina, conocimiento, talento, dominio de técnicas, sin lenguaje estético. El arte VIP  con su falsa sobre intelectualización, hizo del performance,  una actividad visceral ajena a cualquier tipo de esfuerzo intelectual, una salida de emergencia para personas incapaces de crear una obra, que soportan con argumentos que van desde los esotéricos hasta los políticos.

Visité su show en el MoMA, The artist is present, ella sentada durante horas con su vestido rojo, y sus performanceros  desnudos en todas las salas del museo. La degradación a la que los sometió: colgados de paredes, sobre mesas, en el umbral de la puerta para que fueran tocados por el público, para el estilo VIP no es abuso sexual y psicológico, es arte.

Los performanceros y los artistas VIP deberían estar de fiesta y no es así, van a continuar son su lloradera de que nadie los entiende, y no aprecian sus “sacrificios”, como vomitar o dormir en una jaula. 

El premio no demuestra que la violencia escatológica de Abramovic y el performance sean arte, el premio demuestra que el jurado forma parte de los intelectuales empecinados en imponer el estilo artístico VIP como la estética de nuestro tiempo, estigmatizando a la sociedad que busca apreciar arte realizado con inteligencia y talento, con verdadera sensibilidad. El ser humano tiene la capacidad de apreciar la belleza y también de destruirla. Eso es lo que estamos padeciendo, y es lo que premió el jurado, además de su personal morbosidad y su urgencia de sentirse vanguardistas.

 

KILOS DE MÀS


 Entre 7 y 15 kilos es el promedio de aumento de peso de población después de la pandemia, según un estudio del New York Times. La población se dividió en dos grupos: los que desde su casa hicieron ejercicio, participaron en maratones en sus corredoras y bicicletas fijas o hicieron Yoga; y los que se sentaron en un sofá en pijama a comer papas fritas. La crisis es que se terminó la cuarentena, hay que regresar al trabajo, la vida social, y no caben en su ropa.

La misma situación la están sufriendo nuestras instituciones culturales, la Secretaría de Cultura, el INBAL, el INAH y todo su extenso y privilegiado organigrama burocrático. En lugar de trabajar como el resto de las instituciones de los países civilizados, aquí nuestra burocracia cultural se acostó en pijamas en su hamaca, a comer donas y se les acabó la cuarentena y tiene los kilos de más del Orozco Park que son sólo juntas y despilfarro, los cientos de empleados a los que no les han resuelto ni la contratación y sueldo, los colectivos de artistas sin respuestas, los museos sin programa y  sin mantenimiento, un pesado etcétera que no pueden disimular ni con faja. En estos meses en lugar de resolver problemas, los complicaron.

En los países civilizados y del primer mundo corrieron el maratón apoyando a sus artistas, a sus museos, creando planes para sacar adelante grupos de teatro, orquestas, compañías de danza y ópera, ahora regresan en forma, saludables y con actividades para celebrar a la vida. Aquí no. Estamos, como dice el estudio del NYT, en la depresión post gordura.

Nuestras instituciones están renuentes a levantarse de la hamaca, soltar su bolsa de donas, tamales y chicharrones, dejar de ver telenovelas o miniseries. Los expertos recomiendan que se apunten a un programa de adelgazamiento, descarguen un app que desde temprano los ponga a trabajar. Inimaginable, si no lo hicieron antes de esta pandemia, menos después cuando el espejo y la báscula les gritan su flojera causándoles ansiedad y depresión.

El estudio dice que lo más sencillo, y pernicioso, es culpar al mundo y a la pandemia por el sobre peso, esa será la estrategia de nuestras instituciones, en un régimen adicto a la teoría de la conspiración, que ven sabotajes y bombas en donde hay negligencia y criminal recorte de presupuesto.

Otra reacción es la negación, afirman los científicos, decir que se ven muy bien con sus 10 kilos de más, con los huipiles ni se notan, como no se nota que los museos están descuidados, que Chapultepec está seco, con las plantas marchitas y las áreas verdes destruidas, y los problemas laborales son sabotaje extranjero.

Los científicos dicen que el grupo más retrogrado asumirá esos kilos como su “nueva realidad” y sus cuerpos antes delgados como parte del pasado; ese camino ya lo emprendieron nuestras instituciones, desde que iniciamos este régimen, el apoyo a la cultura es parte del pasado, ahora toca la “austeridad”, la mezquindad y el desprecio a la importancia del arte y la cultura en la paz social. Compren huipiles doble ancho, porque no habrá manera de que disimulen estos kilos y los que seguirán acumulando.  

martes, 11 de mayo de 2021

PLAZA METAFÌSICA


 La ciudad se niega a despojarse de su soledad. Llego a un aeropuerto sin viajeros, sin largas líneas en migración. La cuidad de Los Ángeles, California apenas se atreve a despertar, el centro es un recipiente vacío, los edificios, las avenidas, reciben el sol que se corta en sombras oscuras y largas, el viento arrastra la basura, las calles habitadas por homeless y vendedores de mariguana, gozan de su propio apocalipsis.

