domingo, 5 de junio de 2011

TEXTURA TELÚRICA, SIQUEIROS PAISAJISTA


Composición, Trazos de las Montañas. Piroxilina sobre tabla

El paisaje de Siqueiros es futurista y milenario, arraigado en las entrañas volcánicas de la tierra, no pretende ser romántico o evocador, ni con el color o los materiales busca recrear una naturaleza paradisiaca, fruto de la nostalgia bucólica. Reunida bajo el concepto del paisaje, esta es una excepcional muestra de la obra en caballete de Siqueiros.

Bosque en Llamas,
Un autorretrato del artista, Yo por Yo, es el costado agreste de una montaña, sus arrugas son las sombras que marcan la profundad de los cañones, barrancas, un ojo verde hace un lago frío en esta piel de tierra seca. Estas obras trascendiendo el formato, son monumentales fragmentos de murales. Realizadas en su mayoría con piroxilina sobre madera, logran un efecto matérico en las texturas de la pintura, las capas que se superponen con diferentes tiempos de secado, que se corren y dejan arrugas, cicatrices de colores que salen del fondo a la superficie, aportan una visión que incita al tacto, a recorrer y sentir cada obra con los dedos.
Siqueiros idealista, creía en el futuro y las posibilidades del progreso, su vista está en la rugosa e intocable superficie de la Luna, en la conquista de la modernidad, en las torres de acero y hormigón, en la visión de la nave que flota en el espacio, en las genocidas explosiones de Hiroshima, es un paisaje ateo, con la presencia del hombre como una contradicción entre su mínima escala ante el portento de la naturaleza y su capacidad para modificarla.
Pedregal con Figuras.
Para Siqueiros el color es un concepto, no un gesto, los tonos nos llevan a la dramaturgia del acontecimiento, Abstracción 1934, es un agujero negro que en su implosión deslumbra con un blanco profundo y la fuerza del impacto la centrifuga en amarillo, azul y verde, la piroxilina blanca se corre y entra eléctrica en el amarillo, estimulando el caos atómico, la creación. Estas aproximaciones a la ciencia y a la tecnología, hacen de la experiencia de observación una meditación del entorno, Siqueiros revela una posibilidad de la visión pictórica que no pretende idealizar a la naturaleza, la racionaliza y la objetualiza para utilizarla como medio de experimentación plástica, explota la textura de las rocas cuestionando la bidimencionalidad del plano, hasta llevar a los relieves de las decenas de capas de piroxilina a masas calcáreas, volcánicas, fosilizadas.
Pedregal con Figuras, detalle.
En su visión urbana se centra en la geometría de la ingeniería, el constructor como dios de la creación, Composición, Trazos de las Montañas y la ciudad y Estudio para Mural de Estado de México, son diagonales de hierro, estructuras que se entrecruzan para levantar a las nuevas cumbres, las enormes torres, la utopía de la modernidad, tocar el cielo ya no provoca la ira de dios, las líneas le dan a la composición un movimiento acelerado, se fugan más allá de la tabla, la edificación crece imparable. Pedregal con Figuras, es un estudio comparativo de la densidad molecular de las nubes y las rocas, en una composición centrada en el choque de la tierra y el cielo, la roca es masa inamovible y pétrea, unas campesinas avanzan en el borde del camino ubicando la intransigencia del horizonte, los tonos son la topografía del terreno, pinceladas que delinean piedras y con choques grumosos nos da su porosidad rígida y seca, las nubes son pinceladas blancas que se mueven, se enciman, la textura del vapor espeso deja traslucir un cielo azul gris.

El Árbol de la Noche Triste.

Siqueiros inventa el panorama que pinta, Nubes de Tormenta sus pinceladas son un acto de voluntad creadora, son fuertes, decisivas, impuestas, “nubes aquí, porque lo digo yo”. Esta concepción filosófica del paisaje hace fundamental nuestra presencia, siempre prescindible como especie, porque el paisaje como artificio, como análisis y tesis de la naturaleza y la urbe, hasta la visión de un mundo que no habitamos, -como pueden ser otras galaxias-, es únicamente creación y arte. Siqueiros no necesitaba la experiencia naturalista, su paisaje es una idea de la que ejerce como inventor y autoridad, el color, las proporciones del Árbol de la Noche Triste, que lo convierte en montaña, tótem y dios, con una muchedumbre idolatra a su alrededor, es la decisión de reconvertir a la Historia en parte del terreno que pisamos.

Violento Amanecer.

Publicado en el Suplemento Cultural Laberinto de Milenio Diario, el sábado 4 de junio del 2011.

Siqueiros Paisajista. Del 12 de mayo al 23 de octubre, Museo Carrillo Gil.

LA Tierra vista desde la Luna.