martes, 3 de septiembre de 2019

SAN JERONIMO INCONCLUSO


La penitencia de las pasiones, apagar esa invasión incesante que maldice las noches, persigue los silencios saturándolos de voces que nada dicen, voces que esperan una réplica que nunca llega, diálogo enmudecido con el alama negra del arrepentimiento. Jerónimo se ocultó en el desierto de Siria, se desnudó, padeció hambre y sed, se golpeó el pecho con una piedra para callar a los Doce Demonios del Infierno. Danza, música, comida, vino, sensualidad, placeres y la promiscuidad perseguían a Jerónimo y lo separaban de sus oraciones, tan fuerte es la carne que desconoce al espíritu, lo calla con la mordaza de un beso. En el Metropolitan Museum de Nueva York exhiben temporalmente San Jerónimo Penitente de Leonardo da Vinci, en una salita oscura, atascada de turistas ruidosos. Partida en dos piezas y unida en el siglo XIX, la tabla denuncia la torpeza de las restauraciones, la pintura está inconclusa, es una vida suspendida en la atmósfera incierta de los colores. Leonardo pidió piedad con esa obra, Leonardo lloraba mientras la pintaba, es un autorretrato y una confesión. La pintó en el Convento de San Donato de Scopeto, en Florencia, cuando estaba al servicio de los Medici, tenía que hacer un gran fresco para los frailes, que le pagaron y nunca realizó. Es una obra que nadie comisionó, la realizó en un impulso, sin más motivo que sus emociones. El arte en esplendor, era propaganda, arma y juguete del poder. Colmado del amor que sentía por su maestro y amante el virtuoso escultor Verrocchio, compartían el lecho y la sabiduría, la música y la poesía, discutían de la proporción de la belleza y se divertían diseñando ropajes para deslumbrar como artistas y dictadores de la moda. Los demonios de la envidia los miraban con codicia, la sombra de la violenta hipocresía los vigilaba, y lanzaron la acusación, señalaron al Verrcchio como sodomita. Lo evidente se criminalizó, y  el genio fue enlodado por la mediocridad.
La obra inconclusa está desnuda, se puede ver la técnica, el orden del trabajo, y no revela nada de ese misterio que es llevarla a ser una pieza excepcional, irrepetible. En la obra está Jerónimo el sabio, gritando al cielo que contemple su miseria, que tengan piedad de su sacrificio, a sus pies está el león, su amigo, el único ser que le demostró agradecimiento y lealtad, el paisaje fantasmal y mágico que Leonardo llevó magistralmente en la Virgen de las Rocas, es el escenario de la desolación. Jerónimo y el león, Verrocchio y Leonardo. El frágil león encontró piedad y sanación en Jerónimo, que le extrajo una espina; y el sabio desesperado pedía lo mismo al cielo en la soledad de la ermita, mientras los demonios gozaban provocando dolor.
Jerónimo se curó de sus pasiones trabajando, estudiando la misma voz a la que pidió paz, traduciendo los libros de la Biblia del griego y hebreo al latín vulgar, vulgata, una vez terminada su misión regresó a su ermita, con la sola compañía de su silencio. Leonardo huyó de Florencia, dejó atrás a los demonios de las plazas, nunca terminó la pintura, no pudo continuar mirando su propio padecer. Lo esperaba la corte de Ludovico el Moro en Lombardía, dejó inconclusa una obra maestra, abandonó al amor en el cuerpo seco de Jerónimo, en  el león que cuidó la tumba del santo hasta morir de hambre y sed.  

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Que hermosa y terrible historia la del maestro Leonardo. Quedé fascinado por su artículo maestra Lésper. Gracias, gracias, gracias.

Orestes De la Paz.
Pintor.

Unknown dijo...

No se puede pedir mayor explicación, la forma en que nos muestra esta obra cargada de historia es de un lenguaje claro, que atrapa a cualquier lector.
Maestra Lésper. Un placer conocerla con mayor intimidad que la Radio y la Televisión.