La serie de pinturas de De Chirico, La Piazza Metafísica, son vaticinios que se volverán a repetir, postales que nos recordarán la ausencia que amenaza con volver. Las obras fueron una epifanía, abandonado al dolor y la fiebre, De Chirico contempló la Piazza de Santa Croce en Florencia, la catedral gótica blanca, que hechiza en su transformación nocturna, hace que la plaza crezca, los pasos rompan el aire, y el visitante sienta que las horas se congelan. El vértigo es herencia de sus esculturas, Stendhal lo padeció y fue su síndrome, enfermedad contagiosa, producida por el impacto visceral al contemplar la belleza, y De Chirico, infectado sintió que esa plaza tenía que perpetuarse como una pesadilla. La serie de pinturas han sido inspiración escenográfica para películas de ciencia ficción, poesía, y en este momento dictaron el paisaje de la pandemia.

Los estacionamientos al aire libre sin automóviles, las tiendas sin clientes, los restaurantes de fast food cierran sus puertas y atienden desde ventanas para no ser dormitorios. El miedo continúa. Trauma colectivo, nos empujaron al aislamiento, y ahora, como presos liberados, nos cuesta estar en la calle. De Chirico le llamó Metafísica, enfatiza la anti naturalidad de la situación, fundamentalmente teatral, artificial, imposible, pudiera ser onírica. Ese paisaje se volvió ultra físico, y verdadero. Las grandes ciudades abjuraron de su grandeza: la actividad, la urgencia de estar y moverse dentro de ellas, de participar de su ruido, agonizaron en el delirio de De Chirico.

Son las 9 de la noche y las calles están aun más despobladas que en el día, los homeless toman posesión de sus esquinas para dormir, sentados en sillas de ruedas, metidos en tiendas de campaña, resguardados en puertas clausuradas de rascacielos, cada uno tiene su calle, no la comparten, es una ley. Las tiendas de licor están abiertas, los clientes entran, hombres y mujeres jóvenes, viejos, con aliento alcohólico, compran y se pierden. Fachadas bloqueadas con tablas de madera, escaparates cubiertos de papel, los homeless son los sobrevivientes de la catástrofe, resistieron la pandemia, sin cubre bocas, sin medicinas, sin comida,  gritan desde sus calles pasajes de la biblia, insultos, el olor a mariguana es tan penetrante como el de los orines en las banquetas. En el condado de Los Ángeles hay 66 mil homeless, en Downtown habitan cerca de 2,500. Lo sabía De Chirico, en esa epifanía, ese desmayo metafísico que padeció en la Piazza de Santa Croce, lo vio, y pensó que era la muerte, que era la filosofía del sobreactuado de  Nietzsche, y no, éramos nosotros, ahora, con la luz del sol cortada por la navaja implacable de un deshabitado rascacielos. 

martes, 13 de abril de 2021

ES FALSO


El cuadro más caro del mundo, subastado en 450 millones de dólares, es falso. El Salvator Mundi, atribuido a Leonardo “Es del taller, pero no es de la mano de Leonardo”, es la conclusión a la que llegaron los investigadores, de Museo de Louvre de París al analizarlo con un acelerador de partículas, lo más avanzado para estudiar obras antiguas. En 2017 cuando subastaron la pintura escribí que no era de Leonardo, https://www.avelinalesper.com/2017/12/leonardo-da-vinci.html

No es necesario un acelerador de partículas, es evidente que las teorías de Leonardo se contradecían en esa obra. El asunto es que el jeque árabe que pagó por la pintura esa cantidad obscena, está disgustado porque el acelerador de partículas fuera insobornable, a diferencia de los “expertos” que lo autentificaron. 

El periodista francés Antoine Vitkine reveló en un valiente documental que el heredero saudí Mohamed Bin Salman, presionó al gobierno francés para que expusieran la pintura en el Louvre, al lado de la Mona Lisa y la autentificaran. No lo hicieron en una muestra de ética artística. Es una práctica común que para autentificar una obra falsa se pagan a unos “expertos”, e inventen su dictamen y posteriormente la expongan, una vez catalogada, esa obra se considera auténtica. Es un lío, porque así la obra no sirve ni para tapar un hoyo en la pared, vaya ni para imprimir calendarios o ceniceros.

Tranquilos,  aquí tengo la solución: hacer el museo “Money is the artwork” para las obras más caras del mundo. Las salas expondrán las obras por su precio, no por autenticidad, cronología, autoría o estilo. La curaduría se irá modificando según vayan los precios en subasta. La publicidad dirá que en ese museo guardan más dinero que en todos los bancos de varios países del Tercer Mundo. Al final del recorrido, entre las actividades educativas estará jugar a la subasta, una nueva versión del Monopoly, y en los souvenir habría fajos de dólares y euros  con obras de arte impresas al reverso. En este museo la calidad de la obra no cuenta, así que las obras carísimas del vulgar Jeff Koons estarán expuestas como lo merecen, igual que la falsa calavera de diamantes de Damien Hirst. Lo que no cabe son las “novedosas obras de arte digital” en NFT o el token para especular y robar, porque se desplomaron en una semana a menos del 70% de su valor.

