domingo, 23 de junio de 2019

UN DÌA SIN BECAS

Las profecías de los dioses se acercan, Casandra, que castigada clamaba vaticinios ininteligibles y certeros, anuncia que los becarios conocerán la realidad de la clase trabajadora. Los becarios aterrados buscan refugio en Twitter, mientras la realidad se acerca demoliendo ilusiones. Los becarios han visto en el paisaje la larga fila de solicitud de empleo y las hordas peleando por un sitio. En sueños turbios han visto cómo sería un día sin becas: La Diosa Transparencia devela los nombres que devoran el banquete en la oscuridad, humillados por la luz de la verdad, aúllan, lloran, piden regresar a esa penumbra privilegiada y la opinión pública grita sus nombres.
Ser “becario” se ha convertido en sinónimo de un privilegio injustificado que inventó el poder para comprar a lo que en ese momento creían la “clase intelectual”. Trasparentar los nombres, periodos y cantidades recibidas, le llaman persecución, a tal grado ha llegado la arrogancia de una nueva burguesía, que además declara públicamente que ese apoyo sirve “para no preocuparse por los gastos de fin de mes” y que se justifica “con hambre es imposible crear o escribir” porque su vocación depende del financiamiento gubernamental. Repudian cualquier mención, la propuesta de renovar el FONCA es un “ataque a la cultura, el arte y la literatura”, ese grupo no representa a la cultura ni al arte, representa a los becarios, y la mayoría de ellos destacados y permeados mediocres que han recibido varias veces esos apoyos únicamente por estar relacionados con los jueces y las autoridades. Revelar el funcionamiento del FONCA no es persecución, es trasparencia, en su enorme y convenenciera incongruencia quieren un cambio en el poder pero no quieren que ese cambio les afecte en su anquilosado beneficio. Recibir esas becas seis veces, y después continuar el resto de su vida con un pago mensual no está plenamente justificado por el mérito. Es autoritarismo pedir que el 8 por ciento del presupuesto de la Secretaria de Cultura destinado para estas becas, sea manejado sin auditorías, transparencia y rotación, sin una procuración real de excelencia y justicia, que deje fuera a los enchufados para darle sitio a personas talentosas.
Ser “creador” no significa ser inmune, es una decisión profesional que se debe llevar con madurez social, y con los recursos legales que se aplican a cualquier funcionario público, porque si reciben un pago del Estado entonces deben ser tratados como asalariados estatales. Los becarios del FONCA piden ser tratados como “iluminados”, ajenos  al sistema económico y social al que pertenecen y gracias al que están recibiendo una mensualidad. El FONCA es un sistema corrupto, si piden que no cambie y no se trasparente es porque son parte de la corrupción. Las becas las pagamos todos con nuestros impuestos, entonces es un derecho social elegir a quiénes debemos apoyar para crear “el arte, la literatura y la cultura” de este país, mientras no sea así ya es momento de que sepan lo que es vivir sin becas. 

jueves, 20 de junio de 2019

AVELINA LÈSPER ENTREVISTA A JOSEFA GARCIA


Entrevista con Josefa García en su taller en Oaxaca, en la serie de la Colección Milenio titulada El Tiempo.

sábado, 15 de junio de 2019

ESA OBSCURA BARATIJA DEL DESEO

 En el arte VIP la baratija desechable e impotente se magnifica, cotiza y admira. En el museo de la Fundación Jumex, establecen las similitudes entre Duchamp y Koons en la exposición La Apariencia desnuda. Describiré las similitudes que pude apreciar.
Ninguno de los dos hace sus obras.
La obra maestra de Duchamp, el readymade, abrió la posibilidad de que los artistas con el poder de su mente o lo que el curador diga, conviertan cualquier cosa en arte y no hagan sus obras. La obra de Koons está realizada por un equipo creativo que busca las cosas y anuncios que van a plagiar, hacen las combinaciones y los envían a las factorías. Los dos están imposibilitados de hacer lo que designan como arte, porque como ha confesado Koons,  nunca “tuvo la habilidad para hacerlas, por eso contrata a los mejores”.
Los dos son plagiarios.
El mingitorio, la obra maestra de Duchamp, es un plagio, la autora fue la baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven. Elsa le envió la pieza con una carta explicando que era una protesta por los crímenes de la Primera Guerra Mundial y le pidió que la inscribiera en el Armory Show, Duchamp no lo hizo y se la robó, es una leyenda eso de que estuvo en exhibición y la eliminó el jurado, fue un mito que Duchamp inventó, la informacióncompleta está aquí. Koons gasta una fortuna en abogados que lo defienden de las numerosas demandas por plagio, como el fotógrafo de cigarros Marlboro, publicistas, y otros artistas. El plagio es sintomático de la mediocridad, un robo que el arte VIP eufemiza como “apropiación”, y permite que una persona incapaz de desarrollar una idea y llevarla a cabo, pueda pasar por artista.
Los dos explotan el mal gusto.
La fórmula es muy elemental, Koons elige lo que la masa consume y lo lleva a proporciones elefantiásicas, la vulgaridad es el concepto de su obra, las fotografías que se hizo con su esposa la Ciccolina, y sus “pinturas” son la muestra de hasta dónde puede llevar su obsesión por la más fácil de consumir. Duchamp elige lo más “usado”, ruedas de bicicletas o secadores de botellas, y las anuncia como arte. La inscripción que hizo en el cromo de la Gioconda es una obscenidad homofoba. 

