sábado, 22 de marzo de 2014

LO QUE BUSCAS, NO EXISTE.

Burne-Jones, Roue de la fortune
 Seductor, vulnerable o ideal. Sabemos cómo somos desnudos, conocemos la monotonía de la anatomía, y sin embargo el cuerpo del otro es un enigma, queremos mirarlo por curiosidad, por asombro o por placer. La presencia de la desnudez, conocer ese ser en un estado de increíble austeridad, tiene una implicación forzosa, un sentido que nos arrastra en sus consecuencias: licencioso, santo o estricta anatomía, el cuerpo es conocimiento. El cuerpo femenino está representado para la imaginación masculina y en cambio el masculino está recreado para la imaginación masculina.  El desnudo femenino siempre ha sido evidente y sujeto de limitaciones: no hay santas desnudas, despojarlas del vestido, es despojarlas de pureza. En cambio el hombre sí tiene el don de un cuerpo inviolable, la exposición total no solo lo preserva, lo consagra. Esta virtud estética y moral hace que su representación sea un ideal en el que la virilidad masculina se desdobla, se multiplica. Es lánguida y frágil, como en la pintura del pre-rafaelista Edward Burne-Jones, La rueda de la fortuna, un círculo eterno de cuerpos encadenados: la anatomía es destino. 
Théodore Géricault , Academia. 
Ángel Zárraga - Ex Voto.
El hombre poderoso, el ideal social llega al extremo de la deformación, Arno Breker crea el hombre que contenía la estética de la irracional superioridad del nazismo, la demagogia del cuerpo, esculturas de gigantes que gobernarán al mundo, súper héroes de espaldas que son muros, piernas que son torres y contrasta el monumental conjunto con las manos que se abren en una danza. San Sebastián, el soldado que elige en qué ejército quiere luchar, hace de su cuerpo el símbolo de su causa, su fe le da valor y lo lleva al martirio, los arqueros penetran sus flechas en su cuerpo desnudo. Las obras que recrean este romanticismo místico aspiran a la sensualidad de la entrega, de la disposición al sacrificio, se ensañan en la plenitud de la belleza imberbe, adolescente: “Me azotaría hasta hacerme sangrar/ y después de horas y horas de plegarias/ Y tortura y deleite/ hasta que mi sangre rodeara la lámpara…” invoca extasiado T.S Eliot en su Canción de amor a san Sebastián.  El dolor ejemplar nos pone de rodillas, Ángel Zárraga no pinta la anécdota, pinta el mito, Sebastián ya es motivo de adoración, puede recibir una felación o una ofrenda. 
Henri Camille Danger - Calamidad
 El cuerpo no se pertenece, no controla la propiedad de esta amalgama de músculos, órganos, fluidos, no tiene gobierno, el tiempo lo manipula, lo somete y lo destruye. La visión de la edad, la necesaria imperfección en las esculturas de Jorge Marín, en la pintura de José Antonio Farrera, hombres con el vientre flácido, las venas colapsadas, son el despojo de la genitalidad que los dominó. En su tragedia Job y Noé se postran ante un juez sobre humano, ruegan piedad desde su impotencia, desde sus brazos débiles, sus piernas torpes.  El desnudo masculino conoce los extremos, es mártir, es sexo y es dios. La representación de este cuerpo en el arte, que en sí mismo contiene los símbolos de la creación y el poder, cuando es evidente hace de ese falo un amuleto, un ídolo y una demostración de fuerza; y si lo oculta detrás de paños, de la pose, es el secretismo que nos hace imaginar el portento.

Ann Louis Girodet - El sueño de Endimión
 La visión total del cuerpo es finita, circunscrita, el arte elige el punto de vista, señala el sentido de la armonía, qué debemos ver de ese todo para que el cuerpo cargue la simbología que se le impone. Desgenitalizado el cuerpo es erotizado, toda la piel es sexo, en su brillo, en la visión tersa de su color, en la turgencia de los músculos se expone la voluptuosidad: deseamos obtener de ese cuerpo lo que de él se oculta. “No tengo paz, ni puedo hacer la guerra” dice Petrarca, y el cuerpo no descansa, crece, cambia, envejece, se hiere, condenado por un significado que le es ajeno, del que nada sabe. Es David, Ícaro, Apolo, Cupido, es el obrero de Asúnsolo, el dictador de José Clemente Orozco o el linchado de Siqueiros. Carga con el peso social, metafísico y poético, soporta la invención que el hombre ha hecho de sí mismo. Y pierde, queda aniquilado ante esta batalla para la que nadie, ni los hombres ni las mujeres, estamos preparados.  