Es lo que esta gente quiere, que digan que se queman cientos de millones de dólares en los casinos que son las subastas de Christie's y Sotheby's, no compran arte, compran fama, prestigio, y un objeto que pueden revender en dos horas. En el museo  “Money is the artwork”, el Salvator Mundi estaría salvado de su desprestigio. Es inimaginable que al príncipe saudí, experto en hacer negocios, en tratar con vendedores de armas y espías ultra secretos, no supiera que sus “expertos” lo estaban engañando, es más lógico pensar que conocía la verdadera provenance del cuadro, y su falsa atribución. Así es el mundo de los negocios,  money is a funny game.  

viernes, 2 de abril de 2021

SANGRE


El arte contemporáneo VIP medra de sus propios lugares comunes, y la sangre es uno tan explotado como el excremento o la ropa sucia. Es un recurso para hacerse los transgresores, y cubrir su ominosa mediocridad. El artista VIP Santiago Sierra realizó para el Festival de Arte Dark Mofo, del MONA, Museum of Old and New Art, de Tasmania, Australia, una obra que consistía en una bandera británica teñida con sangre donada por voluntarios de las comunidades originarias australianas. El escándalo por la obra fue inmediato, protestaron los representantes de las comunidades, los artistas aborígenes, la sociedad civil, a tal grado que al director del museo y al curador del festival les exigieron sus renuncias. La escritora Claire Coleman dijo que la obra era “asquerosa y terrible, y no debe ser considerada”. Cancelaron la obra con la consecuente lloradera de Sierra, de que lo censuran, etcétera.

Los artistas VIP son expertos en repetirse, en otra ocasión Sierra hizo lo mismo para una galería, una bandera norteamericana teñida con sangre de americanos. Descaradamente les dijo al staff de la galería que ellos “la hicieran”, que compraran la sangre a los donantes y ellos mojaran la bandera. La galería conseguido muy pocos donantes, y la bandera solo quedó manchada, cuando Sierra la vio, no le gustó, hizo berrinche y les dijo que no la quería.

La gran diferencia entre Australia y México es que aquí cuando denuncié que las obras de Teresa Margolles, eran un ultraje a las víctimas del narcotráfico y que  de ser verdad su origen, constituían una violación a los protocolos de investigación, la “intelectualidad” patriótica se lanzó a su defensa, como si fuera arte ese descarado exhibicionismo patológico.

Lo de Margolles es más grave que Sierra, porque él lo hace con voluntarios, y ella abusa de la tragedia y se roba la sangre. Contextualizando, ¿qué pasaría si un artista VIP entra en la escena de una masacre de un asesino que mató a diez personas en un supermercado en Estado Unidos, y toma la sangre del piso para hacer una “obra”? La policía lo encarcela, y ya me imagino las protestas en los medios y la opinión pública. El extremo sería que ese mismo artista VIP entre en la morgue y se fotografíe con uno de esos cadáveres masacrados y diga que es una “obra de arte”. Suena patológico, y lo es. 

En Australia, los directivos del festival aceptaron que comisionar esa obra fue una “irresponsabilidad” y una “gran falta de respeto”, “algo que no pensaron”. Eso sucede porque en Australia existe un sentido de la ética que no hay en la intelectualidad mexicana. En el mundo civilizado respetan el valor simbólico de la sangre, y que sea utilizada para una supuesta obra de arte, además ultrajando a las víctimas, no es una denuncia, es la banalización grosera de una tragedia. El gran negocio del arte VIP es la censura, ganan más fama con las prohibiciones que con sus “obras”, apuestan a lo más elemental: pornografía, violencia, escatología, es decir, apuestan a lo que sea, menos a hacer arte.  

domingo, 21 de marzo de 2021

¿Nada más 69 millones de dólares?

Si trataban de hacer una campaña publicitaria podrían haber invertido más, total, la obra no existe, el dinero no existe, los apostadores tampoco existen. El artista Mike Winkelmann, conocido como Beeple pegó en un JPG las 5000 fotos que había subido durante 5000 días a las redes e internet,  y las subastaron como una “obra de arte digital”, en 69 millones de dólares. Las fotos que son los “temas” que interesan a alguien que se vende de artista contemporáneo están intervenidas en Photoshop, y son, obviamente, “critica irónica”.

La obra es irrelevante, lo interesante aquí es que el arte, ya sin ningún disimulo, participa como vehículo para la especulación financiera. Las revistas especializadas y los académicos hablaban del nuevo arte digital y su potencial, es decir, cumpliendo su papel de promotores de lo que tenga el membrete de arte sin analizar lo que hay detrás. La excusa fue para hacer una ruidosa compaña de publicidad al sistema que contiene la obra en un NFT, nonfungible token, que garantiza su seguridad y autenticidad, y que se compra con una criptomoneda llamada Ethereum, los supuestos 69 millones están en esa moneda. El comprador recibe el NFT y ahí está la obra. La subasta fue entre compradores anónimos, y se la llevó un ente igual, que pagó en ethereums. Esta transacción le da valor real a los NFT y a la moneda porque públicamente ya compró algo, una “obra” y mucha gente pujó en esa denominación por esa “obra” en NFT.

