En exclusiva aquí describiré el plan de la intervención artística comisionada a Gabriel Orozco. Situar espacios de reflexión y deleite con la masiva presencia de Oroxxos, las tiendas de comida chatarra que llevan sus emblemas. Los sindicatos de miles de vendedores ambulantes que planean invadir el parque con sus puestos de comida, serán desplazados por la competencia desleal de los conceptuales Oroxxos, lo cual no importa porque las papas fritas de Orozco son arte y las de los ambulantes no.
Los anuncios de la valla publicitaria que se apropiará el
artista serán el “nuevo muralismo”. En el piso, como sucedió en la Bienal de la
Habana, los becarios del FONCA barrerán
en círculos, dibujando “estructuras efímeras” que “hablarán de la fugacidad de
la forma”. Los camiones de basura estarán pintados con círculos azules y rojos,
interactuarán con el entorno como esculturas móviles. En servicios adicionales,
en lugar de oficina de objetos perdidos, tendrán “Oficina de objeto
encontrado”, aquí podrán dejar los curadores y artistas los objetos que
encuentren y sean susceptibles de convertirse en arte. La Guardia Nacional,
estará capacitada por el Instituto de Enfermedades Estéticas de la UNAM para
dar visitas guiadas y explicaciones teóricas sobre las obras expuestas.
Las cajas vacías de cartón para empacar refrescos, comida, y
demás dispositivos artísticos de los Oroxxos, se apilarán en una monumental
escultura que modificará su morfología en cada instante. Impulsando la
interconectividad con el público se hará un “ponchódromo” una cancha de futbol
donde los jugadores ponchen pelotas, y
se acomodarán, recuerden que la especialidad de Orozco es “acomodar cositas”,
en un espacio escultórico. Los chicles masticados se pegarán juntos en una gran
bola que un artista itinerante rodará por el espacio para adherir más basura,
esta acción se turnará en residencias artísticas. En la rotonda en homenaje a Duchamp,
inspiración de todos los artistas VIP, se pondrán mingitorios al aire libre, el
orinadero será un performance colectivo de meditación. Los visitantes “quedarán
aturdidos de tanta belleza” como se prometió en la presentación del proyecto,
por fin llegó el momento de reconocer que la mediocridad tiene derecho a
existir y triunfar en el arte.