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Hylas y las ninfas, John Williams Waterhouse |
Las feministas puritanas e ignorancia pretenden ser las
dueñas del cuerpo femenino a nivel físico, simbólico y social, han llegado tan
lejos como las religiones y culturas absolutistas que niegan los derechos
humanos de las mujeres. La “cosificación del cuerpo de la mujer” se manipula,
hacen de ese cuerpo un “objeto de activismo” y le niegan posibilidades eróticas
y lúdicas, para el feminismo, como para los religiones monoteístas, la mujer es
un ser insensible que es obligado a entregarse o participar del placer. El mito
de Hylas y las Ninfas es una lección sublime: el joven Hylas, valiente y
hermoso es hijo del rey Tiodamante
asesinado por Hércules. Deslumbrado por la belleza del joven, Hércules lo adopta
para convertirlo en un guerrero. Hércules, admirado por su valor y fuerza en
las batallas se enamoró perdidamente de Hylas. Al iniciarse la expedición a Cólquida,
Hércules se llevó al hermoso joven, que excitado por el peligro se fue a buscar
la gloria. En las costas de Tidade enviaron a Hylas a buscar agua pura, llegó a
un estanque transparente, y el mirase en las aguas, la Ninfas brotaron cantando
y seduciendo. Sus cuerpos atrajeron a Hylas derrumbando su valor y su fuerza
ante la sensualidad, se sumergió en el estanque con los brazos de las Ninfas acariciándole.
No volvió a salir. Hércules aulló desesperado, se vengó asesinando a los misios
culpándolos del rapto, el joven Hylas nunca regresó del eterno orgasmo de las
Ninfas.
El mito inspiró una de las pinturas más bellas del
movimiento Prerrafaelista, del
pintor inglés John William Waterhouse, realizada
en 1896, hace 122 años, hoy ha sido retirada de la Manchester Art Gallery en un
acto de censura disfrazado de performance para “pensar en la cosificación del
cuerpo femenino” a cargo de una curadora y una artista feministas. En lugar de
la obra maestra, en el ominoso espacio vacío, el público va a colocar postits
opinando sobre el tema, para las feministas VIP provoca más reflexión un postit
que una hermosa pintura. La ignorancia y la violencia de esta censura son escandalosas,
en el mito el seducido es Hylas, el poder de decisión sobre el cuerpo y la
sensualidad es de las mujeres, Hylas es pasivo, el dolor de la pérdida es de
los hombres, Hylas y Hércules.
Lo que molesta al
feminismo es el punto de vista masculino, su enemigo son las relaciones entre
dos sexos. ¿Por qué una mujer no puede seducir y se dueña de su cuerpo para
entregarlo? ¿Por qué toda relación se debe ver como abuso hombre-mujer? Esa obsesión
con reducir relaciones sensuales y sexuales en víctima y verdugo, es maniqueísmo
que deja a la mujer en una vulnerabilidad irresponsable. El arte y la belleza
tienen derecho al erotismo y la poesía, lo que vemos es la violencia
iconoclasta que castiga y prohíbe a las imágenes. La consecuencia es sustituir a
la pintura por algo sin belleza, sin aportación poética, con la flagrante
mediocridad de las autoras, una vez más estamos ante la persecución del
verdadero arte por los dogmas de una ideología.