El valor de la obra no es artístico es únicamente el que le dio esa maniobra de especulación. Si los ethereums bajan de valor, la obra también bajará de valor  o si los NFT son hackeados por un ruso, y borra todos esos archivos, o un hacker chino la baja, la piratea y la regala como protector de pantalla, pues mala tarde.

El tiempo es otro factor peligroso para estas “obras”, un lienzo o una escultura son soportes vigentes por  siglos; la obsolescencia tecnológica hará que esta “obra” en unos pocos años o meses se vea como un cassette de VHS.

La obra que carece de algún valor estético, es utilizada para promocionar los NFT y la criptomoneda Ethereum, al elegir este artista o el que sea, es una tómbola, el elegido se saca la lotería, se hace famoso en unos minutos, pero no es artista, es un juguete de la especulación digital financiera. No es arte, es dinero.  Llamarlo el “nuevo artista vivo más caro del momento” nos describe cómo su valor, es el dinero de la subasta, la obra de Beeple es lo mismo que hace cualquier diseñador medio entrenado en Photoshop, pero para los especuladores es suficiente para hacer una demostración de poder de compra.

Lo que esperamos es que un artista meta en un NFT los videos de gatitos subidos en Youtube y los subaste como video obra de apropiación o found footage, y den por ellos ahora 100 millones, la verdad, los videos de gatitos son más entretenidos y creativos que las fotos de Beeple.

viernes, 19 de marzo de 2021

SANTIAGO APÒSTOL DE NURIO

Pérdida total, de credibilidad. La tragedia del incendio de la iglesia de Santiago Apóstol de Nurio, en Michoacán, para la Secretaría de Cultura merece un pésame, “Estamos de duelo, brindaremos acompañamiento”, y las acciones reales, las decisiones estratégicas, se dejan a la “comunidad, porque tiene gran fuerza en la zona”.

Es la manera de hacerse a un lado y no ejercer ni la autoridad ni la responsabilidad en esta irreparable pérdida del acervo Novohispano del país. El incendio inició desde el techo, la alcaldía ya había pedido que se cambiara, obviamente nunca lo hicieron, entretenidos en discutir qué era conveniente, para eso se hacen los comités, para no hacer nada y hacer como que trabajan. Le preguntan a la comunidad como si ellos fueran expertos en restauración, reconstrucción, mantenimiento de obras de arte y de monumentos arquitectónicos.

A nivel comunitario es un centro de culto religioso, un sitio de identidad y arraigo, en ella se casaron, bautizaron, consagraron generaciones enteras, en ella pidieron por sus hijos en el “otro lado”. La devoción no es estratégica, la responsabilidad de tratar esos sitios como monumentos y acervo es del INAH y la Secretaría de Cultura, para eso tiene antropólogos y restauradores de arte, historiadores y arquitectos, para abordar desde los pobladores, hasta a los edificios y obras. No lo hacen, porque recortan los presupuestos, se les va en comités y averiguaciones, porque están coptados por la burocracia y esa estructura elefantiásica les sirve para encubrir las políticas culturales que no valoran a nuestro acervo como una prioridad.

 El “acompañamiento y el duelo” de la Secretaría de Cultura y el INAH debería de ser extensivo a todo el sexenio y a todos los monumentos, porque esto va a seguir. No hay presupuestos para inspecciones, para restauraciones generales, para catalogación. Las “acciones” que están implantando son juntas con la comunidad para ver “qué quieren”, así se les fueron años sin hacer lo que deberían hacer, decisiones pragmáticas, como cambiar la instalación eléctrica y renovar el techo, sin sus consideraciones obsoletas de mantener “materiales originales” que son inviables para una conservación. En vez de las decisiones pragmáticas toman las demagógicas: pláticas, juntas, duelos, consultas populares, votaciones, y nada de acciones directas.

Los hechos: ya no hay artistas que hagan esculturas policromadas de pasta de caña y altares en hoja de oro, las escuelas de arte enseñan a los alumnos a orinar y decir que eso es arte, y sus artistas “más internacionales”, ponen sangre o masa para pizza en los museos. Los arquitectos ya no saben hacer esas bóvedas. Sería una gran lección para las instituciones hacer un estudio para reconstruir de forma exacta ese templo, se darían cuenta de que esas obras requerían un gran esfuerzo económico y humano, por eso son irrecuperables. Tal vez así las valoren.  

sábado, 6 de marzo de 2021

PATRIARCALES DE CLOSET

Dibujo a tinta de Eko su sitio aquì 

En el Vodevil Nacional Matutino afirmaron que “En México no somos patriarcales, eso viene de fuera, y aquí se respeta a las mujeres”. Patético.