Los dos tienen un discurso superficial e inmediato.
Los teóricos se encargan de decir que hacen una crítica al consumo, al deseo, la sexualidad o lo que sea, el trabajo de los curadores VIP es inventar conceptos hasta de lo más irrelevante como una ridícula bailarina inflable.
Los dos están sobrevalorados en el mercado.
 El conejo metálico de Koons subastado por 91 millones de dólares fue comprado por Steve Cohen,  el mismo inversor que en su momento dijo que el tiburón en formol de Hirst le había costado 13 millones de dólares y más tarde trascendió que la cantidad fue mucho menor. En la venta de un perro metálico de Koons en 59 millones de dólares se supo que el mismo artista estaba entre los compradores. Duchamp está sobrevalorado como artista, como teórico y ya no digamos en precios, él se dedicó a firmar mingitorios, y lo que se pague por esas cosas, es mucho.
La  obra de los dos no exige un mínimo de esfuerzo intelectual.
Obviamente al mirar un readymade, un objeto prefabricado que es parte de lo cotidiano, no pide ningún análisis contemplativo y mucho menos algo como un mingitorio. Los objetos de Koons sacados de los más burdo y comercial, inspirados en baratijas o plagiados de anuncios publicitarios tan mediatos como los cigarros o el alcohol, no requieren de un compromiso con la observación y el análisis, y ese es el atractivo que tiene para el arte VIP, la simpleza y la falta de dificultad disfrazada con un texto curatorial y con la imposición de los historiadores y el mercado que las utiliza para especular con millones de dólares.
Las dos obras funcionan como propaganda de la economía del neoliberalismo
 La economía de llevar a precios descomunales objetos sin valor en una alteración artificial de la ley de la oferta y la demanda.
En el caso de los dos, sus obras únicamente significan que el comprador es rico, no que sean arte. La exposición es la oportunidad de entender por qué el arte está al nivel de las baratijas y por qué estamos en una sociedad que huye de la complejidad intelectual y se refugia en la estupidez como solidaridad tribal.  

lunes, 10 de junio de 2019

ARTISTAS DESECHABLES


Fachada de la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM en Mèxico
La primera generación de artistas desechables de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM está a punto de egresar. El nuevo plan de estudios, con gran ignorancia y ningún sentido de la realidad, pretendió ser “moderno”  y muy VIP, y el resultado es una generación de jóvenes sin conocimientos sólidos de las artes plásticas. Redujeron al mínimo las materias de dibujo, materiales, escultura, del grabado dicen que “ya es del siglo antepasado”, y saturaron el plan con materias teóricas especializadas en dar trabajo a maestros sin obra y preparar artistas de las becas. Cambiar un plan de estudios únicamente para formar a los alumnos en un estilo en particular, el arte contemporáneo VIP, o video-instalación-performance, y acabar con las materias de artes plásticas es un despropósito absurdo e irracional, porque es un estilo que en cualquier momento va a quedar obsoleto, y están  privando a los alumnos de las bases elementales para una vida profesional. Los talleres los disfrazaron de “laboratorios” y el laboratorio de pintura como tal ni siquiera se nombra, la palabra “pintura” está expulsada, mientras la materia de “acción performática” se dice claramente, ése es el camino para la eliminación de una disciplina del plan de estudios y de los objetivos de la Universidad.
Rubén Esparza, Self Portrait Piss Jar, 2019, Polaroid, urine, and jar.
Egresar de performanceros no necesita de una carrera, lo consiguen con un cursillo de 2 horas con recreo y vacaciones incluidos, pero de pintores, escultores o grabadores requieren una enseñanza de tiempo completo con semestres de dibujo al natural, naturaleza muerta, composición, materiales, es decir todas las clases que ahora están en mínimos o desaparecieron. El plan incluye materias como “Seminario de Proyectos en Área de Profundización”, ¿profundizar en qué? si todo esto se dirige a superficializar el arte. Los talleres de Técnicas y Materiales, que inició el maestro Nishizawa, era de dos semestres con 10 horas de clase a la semana y materia obligatoria. El nuevo plan la hizo optativa con 3 horas semanales. En ese tiempo es imposible que se cubra el mismo temario y que los alumnos aprendan temple con sus más de 8 variantes,  encáustica, pútrido, acuarela, pastel, óleo, técnicas mixtas, etc. En el segundo semestre, en un alarde de modernidad, les dan “Argumentación y Discurso para las Artes y el Diseño”, les enseñan cómo argumentar que algo es arte y ni siquiera saben crear arte.