Ramiro Berrón H.
Biólogo.

Miguel dijo...

Bravo

Julián Velcardo dijo...

¡Hola Avelina!

En el maravilloso mundo del Arte, en lo que a mí toca, siempre es maravilloso encontrar personas como Sumercé. He tenido oportunidad de leer varios de sus artículos y columnas, publicados en este espacio virtual, y también he tenido la oportunidad de ver varias de sus entrevistas, en diferentes canales de YouTube. Me he acostumbrado a verla y a oírla. Su voz, su rostro y su presencia, se me han hecho bastante familiares. Debo decirle, con todo respeto, que disiento de algunas de sus opiniones sobre este tema, ya que hay ciertos elementos del arte conceptual, que llaman mi atención. Lo que sí es seguro, es que comparto su línea de pensamiento en un porcentaje bastante alto.

Sumercé, me parece una criatura fascinante. Cuando la leo, disfruto de una prosa fantástica, y cuando la escucho, veo que posee una gran chispa y un gran sentido del humor. El humanismo en su persona es palpable. La preocupación por defender y difundir el gran arte y la dedicación que pone en esa cruzada, me parece admirable. A pesar de estos tiempos de tanta vacuidad, materialismo, mezquindad, estulticia e insensatez. Tristemente, esta generación no ha valorado el gran aporte que le ha hecho, no sólo al Arte y a la Cultura, sino también a la construcción de Pensamiento Crítico. Mismo que se relaciona con el Pensamiento Divergente y el Pensamiento Arborescente. Esta matriz mediática no lo permite. Infortunadamente, esta generación, que va de salida, ha caído en la trampa, y cuando pretendidamente argumentan, lo hacen de forma visceral. Sin tomarse la molestia de escuchar, observar y analizar lo que se les pone en frente.

Desde hacía bastante tiempo, tenía planeado dirigirle unas palabras a Sumercé, pero no me atrevía. Lo hago ahora, aprovechando el tema de este su artículo, el «San Jerónimo Inconcluso» del gran Leonardo. Porque, desde mi óptica, y sabiendo que estamos hablando de este genio de El Renacimiento, creo que esta obra no estaba inconclusa, que precisamente ese era el efecto que buscaba este polímata. Creo que, esta obra, al igual que algunas otras de este artista superdotado, estaban cargadas de un fuerte simbolismo. Estoy convencido que, aparte de que hacía uso de la proporción áurea, también hacía uso de la anamorfosis y de la esteganografía, y tal vez de otros conocimientos como estos, que escapan a mi percepción. También estoy convencido que, la obra pictórica de Leonardo, en su totalidad, es enteramente conceptual. No tengo como probarlo. Pero, creo que cada una de sus pinturas, son como las viñetas de una Novela Gráfica. Con la diferencia que, los personajes enmarcados en cada una de las situaciones que propone Leonardo, no tienen globos de diálogo. El lenguaje usado por este extraterrestre (el origen de Leonardo tiene un halo de misterio) va más allá de la comprensión de cualquier ciudadano terrícola con un pensamiento tridimensional. Aún hoy, con todos los avances en informática, la ciencia no ha podido descifrar cabalmente la enigmática obra de este personaje interdimensional. Todo se queda en meras teorías e hipótesis.

Hago este tipo de lecturas, atendiendo la Teoría del Caos. Para mí, todos estos temas están interconectados. De todo corazón, presento excusas si la he molestado con alguno de mis anteriores comentarios. Muchas gracias por haberme escuchado. ¡Saludos!

Julián Velcardo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Buenas tatdes Avelina. Quisiera consultarlent tenga bien a considerar si es posible vea obra denun Escultor. Cita técnica ha desarrollado y bajo los cañones griegos desarrolla la figura humana. de ser esto posible dejo mi mail. Y si bien es propicio me hace llegar un correo y alguna forma de comunicación. Saludos.