La sociedad prehispánica era patriarcal, polígama y vertical. El rey o Tlatoani gobernaba sobre personas y tierras, era una sociedad feudal, dividida y valorada desde su capacidad de trabajo. Los sacerdotes y el ejército eran las clases sociales más favorecidas después de los reyes, todos hombres. El Tlatoani tenía varias esposas y amantes, a las esposas que eran de su clase social las “negociaba”, es decir las compraba, a las amantes, mecatl, que eran de clase inferior, simplemente las “tomaba”. Sin opción, sin posibilidad de negarse, sin privilegios, sus hijos heredaban esa condición y carecían de los privilegios de los hijos de las esposas. Eso es una sociedad patriarcal, lo más terrible es que no hemos evolucionado y se parece mucho a la sociedad actual.  Entonces no es una costumbre o expresión de “fuera”, fue y sigue siendo una organización social que padecemos las mujeres y que sufren los grupos de las minorías sexuales. Esta organización domina en la economía, la política y la educación. La negación desde lo más alto de poder, demuestra que el patriarcalismo está tan impuesto y protegido, que no aceptan la diferencia entre vivir en igualdad y vivir en la injusticia. Somos un país patriarcal, tenemos gobiernos patriarcales y familias patriarcales. Las mujeres en el gabinete gubernamental no significan una diferencia, porque se comportan como simples “obedecedoras” de las órdenes del su jefe-rey-Tlatoani. En los ahora llamados “pueblos originarios” el patriarcado es parte de sus tradiciones, y las mujeres que dejan, literalmente a la tribu, se van para estudiar y llevar una vida independiente son repudiadas y hostigadas, eso sucede en Chiapas ahora mismo, y en varios estados del país. Esa represión se respeta porque la demagogia del “multiculturalismo” permite el arraigo de costumbres retrógradas.

En México no se “respeta a las mujeres” y eso es parte del patriarcalismo. En México se insulta, degrada, golpea, acosa y asesina a las mujeres. Las cifras de casos de violación y asesinato son incuestionables, son consecuencia de la costumbre patriarcal de “tomar” a la mujer que les da la gana y usarla como les da la gana. Los patriarcales lo niegan y se apoyan entre ellos, ese es el “pacto” como pudimos verlo en el Vodevil Matutino Nacional.

La violencia en contra de las mujeres nunca va a terminar mientras los patriarcales de closet, esos que inventan un país y una sociedad que no tenemos, mantengan esa retrógrada y criminal negación.  Tener que hacer esta aclaración, tener que decirlo es parte de las ofensas que nos infligen a las mujeres, es un insulto que lo nieguen, es un insulto que digan que en “en México se respeta a las mujeres” y es un insulto que oculten una patología que es el origen de muchas tragedias y que somete al 52% de la población en la inseguridad y el miedo. 

SÌ, UN LOCO

“Esto sólo lo pudo haber pintado un loco”, y sólo lo pudo haber visto y sentido un loco, ése el que está caminado solo en un puente, el que se toma la cara entre las manos y aúlla. La voz reverbera en anaranjados, azules, amarillos, grises, verdes, ondulantes, no se detiene, un aullido largo, doloroso, que nadie escucha. Estaba melancólico, palabra divina que los psiquiatras cambiaron por la bastarda y acomodaticia “depresión”.

Melancólico, es más que triste, más que solo, más que una incontrolable sensación de insatisfacción que carcome la voz y la expulsa, así, en ondulaciones amargas y azules. Munch escribió con lápiz una frase, unas palabras, en la esquina izquierda de su pintura, de su eterno alarido, dijo que lo pintó un loco, y ese loco es él, en la contra esquina de su firma trazada en rojo, E. Munch, 1893, ocultar y declarar, abajo firma el artista, arriba afirma el alma. Qué impudicia haber mostrado ese escrito, qué violación tecnológica, dejen los secretos en la paz de la oscuridad.

El artista, el dibujante, el hombre abandonado en un puente, lugar de tránsito, entre la cordura y la demencia, entre la muerte y la eternidad. El ocaso vomita un cielo rojo, se desangra, y estallan las venas del ser que grita, la voz brota y nada dice, no hay palabras, no existen. La boca aullante, para escuchar su propia voz, para saber que está ahí, se abre desorbitada, es un túnel, es un abismo. En el extremo del puente dos siluetas indiferentes, dan la espalda, caminan, no escuchan, ese grito es sordo, no ven los colores que emana, no ven esas ondulaciones que son el alma, esas oleadas que marcan y marcan y marcan, una vez, otra vez, cubren el paisaje, trastornan el sonido. El grito sigue gutural, profundo, mueve el agua fría, y es una piedra que rompe el espejo, mueve el puente y es viento que arranca árboles. Munch estaba loco, él lo dijo, y dijo verdad, por eso tuvo la lucidez de pintarlo, es “el autorretrato de su alma”, es la descripción más clara de la condición humana: estamos solos, y ningún grito será escuchado.

Miedo de llevar en la sangre la locura, miedo de que los doctores lo juzgaran, miedo de pintar, grita, miedo de arrojarse desde ese puente, al agua que lo espera para tragárselo. “Es mi autorretrato” escribió, es nuestro autorretrato, el de todos, el de la tristeza, el del vacío. No hay pastillas, no hay medicinas, no hay doctores, nada cura ese grito, nada lo calla, porque nadie lo escucha. Al que grita un día lo “curaron” y su pintura cambió, imágenes “felices”, curaron el estremecimiento, la angustia, la pelea, pintura sin revelaciones, sin pasiones. El Grito se quedó ahí, en el puente, la reverberación eterna, expansiva, cada ocaso, nunca cruzaremos ese puente, jamás conoceremos la otra orilla, la vida se queda ahí, sin retorno.  

