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lunes, 30 de julio de 2018
jueves, 26 de julio de 2018
DIÀLOGO DE GRAFFITI ¡AVELINA LÈSPER, ME LA PELAS!
El diàlogo será el sábado 4 de agosto en el Museo de la Ciudad de México, a las 11 am. Es una invitación abierta al diálogo para los autores de estos graffitis, toda la comunidad graffitera de la Ciudad y el público en general.
Al final tendremos una sesión de preguntas y respuestas.
Al final tendremos una sesión de preguntas y respuestas.
martes, 24 de julio de 2018
DIÀLOGO DE GRAFFITI, ¡AVELINA LÈSPER, ME LA PELAS!
En la calle 4 Poniente esquina con Periférico Sur, en la
Ciudad de México, un amigo mío, el Irrompible López, encontró un graffiti con
la frase ¡Avelina Lésper, Me la Pelas! Los autores son Mufo y Neón.
Invito a los autores a que mantengamos un diálogo sobre lo que implican estas
intervenciones y en qué sustentan su valor para considerarlas arte y argumenten por qué deben permanecer en las calles como parte de la cultura de la Ciudad.
El Museo de la Ciudad de México es el organizador de este encuentro.
El diàlogo será el sábado 4 de agosto en el Museo de la Ciudad de México, a las 11 am. Es una invitación abierta al diálogo para los autores de estos graffitis, toda la comunidad graffitera de la Ciudad y el público en general.
Al final tendremos una sesión de preguntas y respuestas.
El Museo de la Ciudad de México es el organizador de este encuentro.
El diàlogo será el sábado 4 de agosto en el Museo de la Ciudad de México, a las 11 am. Es una invitación abierta al diálogo para los autores de estos graffitis, toda la comunidad graffitera de la Ciudad y el público en general.
Al final tendremos una sesión de preguntas y respuestas.
El primer diálogo será en la Ciudad de México el objetivo es que se integren las distintas comunidades del país, en Guadalajara y en Monterrey la presencia del graffiti es muy evidente.
El Museo de la Ciudad de México realizará una trasmisión en vivo y esperamos que de esta reunión surjan las ideas que puedan aportar para diferenciar entre un movimiento estético y el vandalismo.
domingo, 22 de julio de 2018
NAHUI OLIN, AQUÌ SIGO
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NAHUI OLIN, EL PAISAJISTA CARLOS LANDI |
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NAHUI OLIN, AUTORRETRATO |
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RETRATO DE NAHUI OLIN, POR EL DR ATL |
Es muy sincera al afirmar que su “cuerpo es una obra de arte”,
porque es lo único que de verdad valora, el narcicismo encegueció su “mirada
infinita”, impedida o negada para aceptar que su insulsa obra plástica era el
verdadero espejo de su existencia. Tener ojos verdes y ganas de desnudarse no
es suficiente para trascender, en ese momento ya había miles de hombres y
mujeres posando, la diferencia la hacen los fotógrafos, no la modelo, Nahui
tiene el nivel de una instagramer, su
único “mérito” fue ser una burguesa exhibicionista.
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NAHUI OLIN, MUJER CON ANTEOJOS |
La tendencia políticamente correcta del nuevo feminismo baja
las exigencias de las mujeres para consagrarlas y no es justo, en la misma
época estaban pintando Frida Kahlo y María Izquierdo que desarrollaron una obra
comprometida en su estilo y discurso; la poesía de Villaurrutia o Gorostiza
dejan a los poemas de Nahui en el sitio que les corresponde, en berrinches egocéntricos.
Esas mismas pinturas realizadas por un hombre nunca hubieran trascendido, y
menos dentro del contexto de obras que estaban realizando los Muralistas, en la
misma exposición la diferencia con las obras del Dr Atl es evidente, y los
retratos que él le hizo a Nahui son los que han sembrado el mito que ahora
tratan de inflar. Es una contradicción enorme que insistan en verla como “feminista”
porque explotó su cuerpo, y posó en circunstancias que para el mismo feminismo
es reducir el cuerpo femenino en un objeto, mientras, además parte de su “trayectoria”
sea su historia amatoria, y que eso determine sus cualidades “intelectuales”. Rodeada
de la intelectualidad, no fue poeta, ni pintora a la altura de su momento, buscó
ser admirada, posar desnuda fue lo más que ofreció, aspirando a que eso
determinara cómo se debería ver su obra. Los hobbies de “pintura de mujer
rebelde” y de posar para sentirse hermosa, son el caparazón de una existencia
que dice “aquí estoy” sin saber para
qué.
Crítica de Arte
pintura
miércoles, 11 de julio de 2018
SE BUSCA AUTOR DE GRAFFITI
Se busca al autor de este graffiti ubicado en la calle 4
Poniente esquina Periférico Sur en la Ciudad de México, a unos metros de la
sala de conciertos Ollin Yoliztli.
La calle y el área en general están intervenidas por distintos
graffitis, invito a los autores que tengamos un diálogo acerca de cuál es la
finalidad de estas pinturas y sobre las diferencias de calidad entre ellas, en qué
limite esto puede ser arte urbano o simple vandalismo.
Si se ponen en contacto podemos ver en dónde
mantenemos esta conversación abierta con todos los que pintan en los muros de
la ciudad.
