martes, 22 de septiembre de 2015

MIEDO A SER UNO SOLO.

José de Ribera, Prometeo. 
 FOMO, Fear of missing out, es la nueva fobia que inventaron los psicólogos, es el miedo a estar desconectado, una consecuencia de ser adicto a la red, al teléfono móvil, y a cada app nueva que ofrece el mercado. Ser las víctimas y convertir el síndrome de abstinencia en fobia es lo más rentable para la complaciente psicología. El adicto entra en pánico sin la sustancia que le da una satisfacción efímera y que despierta más su apetito, porque crea tolerancia. Ahora resulta que no tener la sustancia es fobia.

Doris Day. 
 Las características del FOMO, son simples y las reconocemos: ver la pantalla a cada instante, sin importar si están comiendo, en el cine o manejando. La cantidad de accidentes por mensajear al volante demuestra que la adicción es más fuerte que la razón. Los psicólogos dan a las personas causas que los hagan sentir cómodos con su adicción: es una insatisfacción de las necesidades amorosas o psicológicas. Dicen que estar conectado es una forma de motivación personal, si esta falla las personas se deprimen, se desmotivan. La persona cree se siente “motivada” y que no puede comer sin el móvil a un lado, que debe enviar un mensaje en ese instante aunque esté manejando o que debe estorbar en la entrada del metro viendo su pantalla es porque está convencida de que el mundo debe detenerse para que postee algo que casi seguro es una tontería y si no lo hace, se siente “deprimida y desmotivada”.
Tendrían que aceptar que el ego es irracional, exige atención, no son necesidades psicológicas, son caprichos ególatras. La tecnología en muchas de sus aplicaciones no está dirigida a dar un servicio, está condicionando el ego para que compremos, y creamos que con eso somos importantes, es una práctica muy usada en la publicidad. La adicción se genera por una razón fundamental: el ego odia estar solo. Es una patología moderna el desprestigio de la soledad y el silencio, tener amigos, ser populares es una misión existencial, la soledad, nos dicen desde los publicistas hasta los psicólogos, es para los fracasados. 
Lucian Freud self portrait. 
Asumir que la realidad no nos necesita, que el precio del petróleo o la campaña presidencial de Hillary Clinton no se van a ver afectados sin nuestro post, nos desprendería de la red y nos haría más humildes para usar nuestro móvil, más educados. Es de una arrogancia enorme que no respeten ni los momentos más íntimos, la gente chatea en los velorios, no pueden esperar. Esa  “nueva fobia” es una de las tantas manifestaciones del ego que encuentra salidas para existir, es literalmente egoísmo social, no son víctimas de la red, son víctimas de su ego. La supuesta necesidad de motivación es falsa, porque el ego exige que le ofrezcan algo a cambio, no sabe de la voluntad o del sentido del deber, es un chantajista, no hay motivación en las redes sociales, hay vacío espiritual. La motivación es una coartada para no hacer, para inventar excusas, para exigir antes que dar. Estas enfermedades modernas es la prevalencia del ego sobre el verdadero ser, es una crisis de voluntad. Para curarse basta la decisión de estar con nosotros, de asumir que el único ser que tenemos habita en nuestro propio silencio.