domingo, 9 de marzo de 2014

GET OUT!

El MUAC Museo Universitario de Arte Contemporáneo resiginifcado.  
“En este clima post-internet se asume que el objeto artístico funciona de igual forma expuesto en la versión que encontramos en una galería o un museo, y como imágenes diseminadas a través de internet… el objeto ya no es representado, está presentado” afirma Lev Manovich en su libro Post-media Aesthetics. Dealers como Vito Schnabel, que nunca ha tenido una galería, demuestran que pueden exhibir y vender arte desde un sitio de internet. El Armory Show se expandió a una feria virtual, donde ubicó 100 galerías más. Afirman que para comprar y conocer las obras no es necesaria la experiencia física de una exhibición.
Contradiciendo estas propuestas, el Museo Dolores Olmedo recientemente cerró la exposición de Obras Maestras del Musée de l’Orangerie con llenos totales, el público hacía fila desde las siete de mañana para entrar a la exposición.
La razón es simple: la fuerza, el color y planteamiento de la pintura; la materia, volumen y el impacto físico en el entorno de la escultura; la dimensión, la composición y el desarrollo espacial de un mural son experiencias viscerales, sensoriales y emocionales. Esto es conocimiento empírico y presencial que la pantalla no alcanza a proporcionar y lo reduce a información.
Desfasados del paradigma tecnológico, los museos de arte VIP contemporáneo continúan con las salas vacías por su necedad de buscar la “interacción con el público” a través de un espacio arquitectónico y real. Según Lev Manovich el objeto artístico presentado en una computadora automáticamente se convierte en interactivo.  ¿Tiene sentido mantener un museo en un edificio construido en 1591 de arquitectura excepcional para exponer videos mal grabados, máquinas que hacen ruidos o papeles arrugados? Los gestores de los museos VIP están peligrosamente obsoletos ante su propia actualidad explotando métodos de exhibición tradicionales o pre-net-culture. Estas obras sólo son especulación estético-teórica y se aprecian mejor en catálogos y museos virtuales. ¿Por qué explotan un museo que es una institución del siglo XVIII? Lo suyo es la cultura post-internet, post-media, post-digital. Get out! sean congruentes de una vez, dejen de ocupar un lugar anacrónico para sus obras. Presenciar videos, escuchar ruidos, ver archivos en vitrinas, podemos hacerlo desde la comodidad de nuestros teléfonos. Según su ideología post-media “la red disolvió la diferencia entre distribución masiva, medios masivos, y la distribución limitada al Art systementonces no se metan en un lugar acotado en el que hay que pagar la entrada. Con museos virtuales tienen la ventaja de que no se ponen en evidencia las salas vacías y los aburridos cuidadores durmiéndose.

Han invertido una fortuna en comisionar la construcción, restauración y mantenimiento de los centros de arte contemporáneo que paga con sus impuestos el “público imbécil que no entiende” estas obras y al que hay que educar y presionar para que se trague eso como arte. Sin embargo eso no debe ser una limitación para tomar una buena decisión, de hecho es una oportunidad. Si “resignifican la fisicidad del espacio museístico” van a atraer más público y a recuperar algo del dinero que han tirado estos años. Es una transformación congruente que puede aplicar a todos los centros de arte contemporáneo del planeta. Por ejemplo: El MUAC emergería en un nuevo contexto creativo como sala de boliche o concesionaria de automóviles. El MUCA Roma, exploraría los referentes sociales trasformativos para ser un restaurante de cocina fusión mexicana o una peluquería unisex. El Eco interactuaría con las implicaciones emocionales de la zona mediante la experimentación sonora-ambiental del karaoke y performances románticos. El CCUT en Tlaltelolco, que hasta la fecha no saben qué hacer con él después de que echaron sin justificación a la Colección Blaisten, replantearía su especificidad como dispositivo vertical de investigación e intercambio económico-social para reubicar al colectivo de vendedores ambulantes del metro. Una comisión curatorial analizaría e innovaría la realidad subyacente del resto de los recintos de la UNAM y Bellas Artes. Con el Arte Alameda no hay opción: ese recinto era la Pinacoteca Virreinal, con obras, público y una razón de ser que ahora no tiene. El Arte Alameda debe ser una página de Facebook, hasta que por la falta de I like it desaparezca.