GATOS
Ocupados en distintos asuntos, obligados a resolverlos en
ese instante, brincan a la mesa, se sientan encima del teclado, dirigen el
mouse de la computadora, escribiendo un misterioso aforismo. La elasticidad de
su cuerpo no hace más flexibles sus decisiones. Montaigne tenía la compañía de
varios eruditos que ponían en orden su inmensa biblioteca, y cuando les pedía
consejo para alguna línea de sus ensayos, tomaba un cordón y dialogaban importantes
cuestiones, y concluía que el gato era el que jugaba con él. Se debaten en dilemas
que requieren de un serio análisis, T S Eliot, en su poema del gato llamado The
Rum Tum Tugger, describe su hamletiana
personalidad, ante la densidad del aburrimiento quiere ir afuera y como “siempre
está del lado equivocado de la puerta”, hay que volver a invitarlo a pasar,
entrando en un círculo interminable de dudas, entradas y salidas. En las
entrevistas siempre tienen algo que decir, maúllan participando en el momento
más polémico de la conversación aportando desconcierto y derribando un
argumento que se pierde a la menor divagación.

En una demostración de la inestabilidad de la materia tienen
la capacidad de desaparecer, buscarlos es una misión de psíquicos y magos,
capaces de ver fantasmas y espíritus, y una vez agotados los recursos de la
investigación, ¡zaz! aparecen con paso silencioso, y mira alrededor
preguntándose qué interrumpió su paseo. Impacientes, no les gusta posar para
pintores, obligan a que la memoria y la observación trabajen, susceptibles
detectan cuando los miran y se mueven de inmediato, Leonardo y Foujita los
retrataron en movimiento o dormidos que es la única forma de que estén quietos.
Estudiar un gato para dibujarlo debería ser una materia obligada en las
carreras de arte, ver si la elástica columna gira del lado derecho o el
izquierdo y si la proporción de la cola varía según las circunstancias.
Rayados, rojos, grises, blancos, combinados, negros, con traje de noche tipo
tuxedo, con calcetines y guantes, chalecos, antifaces, cejas y bigotillos
blancos, el ajuar es interminable, con obsesión lo cuidan, se hacen largas
toilettes, baños delicados y profundos.
Ahuyentan a la soledad, a la tristeza y a las plagas que
merodean una casa, limpian de dolor el
alma y con su mirada nos dicen que son fieles, vigilantes y protectores. Contemplan
por las ventanas añorando el espacio, ven pasar a los pájaros, y mientras beben
un poco de leche o se saborean un plato de crema, con el movimiento de la cola
nos dicen que aún son salvajes. En el desayuno compartimos un poquito de pan,
en la cena adoran la avena o una hoja de
espinaca, nos hacen sentir que les gusta lo que hacemos, que viven nuestro
presente en completa entrega, que no escatiman su presencia. Ven llegar a la
noche con sus ojos brillantes, y se trasforman, recuperan su leyenda, se
mitifican en el interminable abismo de los seños, y calientan el regazo,
duermen con su pausada respiración, y nos abrazan y nos dicen: somos solitarios
en compañía.
lunes, 9 de julio de 2018
ESA FOTOGRAFÌA
Esa fotografía cambió el destino de esos niños, esa
fotografía denunció la política inhumana y cruel de Trump en contra de los
inmigrantes, esa fotografía consiguió que el mundo se enterara de un crimen
inenarrable. El fotógrafo John Moore captó a la niña hondureña de dos años de
edad que llora desesperada y desolada ante el gigantismo prepotente de los
guardias fronterizos. El fotógrafo Moore propició algo que a nivel
institucional o intergubernamental era imposible de lograr, la difusión de esa ominosa
imagen detonó la suspensión y la investigación de lo que hay detrás de esa
criminal política de castigo para los inmigrantes.
La fotografía de
Moore dimensiona la importancia del trabajo de los fotógrafos y la labor
periodística, la violación a los derechos que sufrieron durante meses esas
familias, esos niños, nunca hubiera cambiado sin esa serie de fotografías. Moore
ha trabajado en la India, Egipto, la frontera de México con Estados Unidos y
Sudáfrica, los trabajos que realiza para Getty Images tienen la carga social y
humana que hace que los acontecimientos trasciendan la estadística. El fotoperiodismo
va más allá de la documentación, es una forma de “ver” lo que sucede, de
anticiparse y prever a dónde se va a dirigir algo, estar alerta de en dónde se está
gestando esa imagen que va a definir un acontecimiento. La capacidad de síntesis
del fotoperiodismo está en que humaniza a los protagonistas, dando materia a la
descripción escrita. Al leer el reportaje de un desastre o a lo crónica de un
evento social, el acompañamiento de la fotografía culmina con la idea que nos
formamos de lo comunicado, sin esa imagen no tendríamos completa nuestra
apreciación y por eso la guardamos en la memoria.
Desde este espacio, y aunque sé que no lo va a leer, le agradezco
a John Moore por realizar esas fotografías y haberlas publicado en las redes,
por ser valiente y no dejarse intimidar por la presencia del poder, por vernos
como seres humanos, porque gracias a él y al trabajo periodístico de miles de
fotógrafos denunciando injusticias, ellos han provocado cambios como el que
acabamos de vivir, hicieron más que los gobiernos de los países de origen de
los migrantes, que han reaccionado con vergonzosa pasividad.
En la criminal política que emprendieron hace meses en
contra de la inmigración a Estados Unidos, han desaparecido miles de niños, y
es obvio que estas fotografías no solucionan esta tragedia, y sin embargo
hicieron el cambio. Es lo que sucede con el arte, no cambia al mundo, pero es
capaz de impactar y provocar reacciones sociales y humanas. Los fotoperiodistas
muchas veces ponen en riesgo su vida, y aun así continúan con su trabajo, en la
mayoría de las ocasiones los lectores no leen el crédito de la autoría de una
imagen, pasa en el anonimato, para la mayoría de ellos la recompensa es intima,
ver que su trabajo movió los engranajes de la justicia. Recordamos el hecho y la escena y no sabemos
quién hizo la fotografía, así es este trabajo, es esta ocasión podemos decir el
nombre John Moore, y que sirva para decir el nombre de todos mis compañeros
fotoperiodistas.
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