sábado, 24 de diciembre de 2011

LO MEJOR Y LO PEOR DE ART BASEL

La cantidad si importa. Hacer públicos los precios de las obras y cotizar a los artistas es el objetivo de una feria como Art Basel de Miami. Al margen de si venden o no, lo que trasciende es el precio y eso le otorga al artista un rango dentro del negocio. Con una excepción: las galerías que vendían arte mexicano se negaban a dar precios a la prensa. Fuera de eso, las listas están abiertas para los interesados y de ellas se ofrecen aquí dos muestras, con costos en dólares salvo cuando se especifican en euros.

LO MEJOR.


Neo Rauch, óleo de gran formato, impecable e impactante como toda su obra, 1 millón 250 mil. En la galería David Zwiner.

Óleo de Lisa Yuskave un desnudo femenino, 550 mil, en la galería David Zwiner.

Acrílicos abstractos de Michael Reafsnyder, detalle.

Acrílicos abstractos de Michael Reafsnyder, con fuerza y textura, 20 mil y 85 mil.

Abstractos volumétricos, silicón de colores sobre tela, gran formato, de Fabian Marcaccio, 80 mil.

Vicente Desiderio, retrato de una mujer, Bride, 110 mil, en la Marlborough.

Escultura de Magdalena Abacanowicz 130 mil, en la Marlborough.

Escultura en mármol, dos llantas entrelazadas del virtuoso Fabio Viale, 55 mil en la galería Sperone Westwater.

Niños desnudos, osados, óleos de Matthieu Ronsse, 18 y 26 mil euros.

Ged Quinn paisaje, ambientación decadente, dramático, 95 mil euros, vendido el primer día.

Los dibujos en gran formato de Robert Longo, grafitos sobre papel, 290 mil, en Metro Pictures Gallery.

Martin Jacobson, Acrylic Forrest.

Martin Jacobson, Acrylic Forrest, paisajes en tonos fosforescentes, de lo más fotografiado por los visitantes, varios tamaños, de 20 a 40 mil, se vendieron todos.

Grabados de Lucian Freud, retratos, 55 mil cada uno.

Damian Loeb, óleo gran formato, una escena dramática y contradictoria, represión policiaca y turismo, 65 mil.

Christian Schoeler, niño harapiento, técnica mixta sobre tabla, matérico, gran color, 35 mil.

Desnudos de Joan Semmel.

Desnudos de Joan Semmel, eróticos, color audaz, 195 mil y 175 mil.

Un paisaje de Hernan Bas, detalle.

Un paisaje onírico y detallado de Hernan Bas, elegida como la mejor pintura por Art Info, 350 mil, vendida.

Sun Xun, grabados sobre madera 14 mil, y una animación realizada con estos grabados, 24 mil.

Dibujos de William Kentridge, gran formato, tinta, carbón y lápiz, de 150 a 400 mil, en Marian Goodman Gallery.
Michael Vasquez, retrato en gran formato, 280 mil.

Kehinde Wiley, retrato al óleo, innovación en color y propuesta, 95 mil, lo mejor de la feria.

LO PEOR.

Aquí la competencia estaba muy reñida; lo seleccionado es una muestra. El conjunto denuncia monotonía, la repetición extingue a la novedad, la simplificación que hacen del arte nulifica a la inteligencia. No repriman la tentación de rehacer estas obras, la apropiación es legal y es una forma de arte.

Joseph Kosuth, un párrafo de texto en la pared traduciendo Paragraph al español, la obviedad es parte de la obra, 90 mil euros.

Bill Wurtz, bolsitas de plástico colgadas en alambres y tablitas, distintas dimensiones, de 7 mil a 10 mil dólares en Metro Pictures Gallery.

Anna Oppermann, instalación para museo con un excusado, frases “reflexivas” en papeles, fotos y un predecible etc., 110 mil euros, en la galería Barbara Thumm.

Niños observando las esculturas de Jonathan Messe.

Juguetes y barbies emplastados con silicón y mensaje sexual, de Jonathan Messe, obras que traumatizaron a los niños, 24 mil.

Rubén Ochoa, pedazo de concreto, 18 mil.

Una piedra atada a un tronco de Katsuro Yoshida, 350 mil en Blum 2 Poe Gallery. La galerista les explica a los coleccionistas por qué eso es arte y sus valores
intelectuales.
La obra gratuita ambulante, Eve and Adele los performanceros alemanes que se visten de mujer, paseando por la feria.
Josephine Meckseper, serie de 4 lienzos con corbatas colgando, 40 mil.

Una pila de sábanas “robadas de hoteles” de Jason Dodge, 20 mil.

Cajas envueltas para regalo de Larry Pitman, 250 mil.

Cindy Sherman, sus ególatras fotos, de 250 a 580 mil, dependiendo del disfraz.

Andy Coolquitt, instalación.

Andy Coolquitt coleccionó encendedores sin gas y los pegó en una tabla, 12 mil.

Tubos de metal taponados con telas de colores, la reflexión sobre el contraste entre el metal y la tela se las ahorro, de Tom Burr, 12 mil.
Patsourakis, juntó varios tapetes para limpiarse los pies y los vendía en 20 mil euros.

Wilfrido Prieto, periódico arrugado y tirado en el piso, 15 mil euros. La galerista asegura que lo hizo él en persona.

Y la mención honorifica en la categoría de la reiteración del chiste agotado, de Karmelo Bermejo, una supuesta “pepita de oro” pintada de oro falso, 14 mil euros.

Publicado en Laberinto de Milenio Diario, el sábado 24 de diciembre del 2011.