 

domingo, 21 de febrero de 2021

HOGUERA DE PALABRAS


Piras de libros, ardiendo, a Don Quijote lo “curaron” de la locura quemando sus libros de novelas de caballería, biblioteca banal,  leyendas ociosas ideales para él, un golfo que tenía como oficio soñar sin hacer.

La Humanidad se ha obsesionado con crear conocimiento, y después destruirlo. Nuestra historia es un trayecto que evoluciona y borra sus pasos, destruir libros, con esas cenizas desparecemos el pasado y sus obras. Oliver Cromwell conquistó el poder en Inglaterra, 1653 con una guerra civil violenta y fanática, destrozó las bibliotecas del Rey Charles I, las obras de arte, entre esculturas, pinturas, instrumentos musicales, los vendió a los reyes de España y Francia, despojó a Inglaterra de su acervo. Las obras de Tiziano, Rubens, las joyas del Barroco que colgaban en las paredes de los palacios, con su furor iconoclasta, fanático providencialista, las malbarató, entregándolas por unas monedas. En las orillas del Támesis se pudrían las pinturas, arrojadas después de la feroz rapiña. En esa catástrofe los libros sufrieron el destino más terrible, para Cromwell no era suficiente venderlos o regalarlos, no, los quemó hizo fogatas inmensas con libros de medicina, filosofía, hermenéutica, ciencia, todo lo que significara un peligro para su régimen, su pureza, y la expansión de sus ideas infructuosas.

Los libros son peligrosos, les temen los dictadores, los fanáticos, los ignorantes, esa gente que tiene las armas, el poder, que son capaces de manipular a las masas, le tienen miedo a un libro, a un montón de letras impresas en unas páginas, a algo efímero y frágil que perece con el agua, el fuego o el olvido.

El conocimiento se conserva en los libros, entre esas dos tapas cabe la sabiduría humana, y también la basura humana. La paradoja es que lo libros basura no son un peligro, a esos nadie los quema, y aunque Cervantes, en la crítica literaria más genial de la Historia, se deshizo de las obras basura que llenaron la cabeza del Quijote, esa es la única fogata que merecía haber ardido durante horas. Ardiendo perdemos libros, pero la peor manera de matarlos es cuando un ser despreciable y poderoso, dice que lee tal o cual libro, y por desgracia es una gran obra, en ese momento, la masa estigmatiza el libro, como si un libro fuera responsable de sus lectores.

En la actualidad la ignorancia tiene un gran poder e influencia, los libros basura son referencia, las mentiras y noticias falsas son las hogueras en donde desaparece la verdad. La Humanidad tiene la obsesión metódica de acabar con su propia sabiduría, establecer el año cero, en la contradicción de saber menos. Es porque el poder tiene “su verdad” y para imponerla debe acabar con las ideas que lo anteceden. Estamos en un año cero,  la aniquilación de la verdad es la misión de los nuevos “justos”, la masa establece que si está en internet es verdad, es real y es una orden aceptarlo. Los gobernantes exhiben su ignorancia, la masa la presume, los influencers la promocionan, y de la verdad quedan cenizas.

 

miércoles, 17 de febrero de 2021

LOS MITOS Y LAS RAZONES


 En 1968 el Apollo 8 invadió la órbita de la Luna, y por primera vez su tripulación fotografió a la Tierra. En ese momento el capitán de la nave, William Anders, en una transmisión en vivo por televisión, leyó los 10 primeros versos del libro del Génesis. Imaginemos ese momento, 5 millones de personas estaban siguiendo la transmisión, y vieron al planeta que habitamos, una esfera flotando en la oscuridad del Universo, y con la voz de Anders, “Hizo la luz, las aguas, la vida…”. Lo trascendental fue que Anders, para manifestar su emoción, y hacer entender a la humanidad el excepcional paso que habían logrado, eligiera un libro fundacional, la narración de un mito y desechara los argumentos tecnológicos y científicos.

Si en ese momento hubiese informado que estaban ahí porque el Apollo 8 tenía tal potencia y se trasladaba por las leyes de la física, etcétera, es decir, los argumentos científicos, los espectadores no habrían dimensionado lo que sucedía: a pesar de que la ciencia sabía cómo y por qué estaban en la órbita de la Luna, no tenían una explicación para lo que estaban viendo. Anders recurrió al mito del Génesis porque no podía explicar con certeza el porqué de  ese Universo infinito que contemplaba, no sabía cómo ese portento podía existir. No lo sabemos. Es por eso que hemos inventado los mitos, y los hemos depositado en los libros, para que sigan existiendo. Los mitos no fueron creados, como dice el lugar común, porque “tuvimos miedo a los fenómenos naturales”, no, lo mitos son para dar explicación a lo inexplicable. La urgencia de crear mitos nos arrastró a inventar la escritura, de buscar superficies y materiales para escribir, y desde esos primeros leguajes y jeroglíficos, la humanidad no se ha detenido en registrar todo lo que sabemos. El miedo no crea, el miedo no inventa, al contrario, niega, oculta; nos mueve la admiración, habitamos en una obra tan grande, que no podemos discernir el porqué de su existencia y de la nuestra.

