
Erase una vez un carpintero llamado Geppetto que construyó una marioneta de madera con forma de niño para su disfrute emocional y sexual. Pinocchio llegó al mundo lúdico y desenfrenado de las marionetas con instinto y sin experiencia; era un juguete virgen. Esa misma noche Geppetto lo emborrachó, lo metió en su cama atándolo de los barrotes de la cabecera y lo sodomizó. Pinocchio adolorido y humillado se sentó a llorar desconsolado. Ese dolor lo excitó y su nariz creció. Una nariz de madera dura, fuerte, larga.

En la carpintería vivían varias marionetas que eran explotadas sexualmente por Geppetto y sus amigos, alcoholizados y drogados con solventes. En una catarsis del abuso, esta familia incestuosa de marionetas celebraba cada noche una orgía por placer, entre ellos, sin pederastas. Invitaron al novicio a participar y fornicaron con la muñeca de mejillas rosas, hasta quedarse dormidos enredados en sus hilos. Esta experiencia empujó a Pinocchio a convertirse en un niño de verdad, sin la intermediación chantajista del Hada Azul, lejos de esa carpintería miserable. Una orgía más con esos monigotes y con ese viejo apestoso sería insoportable. Y salió al mundo, se unió a un circo y ahí, en la decadencia del espectáculo, descubrió su sexualidad ingobernable y se convirtió en la estrella del show. Se cogió con su falo-nariz a los zorros, los domadores, los changos y a toda la promiscua troupe. Entre los seducidos estaba un pintor, dibujante y grabador, que por inventar historias perversas le crecieron orejas de burro.



Changos, perros, pulpos, burros, caballos y más títeres, fauna fascinante, patológica y degenerada que sale de un lápiz infinito. En el desfile del circo, grillos y lagartijas participan del cortejo, Pinocchio cubre su nariz-falo de madera con una careta de elefante, la trompa es un condón rugoso. Pinocchio rojo con su nariz roja. Un cangrejo negro y azul se defiende de su apetito, pero el niño de madera se divierte con el peligro de las tenazas, amenaza con una roca y busca meter esa nariz en algún orificio del crustáceo, bajo un sol anaranjado y negro, en un cielo gris y verde. La imaginación de Toledo juega con los símbolos. Su versión de Pinocchio se ríe de la pedagogía de los cuentos, destroza las lecciones morales, sacrifica los arquetipos y demuestra que el arte reinventa cualquier cuento moral y lo lleva a límite de la tragedia. Estos grabados y dibujos, el color y el vertiginoso desfile de personajes y escenas en torno a la nariz de un niño insaciable, nos recuerda que la mentira es parte fundamental del placer sexual. Que las más grandes osadías suceden en la imaginación y crecen, como la nariz de Pinocchio, cada vez que las recordamos y las narramos a otros, que benévolos, creen nuestras falsas proezas.
Todas las obras corresponden a Pinocchio de Francisco Toledo. Las piezas a color son pasteles y el resto son grabados.
Publicado en el Suplemento Cultural Laberinto de Milenio Diario, el sábado 12 de Noviembre del 2011.
Francisco Toledo, Pinocchio, grabados y pasteles.
39 Festival Internacional Cervantino. Guanajuato, México.
7 comentarios:
Inesperado el Pinoccio de Toledo y la descripción de Lésper del cuento. Esa descripción es tan perversa como prometen los dibujos y grabados de Toledo. Ojalá que podamos ver esta obra que merece ser ocultada para preservar la virginidad de las niñas de nuestros ojos. Felicidades maestra Lésper y maestro Toledo.
Se destapó don Francisco ...
Se está dibujando a si mismo....pues él es Pincocho .
Prefiero seguir con la imagen de aquel muñeco que cultivó nuestra imaginación , y la de mis hijos y nietos aun , como un ser ingenuo .
Pero , es una elección al fin ....
Y vivimos en democracia ....(dicen)
vi esta expo en el cervantino y fue de las cosas que más valieron la pena.
todo tiene q ser sexual? como blanchard, me quedo con la imagen anterior; no quiere decir que no me hayan gustado algunas imágenes, pero ya cansa el rollo ese de poner una picha y creerse transgresor
yo quiero ser esa niña que encuentra estos grabados prohibidos y comienza a preguntarse por la condición humana.
Buenos días, Perdona que te escriba de forma pública pero no he encontrado otra forma de contactar contigo. Estuve leyendo tu blog y estoy muy interesado en contactar con vosotros. Me parece que la información es muy interesante y actual. Tenéis algún mail de contacto directo? Os dejo mi mail, moseofree@gmail.com espero poder conversar con vosotros. Un saludo,
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Manuel.
El sexo polisémico y multiespecie siempre ha sido una constante en la obra de Toledo, su versión de Pinoccio como la de Benito es muy buena.
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