Frivolizaron la educación jugando con el destino de muchos jóvenes implantando un estilo, que representa una ideología de la mediocridad y el menor esfuerzo, y para dar trabajo a decenas de profesores de clases de arte VIP, que además, ni siquiera figuran en el ámbito de las galerías y los museos. Los alumnos que eligieron las materias de arte VIP se pueden considerar expertos, de eso se trata ese estilo, de que todo sea arte y todos son artistas, con o sin educación, el problema es de los que buscaban ser pintores, escultores, grabadores, ellos recibieron una educación mutilada para dar espacio a los mediocres VIP. Los egresados ¿qué va hacer con su título? Como homenaje a sus profesores de arte VIP pueden hacer una instalación con todos los títulos y las tesis, quemarla, y demostrar que aprendieron todo lo que un artista desechable debe saber. 

AVELINA LÈSPER ENTREVISTA A ENRIQUE FLORES


Entrevista con Enrique Flores en su taller de gráfica, grabado y litografía, su en Huitzo, Oaxaca, en la nueva serie de la Colección Milenio Arte Titilada El Tiempo.  

sábado, 8 de junio de 2019

PROHIBIDO OBSERVAR

Xilografìa de Eko su sitio aquì 
El nuevo letrero que deben poner en los museos es “Prohibido observar”. Invariablemente me sucede que cuando veo detenidamente una obra, en el museo que sea, alguien del público me dice que me haga a un lado porque “ya estuve ahí demasiado tiempo”, y al acceder a esa petición,  la persona se hace un selfie, que dura unos instantes y se va sin apenas mirar la obra. En los grandes museos colocan bancas enfrente de obras importantes, supuestamente para que nos sentemos a mirar con paciencia, la gente se sienta a ver sus teléfonos ignorando lo que tiene enfrente. En los Uffizi la gente se amontona para fotografiarse y no miran, ni siquiera esperan unos instantes y salen en hordas de las salas. Los museos se están convirtiendo, en muchos casos, en lugares para pasar el tiempo, agredir a las obras o tomarse fotografías. La observación, la comunicación personal e íntima con una obra se considera un atentado y un estorbo en esta sociedad de la comunicación instantánea que comunica nada. La misma afición de estar horas mirando vertiginosamente contenido basura se lleva al museo, y con esa velocidad pasan enfrente de las obras, para luego ir a la cafetería o a los baños.

Los museos deberían poner salas con cojines y miles de conectores para que la gente viera sus teléfonos, serían los espacios más visitados. Les da lo mismo si están ante una pieza con siglos de antigüedad o si es la obra maestra de un artista, no importa, lo que  buscan es decirle a sus amigos o lo que sean esos invisibles nombres virtuales, “mira estoy aquí”, y la gran pregunta es ¿en dónde?, no están en el museo, no están con una obra de arte, tampoco están en disposición de observar, están en sus teléfonos, están con gente que no existe, están viendo la misma basura que ven en sus casas echados en un sofá. Viajan kilómetros, pagan pasajes de avión y hospedaje para entrar al museo corriendo, hacer la foto y salirse. No es un asunto de educación o pedagogía, el necio e inútil “formar públicos” es parte de la fatuidad de una sociedad en decadencia que vive atada al egoísmo virtual como única forma de relacionarse con una realidad falsa. Es más cómodo “intelectualmente hablando” mirar el teléfono que adentrarse en una obra de arte, es más complaciente estar en un ámbito que no exige ningún tipo de raciocinio que tratar de descifrar el portento de una obra del Renacimiento o el Barroco. 
La molestia que causa que alguien observe largamente una obra es una reacción a la diferencia del “estar y el ver” y en consecuencia de vivir la realidad.
La exigencia de concentración y espera, de crear un espacio de silencio alrededor del arte o de la lectura ha disminuido hasta reducirse a la repuesta de un impulso irracional de cambiar a otra cosa, lo que sea, menos retener un momento el estudio en un mismo tema o espacio. El observador está comprometido de otra forma con la existencia, y eso agrede la imposición contemporánea de la irrelevancia tribal. La evasión a abordar con profundidad la observación es una conducta proclive a la enajenación y la manipulación. ¿Hasta dónde ha llegado ese vicio colectivo que ha aniquilado al estudio detenido del arte y la cultura? No somos víctimas de internet, somos cómplices de una nueva forma de ignorancia comercializada y considerada parte del progreso.

