lunes, 26 de diciembre de 2016

EMOCIONES

Goya, El sueño de la razón. Grabado. 
¿Qué hacemos con las emociones? ¿Ocultarlas, fingirlas, drogarlas con ansiolíticos o dejarnos arrastrar por su anárquico e impredecible apetito? Nos definen y nos deforman, se apoderan de algo que no les pertenece: el tiempo de ser y estar. La razón es un gobierno que no siempre rige, Goya lo dijo cruelmente con su autorretrato aplastado por el sueño, torturado por monstros; y la razón dormida, distraída, anestesiada o encarcelada por los sentimientos. El arte es puerta, ventana y caverna, se siente, se vive, desde la creación o la contemplación, pero la obra sin equilibrio es un capricho de lo que no piensa.
Crear y sentir, es crear y pensar, los recuerdos trágicos de Primo Levy, la gama de grises del Guernica de Picasso, no existirían sin el dominio de la razón sobre esa urgencia de que la emoción no se pierda. El reto: el efímero tránsito de una sensación que debe ser plasmada, explicada y perpetuada en una visión estética que la traspase y la haga algo más que un hueco de la no razón. La obra no es posible desde la frialdad de la intelectualización, sin un visceral punto de partida la obra no palpita y nace muerta. El contraste está en las obras que esgrimen su valor como descarga sociológica que no aporta a su resolución o a su presencia; el arte no es el diván de un psiquiatra que soporta la filias y fobias de alguien sin talento o asunto en la creación. La presencia de la emoción obliga a un compromiso, el arte como las relaciones, exige de entrega para consumarse. Mentir en el amor o en el sexo, es como en la creación, únicamente convence al mentiroso, porque lo que no se siente, no se inventa. El gozo, el dolor, el fastidio, la selectiva obsesión de la memoria, están presentes en las obras, pero no son la obra. Lo que perseguimos o no queremos detonan un argumento, son la excusa que la razón no proporciona y sin embargo controla y desarrolla.

La música creó un lenguaje capaz de transportarnos en su cauda, dejarnos postrados por lo que tenemos dentro o hacernos vomitar con violencia lo que ocultábamos, hasta que la sobre intelectualización la redujo al ruido de la académica mendicidad creativa. La poesía castigada como desahogo de la mediocridad sensiblera. El espectador de apetitos inmediatos, que si “siente algo” cree que es arte, un cuartito cubierto con focos o una cubeta de suciedad. Sentir es virtuoso si nos da luz sobre lo que somos; la razón es un guía paciente, enseña y conduce, y nos deja saber ser espectadores de lo que vivimos.     

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Para quando, o teu livro em português?
Obrigado .-)
Luis

Anónimo dijo...

Para quando, o teu livro em português?
Obrigado .-)
Luis

Víctor Manuel Ramos dijo...

Implacable este juicio, así como parece certero.

Alejandro Salazar dijo...

Usted es la incertidumbre del artista convertida en prosa. Cuando leo su critica y ensayos del arte siento lo mismo que al ver "The woman in gold" de Gustav Klimt. La critica de arte como practica artística ha desaparecido y usted mantiene la vela de la esperanza encendida.

Tristan Fieras dijo...

Qué hermoso.

Anatzintech dijo...

Me encanto, me gustaría que un dia escribiera sobre las ideas de Matisse acerca de la pintura, hay un libro llamado "Apuntes y consideraciones sobre arte" creo que el pintor tiene ideas muy lucidas sobre las emociones y la razón en la creación.

Anónimo dijo...

Me gustaría por favor que me dijese a que se refiere con la frase "La música creó un lenguaje capaz de transportarnos en su cauda, dejarnos postrados por lo que tenemos dentro o hacernos vomitar con violencia lo que ocultábamos, hasta que la sobre intelectualización la redujo al ruido de la académica mendicidad creativa". ¿Se refiere por casualidad a la música docta del siglo XX y XXI (parcial o totalmente)? En caso afirmativo, ¿podría decirme autores y obras a las que haga específicamente alusión dicho comentario?

Unknown dijo...

Buenas tardes, acabo de descubrirla en Internet buscando información para estudiar arte en la Ciudad de México, no tengo mucha orientación del tema pero me había dado cuenta de que el arte contemporáneo es basura en gran medida... me quedo muy claro tu punto, yo quería ingresar a la esmeralda y el año pasado me pareció bastante elitista el proceso de admisión, pidiendo exposiciones a los aspirantes cuando son aspirantes... como si fuera tan fácil exponer tu obra cuando ni siquiera tienes una carrera en la rama. En tu entrevista "El Arte trasciende" mencionas que tienen escuelas buenas, agradecería infinitamente si pudieras orientarme, había ido con un conocido que tenia relación con un maestro de la esmeralda pero cuando fui a su casa tenia cuadros de latas de sopa, y esculturas de calzones... así que desistí un poco y comencé a buscar por mi cuenta, ojalá pudieras ayudarme porque no se muy bien cual es una buena opción, considerando que la esmeralda es algo cara para mi, quisiera saber tu opinión de donde estudiar arte en la Ciudad de México, ya que yo mantengo mis estudios desde pequeña y no quisiera desperdiciar tiempo y dinero para pintar latas de sopa u orinarme frente a todos para aprobar, muchas gracias y felicidades por tu labor.