
Haciendo un panorama general de las portadas de discos,a la vista se demuestra que el rock es el género musical que se une al arte y toma riesgos con sus portadas. Los artistas que han realizado cubiertas memorables lo han hecho para el rock. El resto de la música, incluyendo la clásica que es de una monotonía enfermiza en sus portadas, no han entendido que las artes plásticas son un valor agregado para la obra musical. La gran mayoría de portadas son la egoteca del kitsch: fotografías de los artistas retocadas en photoshop hasta el ridículo, en poses supuestamente sexis o close-up de caras de plástico, que venden atractivo físico antes que calidad musical.
En 1938, Columbia Records con la genial aportación del diseñador Alex Steinweiss inició la venta de sus LP’s con portadas que hablaban del género musical del disco como una estrategia de ventas. Esto hizo que evolucionaran las portadas de papel craft, que sólo daban información con tipografía, a imágenes de diseño con color y estilo. El visionario Steinweiss revolucionó y abrió la puerta para que las portadas fueran en sí mismas obras autónomas, y soporte artístico, muchas veces mejores que la música que contenían.
ROBERT CRUMB Y STANLEY MOUSE.

Some people never go crazy. What truly horrible lives they must lead.
Charles Bukowski.
Robert Crumb impone en sus portadas una violenta acumulación de personajes delirantes que padecen la vida o la música como si vivieran presos día y noche en un poema de Charles Bukowski, autor de la portada del clásico de Big Brother and the Holding Company, Cheap Thrills, de 1968. Con su inimitable estilo hace retratos de cada uno de los miembros de la banda. Crumb, que además es músico, también realiza las portadas de sus propios discos, R. Crumb and his Cheap Suit Serenaders. Como artista de novela gráfica ha realizado la biografía de Charlie Patton y una colección de cartas con los retratos de los héroes del Blues, R. Crumb's Heroes of Blues. Crumb hace de su pasión por la música parte fundamental de su obra, y liga un lenguaje visual truculento y obsesivo a la partitura del disco.


Influenciado por el Art Nouveau de Alphonce Mucha, Stanley Mouse ayudó a formar el mito de Grateful Dead. Creador –entre docenas de imágenes- de la calavera coronada de rosas para el álbum Skull and Roses, una acuarela y tinta china que se convirtió más tarde en serigrafía. Se fugó de la Escuela de Artes de Detroit para instalar su taller de carteles y camisetas en San Francisco. Inicio su trabajo en los 60’s como el diseñador de pósters de los conciertos de rock que se celebraban en el Avalon Ball Room, en el 1268 de Sutter Street, y más tarde se convirtió en el diseñador de las portadas de los grupos. Estos carteles crearon el mito de Avalon. Fascinado con dibujar cráneos y esqueletos, cuando le propusieron un poster para los Grateful Dead se inspiró en un grabado antiguo que ilustraba un poema de Omar Khayyam, a partir de ahí hizo de su obra un sincretismo entre el barroquismo de estilos antiguos, su paleta de color y la psicodelia; él mismo reconoce que nunca se ha inspirado en los artistas actuales, que todo está en el arte del pasado. Una vez Janis Joplin audicionó en su estudio hasta que la policía llegaba porque los vecinos reportaban que una mujer estaba gritando ahí. Para uno de los carteles de Big Brother utilizó el rostro que aparecía en el papel para fumar Zigzag. Los miembros de la banda convencidos de que eso los exponía, fueron al estudio de Mouse y lo limpiaron a fondo, ni una semilla, ni una brizna quedó, pero la policía nunca llegó. Esperando ahora represalias por parte de los dueños de Zigzag, retiraron los carteles, meses más tarde se enteraron de que en Zigzag estaban encantados: fue una gran campaña publicitaria y no les costó un dólar.
ARTE FANTÁSTICO: ROGER DEAN.

