La superstición actual es más folclórica y tecnológica, la
delirante ignorancia atribuye esta pandemia desde a las antenas de celular, el
G5, que con nuestro pésimo servicio de internet y telefonía tendríamos que
estar a salvo y no es así; que al covid 19 lo inventaron para “vender una
vacuna innecesaria”, hasta la leyenda de que otra de las vacunas, que está en experimentación,
tendría un chip de la tecnología de Bill Gates para espiarnos, de lo cual también
debemos estar tranquilos, porque si es tan ineficiente como el Windows, sabrán de
nosotros menos de lo que todo el mundo publica en su Facebook.
La humanidad es necia, es ridículo el apego que tenemos a la
ignorancia y la superstición. En el periódico New York Times se publicó un
largo artículo documentando el movimiento anti vacuna del Covid 19. La vacuna aún
no está lista, está en pruebas aplicada en 30 mil personas, y ya tiene sus detractores,
que argumentan lo mismo que los movimientos anti vacunas desde el siglo XVIII.
María Antonieta de Francia, fue inoculada de la viruela en
1782, de una forma casi experimental, con la supuración de una vesícula de un
enfermo. Muy criticada, decían que se enfermaría más gravemente, y sin embargo,
esa decisión ejemplar permitió inocular más personas y seguir con el proceso de
la vacuna. María Antonieta vio horrorizada, el cuerpo de Luis XV, que murió de
viruela, sin dejar herederos, y obligados ella y su marido, Luis XVI a ocupar
el trono cuando eran casi unos adolescentes. La joven princesa se dijo a sí
misma que no moriría esa terrible enfermedad, murió de la filosa guillotina de
la Revolución Francesa.
Los argumentos antivacunas son un catálogo de las
ideas retrógradas de la humanidad: la libertad de no cuidar de sus propios
cuerpos, sus derechos humanos, las teorías de la ineficacia, los pseudo
científicos, los dogmas religiosos, y ahora los tecnológicos-político-conspirativos.
Es decir, para una masa ignorante y ruidosa, la enfermedad tiene causas
irracionales, su cura también deberá ser irracional. Entonces la vacuna y la
prevención serán, como siempre para la parte pensante, y las curas milagrosas, la
providencia, la fe, las buenas vibras, romper antenas de celulares, serán para esa
masa que hace de la superstición las razones de su escaza razón.