Los artistas contemporáneos VIP se cansaron de tener el
cerebro y la inteligencia en pausa y están decididos a ejercitarse y
consagrarse al mismo tiempo. Se han dado cuenta que la única forma de que vayan
a sus exposiciones es exhibiendo selfies-magnets, y como hasta pensarlos les
cuesta trabajo, están invadiendo las salas de pintura y escultura de los
grandes museos. Los directores y
curadores que ceden a la presión de ser modernos y se tienen que justificar con
el
star system por mostrar en las
salas obras maestras clásicas, para compensar, meten alguna infra obra
contemporánea VIP. La nueva versión del performance es hacer aerobics en las salas de los museos, el
Museum Workout
“una forma física de mirar al arte” “escuchar música de los Bee Gees y sudar
vigoriza al arte, te da una experiencia emocional diferente”.
Los performanceros han demostrado que ser indigentes
mentales les da muchos beneficios institucionales pero no les da público, convirtiendo
las salas de los museos en gimnasios con rutinas ochenteras adelgazantes pueden
acceder al público y al mismo tiempo entorpecer la contemplación de una pintura
de Tiziano o de cualquier pintor que haya tenido el atrevimiento de mostrar su
inteligencia con su obra. La exigencia de observación y comprensión no es
necesaria en sus performances, que son predecibles y efectistas, no es lo mismo
con el arte verdadero que requiere de concentración intelectual, justamente lo
que tratan de boicotear con estos performances. En el arte contemporáneo VIP no
hay contemplación, si brincan o se duermen en frente de sus obras no cambia la
experiencia, para eso está la explicación curatorial de la obra que determina
lo que el público debe pensar o entender.
Los videos de aerobics y de zumba son virales, es
una injusticia que los performanceros que son
doctorados en universidades y tienen becas institucionales no disfruten de esa
fama, se han mutilado, golpeado, desangrado, fornican en público y con estos
sacrificios mantienen su sitio lumpen en el arte VIP, con una rutina de zumba
es probable que les den likes. La pregunta es ¿por qué no hacen esto en sus salas
vacías de los museos de arte contemporáneo VIP? Ahí podrían jugar béisbol,
instalar un campamento
o montar un
boliche, no hay obras ni público, hacerlo en un lugar que se va afectar con el
sudor y la temperatura, que un movimiento pueden dañar las obras, es nada más la
obsesión de degradar al arte verdadero al nivel de su infra talento.
El arte VIP es el que necesita ser “vigorizado” porque se
muere al final de cada exposición, sus obras
se convierten en basura afuera del museo. Se trata de “compensar” la presencia del gran
arte con estupideces, entonces después de una exposición de un artista VIP con
cajas de cartón, bolsas de plástico y
tablas con agujeros para “compensar” pongan una obra de Rubens y un letrero que
diga “esta obra es para que limpie su cerebro y lo ejercite después de ver
obras VIP sin inteligencia”. Ejercitar el cerebro es posible cuando retamos
nuestra inteligencia, que es justamente lo que no hacen estos artistas, les
propongo que en vez de dar esos brincos, aprendan a dibujar o se pongan a
observar esas obras que no permiten ver con su invasión aeróbica. Ahora si se
trata de adelgazar, hagan una huelga de hambre, que es el performance más
efectista.