El colectivo funciona igual que los grupos religiosos que se
infiltran en zonas rurales para manipular a la población, el resultado de su
expedición y diseminación ideológica es subsidiado y apoyado por la UNAM con
una exposición que continúa su labor proselitista en la comunidad
universitaria. El erario de los impuestos pagando exposiciones de colectivos de
fanáticos politizados ¿Quiénes son los patrocinadores y los beneficiarios de
esta complicidad ideológica? El poder siempre ha comprado artistas y escritores
como voceros de su propaganda, son de fácil acceso, baratos y dispuestos, lo
podemos ver en esta exposición, en la que el entreguismo y la enajenación es la
“obra de arte” de la mediocridad tutelada por la ideología.
lunes, 29 de enero de 2018
ALIENACIÒN ARTÌSTICA
El museo contemporáneo es el refugio sectario para
exhibiciones de banalidades politizadas, el proselitismo y las profecías
oportunistas. El MUAC, Museo Universitario de Arte Contemporáneo, recinto supuestamente autónomo, es
utilizado como tribuna del fanatismo ideológico al que se someten los artistas
VIP. La exposición del colectivo Chto Delat, nos dicen que “propaga modelos de
auto-educación activista que reconectan la acción política, el pensamiento
comprometido y la innovación artística”, es un himno a la alienación descarada sin
valor estético. El arte contemporáneo VIP tiene entre sus fundamentos el ataque
al Movimiento Muralista por sus implicaciones sociales y ahora empapelan las
paredes de los museos con recortes de periódicos, fotografías fuera de foco,
artesanía revolucionaria, una muestra que no ofrece una sola manifestación de
“innovación artística” porque desde hace décadas hacer videos de mala calidad y
montar performances con nivel de escuela secundaria ha sido disfraz de la manipulación
ideológica. ¿Qué sigue después de esto, exposiciones para que los Testigos de
Jehovah recluten prosélitos? Si los museos universitarios van a dedicarse
abiertamente a divulgar propaganda tendrían que ser imparciales y abrir el
espacio a los partidos políticos, las asociaciones religiosas, Provida y las
sectas. Los artistas VIP, curadores y académicos engrosan la masa alienada y
ese sojuzgamiento se denomina como “arte” para captar adeptos, es tan burdo que
nada más les falta, como los partidos políticos en campaña, repartir gorras,
regalos y folletos.
Las secciones de la exposición están acompañadas de cédulas al
estilo de hojas parroquiales con discursos académico-panfletarios, las obras
“zapatistas” son artesanía revolucionaria de factura comercial al nivel de
suvenires para turistas de los que venden en los aeropuertos, evidentes
imposturas intelectuales dedicadas a una asimilación ideológica carente de
proyecto artístico. Las obras de David, el arte religioso, el Constructivismo
ruso, permanecen como arte que superó a las ideas que esgrimieron. Las manifestaciones de esta exposición son inherentes a su función
alienista, sin esto son menos que nada, basura demagógica que se desecha al
finalizar la campaña política. Teorías conspiratorias, delirantes afirmaciones
saturadas de lenguaje “sociológico”, maniqueísmo político, el colectivo y el
museo adoctrinan al público para que vea este amateurismo exótico como
“pensamiento comprometido”.
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