En el Museo Nacionalde Arte, MUNAL, exponen “El hombre al desnudo”. Hasta el 17 de junio del 2014. 

Omar Rodríguez Graham , Autorretrato. 

Gustave Moreau - Jason. 

Jean Cocteau - Casa de salud. 

José Chávez Morado - Pescador

Kehinde Wiley. 

domingo, 9 de marzo de 2014

GET OUT!

El MUAC Museo Universitario de Arte Contemporáneo resiginifcado.  
“En este clima post-internet se asume que el objeto artístico funciona de igual forma expuesto en la versión que encontramos en una galería o un museo, y como imágenes diseminadas a través de internet… el objeto ya no es representado, está presentado” afirma Lev Manovich en su libro Post-media Aesthetics. Dealers como Vito Schnabel, que nunca ha tenido una galería, demuestran que pueden exhibir y vender arte desde un sitio de internet. El Armory Show se expandió a una feria virtual, donde ubicó 100 galerías más. Afirman que para comprar y conocer las obras no es necesaria la experiencia física de una exhibición.
Contradiciendo estas propuestas, el Museo Dolores Olmedo recientemente cerró la exposición de Obras Maestras del Musée de l’Orangerie con llenos totales, el público hacía fila desde las siete de mañana para entrar a la exposición.
La razón es simple: la fuerza, el color y planteamiento de la pintura; la materia, volumen y el impacto físico en el entorno de la escultura; la dimensión, la composición y el desarrollo espacial de un mural son experiencias viscerales, sensoriales y emocionales. Esto es conocimiento empírico y presencial que la pantalla no alcanza a proporcionar y lo reduce a información.
Desfasados del paradigma tecnológico, los museos de arte VIP contemporáneo continúan con las salas vacías por su necedad de buscar la “interacción con el público” a través de un espacio arquitectónico y real. Según Lev Manovich el objeto artístico presentado en una computadora automáticamente se convierte en interactivo.  ¿Tiene sentido mantener un museo en un edificio construido en 1591 de arquitectura excepcional para exponer videos mal grabados, máquinas que hacen ruidos o papeles arrugados? Los gestores de los museos VIP están peligrosamente obsoletos ante su propia actualidad explotando métodos de exhibición tradicionales o pre-net-culture. Estas obras sólo son especulación estético-teórica y se aprecian mejor en catálogos y museos virtuales. ¿Por qué explotan un museo que es una institución del siglo XVIII? Lo suyo es la cultura post-internet, post-media, post-digital. Get out! sean congruentes de una vez, dejen de ocupar un lugar anacrónico para sus obras. Presenciar videos, escuchar ruidos, ver archivos en vitrinas, podemos hacerlo desde la comodidad de nuestros teléfonos. Según su ideología post-media “la red disolvió la diferencia entre distribución masiva, medios masivos, y la distribución limitada al Art systementonces no se metan en un lugar acotado en el que hay que pagar la entrada. Con museos virtuales tienen la ventaja de que no se ponen en evidencia las salas vacías y los aburridos cuidadores durmiéndose.

Han invertido una fortuna en comisionar la construcción, restauración y mantenimiento de los centros de arte contemporáneo que paga con sus impuestos el “público imbécil que no entiende” estas obras y al que hay que educar y presionar para que se trague eso como arte. Sin embargo eso no debe ser una limitación para tomar una buena decisión, de hecho es una oportunidad. Si “resignifican la fisicidad del espacio museístico” van a atraer más público y a recuperar algo del dinero que han tirado estos años. Es una transformación congruente que puede aplicar a todos los centros de arte contemporáneo del planeta. Por ejemplo: El MUAC emergería en un nuevo contexto creativo como sala de boliche o concesionaria de automóviles. El MUCA Roma, exploraría los referentes sociales trasformativos para ser un restaurante de cocina fusión mexicana o una peluquería unisex. El Eco interactuaría con las implicaciones emocionales de la zona mediante la experimentación sonora-ambiental del karaoke y performances románticos. El CCUT en Tlaltelolco, que hasta la fecha no saben qué hacer con él después de que echaron sin justificación a la Colección Blaisten, replantearía su especificidad como dispositivo vertical de investigación e intercambio económico-social para reubicar al colectivo de vendedores ambulantes del metro. Una comisión curatorial analizaría e innovaría la realidad subyacente del resto de los recintos de la UNAM y Bellas Artes. Con el Arte Alameda no hay opción: ese recinto era la Pinacoteca Virreinal, con obras, público y una razón de ser que ahora no tiene. El Arte Alameda debe ser una página de Facebook, hasta que por la falta de I like it desaparezca.