La última foto es de una caja de cartón. Después de que Gabriel Orozco presentó en la Bienal de Venecia esa caja, trató de colocar en el mercado una veintena iguales. Ese ready-made no es único, es un objeto que está en venta ahora mismo y del que Orozco posee un stock infinito, ¿para qué le compran una foto? Gastaron millones de dólares en la gira show por el MoMA, la Tate, el Centro Pompidou para convertirlo en artista y a su caja de cartón en arte, esa caja tendría que ser real y ser una donación de Orozco al empobrecido país que sufragó su estrellato.
En dónde está la conciencia social de estos funcionarios, además de que inventan a los artistas, los encumbran y les invierten más dinero del que otorgan a una escuela de arte, les pagan las fotos de obras y shows que el Estado ya pagó. El nulo valor artístico queda fuera de la cuestión, esto es un fraude, es un abuso a la sociedad, a la cultura y una burla a los mermados medios con los que trabajan muchas escuelas e instituciones. Entonces, o estamos ante una cadena del cinismo más descarado, o los jefes del INBA, CONACULTA y SEP son almas cándidas e ignorantes dispuestos a ser timados y robados por cualquiera. De verdad, como dice Burke, estamos ciegos ante la historia.
La exposición Cimientos, 65 años del INBA, Legados, Donaciones y Adquisiciones está en el Palacio de las Bellas Artes.
Publicado en el Suplemento Cultural Laberinto, de Milenio Diario, el sábado 20 de Agosto del 2011.