jueves, 29 de noviembre de 2018

PIADOSA ARROGANCIA

Los peores tiempos son los tiempos del arte. La creación es consecuencia de la desesperación, del rechazo a la invencible realidad. Hambre, enfermedad y guerra, se regodean en su poder lanzando a la muerte, emisaria absoluta e incuestionable. Los seres humanos respondemos con débiles y minúsculas armas: música, poesía, dibujo. Los dioses se burlan de la ignorancia evasiva que nos determina, de la necia condición que no entiende a lo que se enfrenta. Sin ley y arrogantes, tratamos de escribir de nuestra historia, ese privilegio nos está prohibido, las vidas se repiten, los dolores regresan, los males son incurables, nuestro libre albedrío es un espejismo que refleja lo que no somos.  
En el Metropolitan Museum de Nueva York exponen su colección de pintores holandeses barrocos, la explosión de la naturaleza muerta, el retrato y las escenas de la vida cotidiana, que realizaron cuando Europa se destruía en las guerras religiosas y la miseria triunfaba con sus malolientes jirones. Las religiones demostraban su poder con cadáveres, pan podrido, agua sucia, cuerpos cubiertos de pústulas, y el sufrimiento ahogaba a las virtudes. Las batallas ensordecían los paisajes, la música purificaba al llanto, y en los talleres construían laúdes y clavecines, las maderas preciosas traídas de América y África se traficaban entre los artistas y artesanos para inventar sonidos, para darle al espíritu un lenguaje que pudiera escuchar sin miedo.
Thomas de Keyser, en el lienzo, El músico y su hija, 1629,  contrasta la severidad del color negro, símbolo de la austeridad protestante, con la juventud del músico que ágil saca de su estuche un laúd, una niña lo mira con una sonrisa y el pintor conquista la naturalidad para vencer al realismo. El joven está en movimiento, en el interior de la casa viste capa y sombrero; ella lleva en la mano un delicado abanico de plumas blancas, está impaciente por bailar las Danzas de Joachim van den Hove, distraer al infortunio con el gozo desterrado. La partitura invade el presente, y la pareja, en su presuntuosa austeridad, sabe que afuera de esa habitación la población busca comida entre los desperdicios, y las leyes divinas se disputan el honor de matar.
El color negro es el gran hallazgo del puritanismo, es su orgía y su exceso, la represión desquició el brillo, los pliegues, los filos azules, las sedas y los terciopelos, el cuerpo y el alma se unieron en el limbo que les da espacio, en un color que es penumbra y ascetismo. Luto anunciado, el camino de la vida es el aprendizaje que se dirige a la muerte, la ausencia de color es la ausencia de vanidad, y en esa resignación, se concentra la belleza maniquea de la tonalidad sin evasiones. Los cuellos blancos resplandecen en piadosa arrogancia, la mortificación es opulencia, el cuerpo se oculta y la cabeza se enmarca, las variaciones cromáticas son fugas musicales, evanescencias de la materialidad. La miseria contempla avergonzada, la elegancia es un castigo divino inmerecido. 

viernes, 23 de noviembre de 2018

ENTREVISTA AVELINA LESPER


Entrevista realizada por Júpiter de la Revista Urbana de Guadalajara, Jalisco, en el recinto del Instituto Cultural Cabañas, durante la inauguración de la exposición de la Colección Milenio Arte, de la serie El Amor visto por el Arte.
Agradezco a Júpiter y a la comunidad LGTB su interés en esta exposición y les hago un reconocimiento en su lucha por los Derechos Humanos, por el respeto a la libertad de vivir nuestro cuerpo y nuestra presencia como una elección personal. Las sociedades que estigmatizan la individualidad fomentan la violencia y la injusticia. La comunidad LGTB ha emprendido una tarea que está educando a la sociedad en el respeto y la dignidad de ser quienes deseamos ser.

ENTREVISTA AVELINA LÈSPER


Entrevista realizada por Aleks Phoenix  el final del evento Ars Media de la Revista Picnic

domingo, 11 de noviembre de 2018

VISITA GUIADA POR AVELINA LÉSPER EN EL INSTITUTO CULTURAL CABAÑAS


VISITA GUIADA PARA LA EXPOSICIÓN 
EL AMOR VISTO POR EL ARTE
Lunes 12 de noviembre en la Capilla del 
Instituto Cultural Cabañas en Guadalajara, Jalisco
Abierta a todo el público, entrada libre

lunes, 5 de noviembre de 2018

DIA DE SPECTRE

 En el neoliberalismo las tradiciones tienen precio, y entre más rápido se vendan menos se devalúan. El Día de Muertos era emblemático de nuestra identidad, hasta que llegó James Bond, el agente 007 y su largometraje publicitario en el que está a la venta, desde su ropa interior a la Catrina de Posada y los Tzompantli. Lo más barato, por supuesto fue nuestra Cultura. La  falsa valentía ante la muerte del folklor patrio le dio el toque exótico al glamour del espionaje ultra macho y sexual, ir a los tacos de canasta en un Aston Martin, y ser la escenografía tacky de una película serie B es el mexican dream. 
 El Agente 007 y su equipo de stunts aterrizaron sobre los tejados del Centro Histórico y mataron el Día de Muertos, ahora la misión imposible es recuperar la verdadera tradición enterrada por el marketing. Presumiendo ofrendas neoliberales, hacemos desfiles imitando la película, los maquillajes y disfraces, toda la parafernalia es un remake de bajo presupuesto y sin espías inmortales. Las autoridades culturales encargadas de fomentar las fashionistas tradiciones originales deberían invitar famosos  para que desfilaran y volver a darle proyección internacional. Los alebrijes contemporáneos ya parecen Transformers, es muy refrescante que la Catrina y los nuevos disfraces sean un sincretismo entre carnaval brasileño, Frida Kahlo y Halloween. Despojada de su sentido trágico prehispánico se murió nuestra tradición pero nació otra, eso está muy bien, tal vez sea necesario que los creativos de la industria de entretenimiento reinventen toda nuestra Historia y sea apreciada por el público invitando a replantear su identidad. 
Somos más mexicanos vistos por los extranjeros que por nosotros mismos, como las caricaturas de Speedy Gonzales o los narcos de los thrillers de cine y televisión. Eso pasó con Frida, hasta que Madonna desató la fridamanía nadie se paraba por la Casa Azul que estaba casi en ruinas, hoy es como ir a Taco Bell. La reactivación patriótica podría contratar al equipo de Spectre y remasterizar todas nuestras tradiciones, símbolos patrios y desfiles, con una nueva versión de nosotros mismos, más colorida y vendible levantarían el tan deprimido espíritu nacionalista.
Es más fácil que le entreguemos nuestra idiosincrasia a un equipo cinematográfico a que la andemos defendiendo, es momento de ser inclusivos y multiculturales, el nuevo desfile fue optimista y festivo, como oír mariachis cantando en inglés, se debería incluir en el mal-Tratado de libre Comercio T-Mec.  La Madre Patria encarnada por una Chica Bond, convertir, ya por fin, en parque temático las zonas arqueológicas, con áreas de fast food y demás atractivos turísticos. En los murales sustituir el rostro de alguno de nuestros próceres por la cara del heroico 007 que vence a los malos, y siempre anda bien vestido, renovándose con cada casting. En esta visión más optimista tendríamos el aliento para alcanzar el estatus de ser el Amigo Country del primer mundo.