Los seres humanos somos hacedores de historias, y necesitamos ir más allá de la información, si nos dicen que el amor es consecuencia de la química del cerebro, buscamos más motivos, en el alma, en el espíritu. Esa entelequia, el espíritu, la creamos para decir que somos algo más que huesos, músculos y químicos en el cerebro, poseemos algo invisible, intangible.

En la medida en que las razones llegan, que la ciencia sabe un poco más, los mitos persisten, porque seguimos con muchas dudas. Es ahí en donde está nuestra vida espiritual, en la conciencia de nuestro ser ante las dudas y certezas, ante lo que no sabemos. Las religiones son instituciones, no son remansos espirituales. El espíritu está fuera de la estructura burocrática y legislativa religiosa, está en ese momento en que nos dimensionamos solos y efímeros en la eternidad del Universo.

 

miércoles, 10 de febrero de 2021

PROPIEDAD DE LA NACIÒN


 Indignados y ofendidos, el melodrama nacional sigue en su escenario mediático. La subasta de piezas arqueológicas “de pueblos originarios” de México, que se va a realizar en Francia por la casa de subastas Christie’s, es el pretexto para exhibir  la demagógica administración de la cultura. Cuidando el patriotismo mientras el arte y la cultura padecen las penurias económicas impuestas por la Trasformación.

Supongamos que traen esas piezas arqueológicas de regreso a estas tierras Transformadas en sin recursos y en crisis, ¿qué van hacer con ellas? ¿Las van a llevar a los museos a los que recortaron el 75 por ciento del presupuesto para operar? ¿Las van a meter en una bodega de esas en las que los inventarios nunca están actualizados porque no hay dinero y menos ahora sin computadoras y sin personal? ¿Se las van a llevar de decoración a Palacio Nacional?

Hablemos de las piezas, son extraordinarias, la máscara de Teotihuacán, se  atribuye a la imagen de Huehueteotl, Dios del Fuego, y perteneció al art dealer y coleccionista Pierre Matisse, hijo del pintor impresionista Henry Matisse, la adquirió en 1938. La máscara se estima que alcance entre los 450 mil y 650 mil dólares. El resto de las piezas proviene de distintas colecciones, como la de Emile Deletaille, galerista y coleccionista de Bélgica. Entre las piezas está una escultura en barro de Veracruz, se estima que alcance los 900 mil euros, o  1 millón 83 mil dólares. La galería Emile Deletaille está especializada en arte precolombino, africano e islámico, existe desde 1964, y desde entonces vende este tipo de piezas. Eso significa que el arte precolombino es muy valioso y es un gran negocio, por eso las instituciones deberían cuidar nuestros museos y zonas arqueológicas.

Es predecible la rapiña y la destrucción de piezas artísticas mayas con la construcción del Tren, ese que va a Transformar la selva en inmensas zonas de suciedad como las estaciones del metro de la Ciudad de México, y cuando vean piezas mayas en subasta, otra vez, se van a hacer los dignos, y las van a exigir. El inventario de arte sacro nunca lo terminaron y no existe un inventario de arte prehispánico actualizado.

En esta ocasión son 40 lotes, en  2019 hubo otra subasta y vendieron 1 millón 40 mil dólares, no pueden “exigir” que no se hagan las subastas, lo saben, sus reclamos son únicamente propaganda. Es terrible decirlo, pero es preferible que esas piezas estén en una colección privada o institucional que las cuide y las aprecie, en salas debidamente climatizadas y vigiladas, con programas de estudio.

La solución no es reclamar, eso no cuesta nada, lo hacen por Twitter, como todas sus acciones, la solución es que las compren, pueden ofrecer un precio y evitar que salgan a subasta. Con el trofeo en casa se hacen la foto. La otra solución es que si los bienes de la Nación son “inalienables e imprescriptibles” los preserven invirtiendo en sus museos y zonas arqueológicas y aceptando que el progreso no sólo está en plantas petroleras, está en el arte y la cultura, que tanto han deteriorado en estos pocos años.

martes, 19 de enero de 2021

MARIE ANTOINETTE, LA METAMORFOSIS

Difamada, odiada, condenada por la corte de Versalles y después por la Revolución, Marie-Antoinette impuso su elegancia y estilo de vivir, en medio de la corte más exigente de Europa. En la Conciergerie de Paris expusieron Marie-Antoinette, Metamorphoses d'une Image, se pueden ver los videos online con el recorrido. En la Conciergerie fue prisionera, antes de ser decapitada por la furia de los revolucionarios, es el sitio para valorar su historia, y la tragedia de su destino.

Casada a los 14 años con el Delfín de Francia, fue una paria dentro de su palacio, convertida en reina a los 19 años, por la muerte de Luis XV, se enfrentó a la jauría de una corte que tenía entre sus más serias ocupaciones intrigar y fornicar. Su decisión de no rendirse, de enseñarles a los franceses que podía ser más elegante que ellos, al grado de ser imitada y envidiada, la arrastró al abismo, a la guillotina.

