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Autorretrato con José Gómez Sicre, Police Station New York , 1968 José Luis Cuevas |
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José Luis Cuevas y José Gómez Sicre en el MoMA. |
El texto La Cortina de Nopal, contiene la
consagraron de Cuevas como “niño terrible y rebelde”, fue escrito por Gómez
Sicre desde Washington y enviado como carta, acto seguido organizó una gira por Latino América para presentar a Cuevas y sus
ideas. El performance incluyó construir con autoelogios la personalidad de
Cuevas, la reiteración de que era genial, que su carrera era extraordinaria,
que era un macho, que había tenido innumerables amantes, un personaje desproporcionado,
que convenció a los que querían creer. ¿Qué sería de la obra y trayectoria de
Cuevas sin su Pigmalión? Sin su performance de genio folletinesco inspirado en
Picasso. ¿Era necesario prestar ese servicio para que su obra existiera? Exposiciones
en decenas de museos extranjeros, publicaciones y entrevistas en medios
internacionales, la gestión de Gómez Sicre fue incansable, un burócrata que
cumple sus objetivos. El misterio es por qué utilizó a Cuevas de vocero y no a otro
con más fuerza, con un trabajo más depurado.
Posicionado como “gran dibujante” ejerció un dibujo tímido,
pequeño, oculto en la indefinición, temeroso del formato y la resolución.
Variantes de un cubismo mal estructurado, en la deformación que encubre
indecisión. La obra erótica son genitales y manos diminutas, sin placer,
asexual. La leyenda del “niño terrible” es una obra infantilizada, tristemente inacabada,
encubierta en una cortina de líneas, obra para ojos pequeños como los de sus
personajes. En su “genialidad” no hay una obra maestra o un trabajo contundente
que defina o represente su trayectoria, tampoco dejó escuela, o fue influencia
estética, al contrario, las órdenes de Gómez Sicre eran acabar con la enseñanza
rígida, con la estructura que hoy ha desencadenado que los estudiantes salgan
de las escuelas de arte sin saber dibujar. El performance de su inventada
personalidad es lo más citado y recordado, no su trabajo, por eso explotó el escándalo,
para existir, estar presente. La genialidad no se proclama, se demuestra, la
campaña y su trabajo artístico no fueron suficientes, ni para sustentarlo, ni
para destruir al Muralismo. Gómez Sicre se equivocó de casting.