AVELINA LÈSPER ENTREVISTA A EDGAR SOBERÒN


Entrevista con Edgar Soberón en su taller en San Miguel de Allende, Guanajuato dentro de la nueva serie de la Colección Milenio arte titulada El Tiempo

sábado, 1 de junio de 2019

ESCLAVOS SEXUALES VIP

 La Tierra es plana, la sostienen cuatro pilares del arte oficial: La ignorancia, la mediocridad,  la escatología y por supuesto un robusto curador. La fructífera y complaciente relación del Estado y la administración de la cultura con los artistas VIP y sus promotores es la demostración tangible de la maleabilidad de las ideologías, la tendencia discursiva es irrelevante, el amasiato no va a terminar nunca. La metáfora de esta amatoria participación está en exhibición en la Sala Arte Público Siqueiros, SAPS, de Polanco. La exposición y el performance superan las expectativas de las sectas de esclavas sexuales, ahora tan de moda, porque aquí, la esclavitud la ejerce un estilo de arte que es capaz de someter al Poder mismo. 
 La exposición  Geltain sincronizada Gelatin reúne los restos de la orgía performance que sublima la relación arte VIP con el Estado. El colectivo austriaco financiado con el erario público,  se fotografió presumiendo sus erecciones, “en un giro a los paisajes románticos o fotografías turísticas” efecto que seguramente sufren todos los artistas VIP cada vez que un funcionario les otorga una sala de un museo para que muestren sus intelectualizados genitales. El colectivo y la exdirectora del SAPS derrocharon recursos para hacerle saber al público y a la comunidad artística quién es el activo y quién el pasivo en este performance que supera las ceremonias iniciación de esclavas sexuales. Es importante aclarar que la descripción es parte de la obra de arte que se patrocinó en el SAPS: Los artistas  con ropa interior agujerada en el culo, se revolcaron “pintando” con los pinceles que cada uno se metió por el ano, al ritmo de la música en vivo, con el mural de Siqueiros de fondo  y en presencia de un selecto grupo de doctorados invitados que disfrutaron el show VIP. El papel “pintado” está colgado en las paredes de la sala, sintetiza el concepto que la dirección de ese museo tiene sobre la obra del Siqueiros. 
El taller de Siqueiros albergando las filias y patologías de un grupo de charlatanes curadores que pueden llamar arte a esta clase de cosas porque estamos viviendo un sistema ideológico intelectual que llama arte a lo más abyecto, y le adjudican argumentos filosóficos y académicos que las autoridades son incapaces de refutar por incultura y miedo a ser llamados “censores o represores” El arte VIP tiene secuestrada la voluntad de las autoridades culturales, las universidades y la “intelectualidad”. El museo informa que el colectivo posee una “destacada trayectoria”, indudablemente para pintar con el culo se requiere una especializada formación académica y por supuesto el soporte curatorial con doctorados internacionales.
Espléndido, eso mismo ha sucedido desde hace años en las salas del SAPS y en la mayoría de los museos, los artistas y curadores VIP le “meten” a las autoridades lo que les da la gana, y lo mejor de todo es que disfrutan tanto de esta relación que casi podemos oír decir “Maestro por favor, pónganme la marca de su secta” y en lugar de un tatuaje les montan una orgía escatológica o una instalación de basura  y los invitados aplauden. Es el arte oficial que apoyan con becas  y promueven, envían a eventos internacionales y se denomina públicamente como “orgullo nacional”. La historia de amor continuará, ya lo prometió su exdirectora al declarar que el INBAL está consiente que debe seguir con el proyecto con la misma sumisión que ha tenido desde hace años. Indudablemente las debilidades del placer y de la carne son irracionales.   
Las fotgrafìas y el video están aquí no los subo porque son degradantes