En la exposición hay objetos que sobrevivieron al saqueo de la turba: un muestrario de telas y sedas, un libro, sus guantes, algunos zapatos. El testimonio de su estilo está en sus retratos, realizados por Elisabeth Vigée Lebrun, obras maestras del Barroco, las telas, la textura de la seda y terciopelo, idealizada en un vestuario que fue su barrera entre su vida y la realidad. El fetichismo que provoca es el juicio paralelo al de la Revolución, condenada por traición y despilfarro, al que atribuían la pobreza medieval de Francia. Comprar vestidos y sombreros, remodelar el Palacio de Versalles, hacer fiestas, dar regalos a sus amigas, ella encarnó la responsabilidad de una crisis, que en realidad, fue culpa de su esposo. Luis XVI era un estúpido, pusilánime, pésimo administrador y sin capacidad de gobernar, marido apático, cruel.

Los matrimonios reales son un trabajo, no historias de amor, Marie-Antoinette lo sabía, como lo sabía Lady Diana, la diferencia es que ella no se hizo la víctima como Diana, y mantuvo su dignidad, hasta en el altar ciudadano de la guillotina. Diana explotó el chantaje mediático, lloró en televisión, declaró lo fatal que era convivir con una familia, que funciona como un corporativo. Marie-Antoinette se empeñó en ser reina, fue mecenas del arte, en Versalles montó óperas, obras de teatro y conciertos. Los rumores de su promiscuidad, esparcidos por la corte, fueron argumento de los revolucionarios, lo periódicos los publicaron, “la perra austriaca”. Sin  posibilidad de perdón, su error fue nunca intuir que cada decisión suya, afilaba la cuchilla del verdugo. Marie-Antoinette es una tragedia y Lady Diana una telenovela.

La exposición muestra su metamorfosis en fetiche de la cultura popular, y en realidad la metamorfosis es de la sociedad: una mujer asesinada por su elegancia, hoy es venerada por esa elegancia. La Revolución acabó con el absolutismo, con el origen divino de los reyes, proclamó los Derechos Humanos, y en el instante en que la guillotina cercenaba la cabeza de una mujer de 38 años, ella renació como el símbolo de la estética del efímero paraíso de la evasión.   

 

sábado, 9 de enero de 2021

EL UNICORNIO

Los mitos nos seducen más que la realidad, nos refugiamos en ellos tratando de alcanzar algo que nos haga sentir extraordinarios. En el Metropolitan Museum de Nueva York exhiben su colección de tapices renacentistas franceses. El tapiz central es un bosque, lo habitan dragones, panteras, un ciervo, faisanes, alrededor de una fuente. Varios nobles, entre ellos el príncipe, observan con sus perros de caza, a los animales. En el centro hay una fuente y un unicornio se arrodilla y coloca su cuerno sagrado para purificar el agua que brota, en una visión pagana que desafía los milagros. Purifica el agua, la bendice, un ser extraordinario, su virtud es la imposibilidad de existir, cuerno dorado, limpia lo que creemos impoluto.

Los tapices con unicornios, eran tejidos por mujeres y hombres jóvenes, vírgenes. Poseer un tapiz era estar protegido por un talismán, que viajaba con sus dueños y se heredaba, cargado del poder de su origen, se decía que en esos talleres, en luna llena, llegaba el unicornio y posaba por unos instantes.

Los nobles observan el prodigio, el agua fluye, es el momento de la fascinación por el conocimiento. Expediciones a la India y África, llevaban animales imposibles en Europa, comisionadas por nobles y ricos comerciantes. El rinoceronte de Durero, dibujo y grabado, la voz que narra, el artista escucha, la mano describe, inventa y crea en ese instante una presencia que hace al mundo infinito. Llegó a Lisboa desde la India, para el rey Manuel I, que lo observó maravillado por su piel,  armadura fuerte y flexible, su cuerno, arma mágica portadora de poderes.

El unicornio nunca llegó, surgió, nació, como los seres divinos y los milagros, fue contemplado por miles de personas, se aparecía en las habitaciones de las doncellas, acompañaba a los soldados, ahuyentaba a los asesinos. Obsesionados, se recompensaba a quien fuera capaz de mantenerlo cautivo, y ah, desdicha, se necesitaba un ser humano impecable, sin pasado, y sin futuro, para que el unicornio dócil, permaneciera unos instantes.

Las panteras del tapiz, fueron traídas desde África, feroces, nunca lograron domesticarlas, los príncipes, imitando a Dionisio, las tenían a su lado. En Florencia, Venecia, Francia, Portugal, panteras que miraban a los ministros con sus ojos amarillos, vestidas con collares de plata y piedras preciosas. Las panteras traían sabiduría y valentía a los príncipes. Tenían  sus propios cuidadores, y deberían estar en calma, se cuenta que en la corte de Cosme de Medici, una pantera, ante el ruido de unos músicos callejeros, devoró a su cuidador, los guardias miraban aterrorizados, sin atreverse a tocarla, sabían que la pantera era más valiosa que sus vidas.

El unicornio no purifica nuestras aguas, las panteras en cambio, aquí están, siguen a mi lado, mirando, deteniendo el tiempo con sus ojos amarillos.