sábado, 19 de marzo de 2016

CONSUMO CULTURAL 100% DEDUCIBLE DE IMPUESTOS

Marinus van Reymerswale,The Tax Collectors,oil on panel 
 El arte y la cultura padecen dos males esenciales que derivan en lo mismo: la falta de público y los constantes recortes en el presupuesto gubernamental. El Estado monopoliza el patrocinio, promoción y adquisición de los bienes culturales, y evidentemente, no puede con esta misión. La “generación de públicos” es un lugar común para implementar iniciativas que no han funcionado, las salas de los museos, conciertos y teatros siguen vacías.
Es prioritario generar mercado y se va a conseguir con incentivos fiscales para que la sociedad civil consuma bienes culturales. El Estado, la comunidad cultural y el público tendrían que asumir que es más sano generar mercado en lugar de continuar con el  paternalismo de las becas, la discrecionalidad de las subvenciones y los recortes indiscriminados. Impulsar el consumo es más fructífero y esto inicia con la anulación de la ley Videgaray que estigmatiza la compra-venta de arte, para que la adquisición, patrocinio y divulgación cultural sean 100% deducibles de impuestos. Es un despropósito que por un lado reducen presupuestos y por otro estigmaticen el consumo de arte, si no hay dinero entonces alienten a la ciudadanía a que participe invirtiendo económicamente en la cultura. El paternalismo tiene paralizados, y en muchos casos comprados, a los “creadores culturales” que no están concentrados en la creación de su obra, se dedican a tramitar, gestionar, cumplir favores para conseguir subsidios y becas. Esto ha fomentado un dañino tráfico de favoritismos, opacidad y engrandece el monumento del gobierno como el gran salvador de la cultura. La cultura tiene que entrar en una mayoría de edad, ser autosuficiente y verdaderamente independiente. 
Pieter Brueghel the Younger, The Tax Collector, oil on panel 1620-1640
Si una persona compra un libro, un disco, un boleto para un concierto, el cine o el teatro, patrocina un montaje y por supuesto, adquiere una obra de artes plásticas, entre muchas cosas, que ese gasto lo deduzca completo de sus impuestos. Esta iniciativa detonará el consumo, atacará de forma frontal a la piratería, hará que mucha gente se inscriba en Hacienda, motivará el patrocinio, generará fuentes de trabajo y capital. El Estado debe cumplir su compromiso de apoyar a la cultura eso no significa hacerlo todo, hay que motivar a la sociedad civil porque el consumo no sólo se traduce en dinero, se logra una sociedad culta, pensante y crítica. El criterio de lo que es apoyado y lo que no, hasta hoy es exclusivo del Estado y del grupo que está protegido por el Estado, estas decisiones en muchos casos o están de espaldas al público o despilfarran fortunas en espectáculos populistas. La sociedad civil decidiría qué apoyar si el consumo y patrocinio se deduce 100% de impuestos, y la cultura no estaría supeditada a los presupuestos, que son los que deciden la calidad de las iniciativas culturales. El público se hace partícipe de la cultura cuando sabe que su consumo le beneficia, es una deformación en la relación con el público que crea que el Estado le debe “regalar” el acceso a la cultura.

El consumo y la producción cultural tendrían que estar dirigidos a fomentar la participación. El público no decide por la calidad de un espectáculo o un libro, decide por el precio o por lo que es gratis, y al “creador cultural” no  le interesa el público porque exponga o no exponga, venda o no venda el libro, lo van a becar, así ¿cómo quieren generar mercado y público? No tiene sentido subvencionar y recortar, este círculo vicioso tiene hundida la industria cultural, que literalmente no existe.  

miércoles, 9 de marzo de 2016

CONFERENCIA AVELINA LÉSPER


Analizaré la presencia de la poesía en el arte como un estado de creación metafórico, simbólico y armonioso. Contrastaré la pérdida de esa poética en la decadencia del arte VIP de la literalidad, la obviedad y simplicidad de ideas, obras y acciones.
Martes 15 de marzo 7 pm, en el Instituto Cultural Cabañas, en Guadalajara, Jalisco.

ENTRADA LIBRE. 

martes, 8 de marzo de 2016

EL HUMILLANTE DÍA DE LA MUJER

Antoine Watteau, Toilette
El día internacional de la mujer es un placebo populista, pretenden que con un día de eventos, mesas redondas, conferencias, ediciones de libros que nadie lee, se solucionan las grandes desigualdades que padecemos la mitad del género humano. Es un día para que los círculos feministas, ONG’s defensores de derechos desde los cómodos escritorios paraestatales se pongan en circulación y se platiquen entre ellas, es un vergonzoso premio de consolación, es la fiesta que reemplaza la molestia de hacer.
 Tenemos comisiones de igualdad de género en la cámara de diputados y matar a la esposa sigue siendo un delito menor en muchos de los estados de este país, y en cambio el aborto es causa de prisión, la diferencia es que un crimen lo comete un hombre y del aborto se responsabiliza únicamente a la mujer, aunque la pareja esté implicada.
El día internacional de la mujer a mi como mujer me humilla, no me da satisfacción que exista un sólo día al año para recordarnos que la mujer en la construcción actual de la sociedad continúa sin una integración total que le dé acceso a los mismos derechos salariales, legales y  morales que el hombre. El multiculturalismo ha fomentado la desigualdad, defendiendo las tradiciones culturales como si estás tuvieran un valor legal o ético se permite que las leyes tribales continúen haciendo de la ignorancia y los prejuicios un código social, y en la más grande de las contradicciones los Derechos Humanos se acaban cuando entra la defensa de las “tradiciones multiculturales”, y los mismos defensores de los derechos argumentan que se deben respetar las diferencias y las costumbres. Los crímenes de honor y la marginación son parte de esas ancestrales costumbres, y son intocables únicamente por su substrato folclórico, gracias al multiculturalismo la violencia en contra de las mujeres es parte de la identidad nacional.
Las diferencias no son exclusivas de la pobreza y el folclor, en los corporativos las mujeres ganan menos que los hombres, un promedio de 24% menos en México, todas las secretarias son mujeres y los jefes son hombres. La industria del espectáculo mundial y en Hollywood en particular, los sueldos de las actrices son menores que los actores, es casi imposible otorgar un proyecto de gran envergadura para que sea dirigido por una mujer. Invariablemente los ataques a las mujeres son sexistas, no hay diferencia si esta se dedica a los negocios, a la política o al show business, el flanco más frágil para insultarla es su género.
Las artistas feministas recurrirán al lugar común de hacer obras con botes de limpiadores y anuncios publicitarios culpándolos de la anorexia, reduciendo a la caricatura la situación femenina para no ver el contexto real, y quedando bien con las instituciones que subvencionan sus obras.
Celebrarán este día con listoncitos rosas, con rebajas en las tiendas, harán mesas de discusión y las personalidades de siempre pasarán a cobrar su cheque por participar en todo esto, a pedir subvenciones para editar revistas que se concentran en decir nada, harán programas con las mujeres de “éxito” mientras el gobierno intenta hacer negocios con Arabia Saudita aunque en ese reino de la ignominia las mujeres son literalmente esclavas, y veremos que en nuestro país México, las niñas de 14 años embarazadas dejan la escuela porque no tienen acceso a la educación y la salud sexual.