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José de Ribera, Prometeo. |
FOMO, Fear of missing
out, es la nueva fobia que inventaron los psicólogos, es el miedo a estar
desconectado, una consecuencia de ser adicto a la red, al teléfono móvil, y a
cada app nueva que ofrece el mercado. Ser las víctimas y convertir el síndrome
de abstinencia en fobia es lo más rentable para la complaciente psicología. El
adicto entra en pánico sin la sustancia que le da una satisfacción efímera y
que despierta más su apetito, porque crea tolerancia. Ahora resulta que no
tener la sustancia es fobia.
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Doris Day. |
Las características del FOMO, son simples y las reconocemos:
ver la pantalla a cada instante, sin importar si están comiendo, en el cine o
manejando. La cantidad de accidentes por mensajear al volante demuestra que la
adicción es más fuerte que la razón. Los psicólogos dan a las personas causas
que los hagan sentir cómodos con su adicción: es una insatisfacción de las
necesidades amorosas o psicológicas. Dicen que estar conectado es una forma de
motivación personal, si esta falla las personas se deprimen, se desmotivan. La
persona cree se siente “motivada” y que no puede comer sin el móvil a un lado,
que debe enviar un mensaje en ese instante aunque esté manejando o que debe
estorbar en la entrada del metro viendo su pantalla es porque está convencida
de que el mundo debe detenerse para que postee algo que casi seguro es una
tontería y si no lo hace, se siente “deprimida y desmotivada”.
Tendrían que aceptar que el ego es irracional, exige
atención, no son necesidades psicológicas, son caprichos ególatras. La
tecnología en muchas de sus aplicaciones no está dirigida a dar un servicio,
está condicionando el ego para que compremos, y creamos que con eso somos
importantes, es una práctica muy usada en la publicidad. La adicción se genera
por una razón fundamental: el ego odia estar solo. Es una patología moderna el
desprestigio de la soledad y el silencio, tener amigos, ser populares es una
misión existencial, la soledad, nos dicen desde los publicistas hasta los psicólogos,
es para los fracasados.
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Lucian Freud self portrait. |
Asumir que la realidad no nos necesita, que el precio del
petróleo o la campaña presidencial de Hillary Clinton no se van a ver afectados
sin nuestro post, nos desprendería de la red y nos haría más humildes para usar
nuestro móvil, más educados. Es de una arrogancia enorme que no respeten ni los
momentos más íntimos, la gente chatea en los velorios, no pueden esperar. Esa “nueva fobia” es una de las tantas
manifestaciones del ego que encuentra salidas para existir, es literalmente
egoísmo social, no son víctimas de la red, son víctimas de su ego. La supuesta
necesidad de motivación es falsa, porque el ego exige que le ofrezcan algo a
cambio, no sabe de la voluntad o del sentido del deber, es un chantajista, no
hay motivación en las redes sociales, hay vacío espiritual. La motivación es
una coartada para no hacer, para inventar excusas, para exigir antes que dar.
Estas enfermedades modernas es la prevalencia del ego sobre el verdadero ser,
es una crisis de voluntad. Para curarse basta la decisión de estar con
nosotros, de asumir que el único ser que tenemos habita en nuestro propio
silencio.