There's you, the time, the logic, or the reasons we don't understand.
YES, Close to the Edge.
Entre H. R. Giger y Magritte, las portadas que Dean realizó para el grupo Yes, son inmensos espacios abiertos y silenciosos, en los que la voz de Jon Anderson viaja sin interrupciones. Dean es además el creador del logo de la banda, ese YES inflado de curvas que se entrelazan por un camino interminable. Entre postres y portadas de discos, Dean vendió unos 60 millones de copias; para él este asunto tan exacerbado de la piratería es parte de la falta de evolución de las disqueras. En los tatuajes surgió el estilo Dean, con figuras que se enredaban entre líneas curvas y animales. La primer colaboración fue para el álbum Fragile, en el que un planeta es surcado por una nave que remite a las maquinas de Leonardo, y la ruta es un trazo blanco por todo el globo, esta esfera flota en un firmamento morado. El mundo Yes acababa de ser descubierto. Cada álbum era una galería de la obra de Dean, en algunos, como Yessongs, incluía 4 pinturas. La banda descubrió la obra de Dean en la portada para el grupo afro-británico pop Osibisa, el estilo Dean ya estaba claro: elefantes rojos con alas de avispas, mutados en dragones con los rostros de los músicos como quistes que brotan hasta de la trompa.


SHEPARD FAIREY, DE LA PROPAGANDA A LA MÚSICA.



The marriage of great art, great music and great ideas is an incredible powerful one.
Shepard Fairey.
La obra de Shepard Fairey está inspirada en la estética de la propaganda soviética y maoísta. Planos constructivistas, rostros como monumentos, perspectivas geométricas que lanzan la mirada a un futuro prometedor, la utilización del primer plano como glorificación del personaje. Hizo de los enemigos naturales del capitalismo, como Lenin y Mao, puños levantados, estrellas con ramas de trigo, un lenguaje estético que irrumpía en la calle en atentados guerrilleros del arte urbano. Entre los rostros que Fairey hizo en carteles están los de los músicos que él admira; en los conciertos en clubes buscaba a los músicos y les ofrecía hacerles sus posters y los pegaba en donde le daba la gana. Esta invasión de la propiedad privada con esténcils, pegatinas, posters gigantes que tomaban espacios publicitarios lo hizo un out sider con el que se identificaron otros músicos. Entonces buscaron a Fairey para las portadas de sus discos, los posters de sus giras y conciertos, esto era una declaración de principios, no querían la tapa que hace el departamento de marketing, querían la obra de un artista urbano que rompe las leyes y que ha sido detenido con su equipo de trabajo en varias ocasiones.

Aplicó su estilo de propaganda con su austera paleta en colores rojo y negro, a veces amarillo y azul en carteles y portadas para los Sex Pistols, esténcils de Bob Marley y Ramones. Fairey es un gran impresor que combina técnicas en sus obras, inserta grecas de tapices chinos y distintos fondos. Los músicos entran en la estética de Fairey y aparecen como radicales, se incorporan a la calle como parte de la cultura popular. Uno de sus trabajos más elaborados es el poster de Jimmy Hendrix que le encargó guitarras Gibson para su tradicional concurso. En esta obra realiza una superposición de elementos de tapicería oriental, orillas de timbres postales, grecas de billetes, centrando a Hendrix con su guitarra en blanco y negro. Linkin Park, Iggy Pop, The Gems, Interpol, Blondie, Tom Petty y Bob Dylan, The Cult –con una bomba que estalla negra, amarilla y blanca sobre fondo rojo y una estrella soviética- y la última recopilación de Led Zeppekin, Mothership, con en el arte de Fairey entran en conexión con el público que hace un ritual de la música en vivo. Estos que carteles son para conciertos y se pegan en todos los sitos, aunque sea ilegal hacerlo, hacen del concierto y la reunión de las masas una comunión. La música detona emociones, crea comunidades, alimenta fanáticos, el cartel debe ser algo más que marketing, debe ser una obra que éste a la altura del fenómeno. Si el auditorio va al estadio o al club para cantar una canción a gritos, el cartel debe ser una voz que alcance esos decibeles.
HEINZ EDELMANN, EL SUBMARINO AMARILLO.

I want your horror, I want your design.
Bad Romance, Lady GaGa.
