Frida Kahlo Corporation, FKC , tiene las mismas siglas que
Kentucky Fried Chicken, KFC, y el mismo nivel de comercialización. Poseen los
derechos comerciales de la imagen, es decir el cuerpo, el rostro, el nombre y
la frase “Pasión por la vida” de la pintora que fue comunista, que nunca fue
consumista y que vivía con sencillez, dedicada a padecer su cuerpo y hacer sus
pinturas como un espejo de su dolor. Las parientas lejanas que son dueñas de la
marca, que la detentan como quien firma un convenio con el diablo, han vendido
el rostro y el nombre para zapatos
Converse, tequila y lo que a ellas más dinero les aporte, llegar a la
posteridad como una cubeta de pollo
frito alto en grasa, verse convertido en
un objeto al nivel de la comida basura, debe ser el castigo por el affaire
Trotsky o por los pecados que sean, parece una condena maquinada por Dante en
su Infierno.
El pleito ahora es con la Compañía de juguetes Mattel, que
hizo una Frida-Barbie con lo que se supone es el rostro o el estilo de la
explotada pintora. La Frida-Barbie nació en medio de la avaricia familiar y
corporativa, la FKC tiene socios que dejaron fuera a las parientas, ellas abrieron
otra compañía para seguir explotando a
la difunta Frida, y para los juzgados de Florida en Estados Unidos,
que llevan el pleito, esta compañía es
ilegal y viola los derechos de explotación, porque por increíble que parézcalas
parientas compiten con su propia corporación, y una infringe los derechos de la
otra. Es un lio absurdo, porque la FKC hizo negocio con Mattel y ellas dicen
que no están de acuerdo porque no les preguntan su opinión. Entonces pararon la
venta de la Frida-Barbie en México, y ahora los socios de la FKC están
demandando a las parientas por 75 mil dólares por daños.
Eso pasa cuando se hacen socios puros tramposos y
abusadores, los negocios son oportunidades para transarse entre ellos. Mientras
tanto el nombre, la imagen, la vida de una artista es tratada como comida
basura. Tan fácil que es hacer las paces, total es un asunto de dinero no de
ética, o de amor a la obra de Frida, es una gran oportunidad de negocio. Mattel
podría hacer la Casa Azul, igual que hacen la casa y el coche de Barbie, pero
versión Coyoacán, con el estudio de Frida, un Kent gordo que es Diego, mini
cigarros de mariguana, un ajuar completo de vestiditos y collares, cuadritos y
macetas, sería el agasajo navideño para las hijas de las feministas. Las niñas
jugarían a que van a los mítines del Partido Comunista y que dicen discursos,
que se pelean con Rockefeller, incluiría un set de materiales para que hicieran
sus dibujos, todo marca FKC. La discusión de que no se parece es irrelevante,
esta versión es como una Miss México disfrazada de Frida, lo que hace muy
aspiracional a la muñeca, las niñas se motivarían a entrar en el concurso de
belleza y darle un giro comunista-feminista. Lo único que tiene que hacer los socios
y las parientas es sentarse con una botella de tequila, una cubeta de pollo KFC
y arreglar el negocio de la FCK.