sábado, 6 de agosto de 2011

OBRAS INVISIBLES, AUSENCIA DE SENTIDO.

El actor James Franco, protagonista de la película 127 Horas, y el colectivo artístico Praxis crearon el Museo de Arte Invisible, MONA. Las obras están descritas en tarjetas y al espectador le toca imaginarse lo que proponen. La declaratoria de intenciones del museo afirma que es “una extravagancia de la imaginación”. Ni es una novedad ni una extravagancia, obras y exposiciones invisibles existen desde los 50’s. Yves Klein hizo una arquitectura de muros, techos y muebles de aire; Mauricio Cattelan, en 1991, denunció en la policía que le habían robado de su automóvil una escultura invisible; Warhol puso una columna vacía y dijo que la ocupaba la presencia del arte. Estas obras se reunieron en la exposición retrospectiva A Brief History of Invisible Art curada por Ralf Rogoff en 2005, en el CCA Wattis Institut for Contemporary Art de San Francisco. El curador “reconstruyó”, entre muchas obras, columnas de aire de Michael Asher y cuadros de tinta invisible de Bruno Jakob. En el MONA las obras están en venta, la primera la obtuvo por 10 mil dólares, casualidades de la vida, el dueño de una empresa de marketing y esta venta puso al museo en el mapa mediático.

Si son tan conceptuales y la obra se reduce a las ideas, negándole una presencia tangible, pues llévenlo aun más lejos. Para empezar los compradores no necesitan dinero real para pagar las obras, así hasta suben los precios: 1 millón de dólares etéreos. Tampoco requerirían exposiciones ni museos, les basta con recintos incorpóreos, y los apoyos económicos deberán ser intangibles, como su fructífera producción artística. En las escuelas de arte invisible que nuestros curadores especializados en Fluxus dirijan el doctorado que se acredita con una tesis de aire. El MONA explica que “redefinen el concepto de qué es real” y que “este mundo no es visible pero es real”, estas ideas son un reducto repetitivo de los discursos religiosos que afirman “que el mundo invisible es tan real como el mundo visible” y por si fuera poco, eso que no vemos es perfecto. El poder de cualquier credo está justamente en lo que no vemos: “Creador de lo visible e invisible”. Lo visible es su parte más débil porque es lo que la ciencia analiza, y puede, con pruebas en la mano, desmantelar de sus ficciones, pero lo invisible es incontrovertible. No hay argumentos suficientes para rebatir la creación intangible de esa fantasmagórica inteligencia superior, eso no entra en la verificación empírica. Ahí campean las supersticiones y las leyes más intransigentes y demenciales, esas entelequias sostienen al aparato teológico.

La unión intencional arte-teología, hace del trabajo intelectual del arte un dogma de fe. Una vez que se dividió tajantemente a la filosofía de la teología, que perdieron ese pedestal que los posicionaba como pensamiento universal para ser pensamiento tribal, es el arte neo conceptual el que les abre la puerta para ocupar el sitio que la razón les tiene negado. Estas obras para “verlas” exigen, como interpreta Jaques Maritain a San Pablo, “entrar en la hiperesfera de la contemplación de los santos, para hacer del orden natural uno sobrenatural”, y sigue con la especulación “el espíritu encuentra otra forma de conformar lo real”. El arte ya no tiene una verdad visual, ni forma parte del conocimiento, se enrola en la metafísica y la especulación de lo irreal y entra en la lista de los grandes engaños colectivos. La realidad visual del arte se desacredita para impedir que pueda ser evaluado y analizado de forma racional, el arte no existe por sí mismo, ni en el Universo, ni en el espacio, ni en el orden simple de las cosas, es una idea consecuente con Santo Tomás en la Summa Teológica: “la idea nunca excede al sujeto, porque nunca está en algo, sino en la mente”. En un retroceso de la inteligencia, destruyen la congruencia entre lo que vemos, lo tangible y lo que razonamos. Estas necias verdades que se crean por consenso, -si alguien compro una obra invisible, la obra existe- son el camino del nuevo oscurantismo. La promesa de la belleza y la inteligencia para cuándo la dejamos ¿para después de la muerte, en un Paraíso fuera de este mundo? El arte contemporáneo es la nueva teología.

Una entrevista a James Franco sobre el MONA AQUÍ.

Publicado en el Suplemento Cultural Laberinto, de Milenio Diario, el sábado 6 de agosto del 2011.

9 comentarios:

Cat Chow dijo...

Cuando leí la propuesta de los dólares etéreos me descosí de risa.

Bien visto, se parecería cada vez más a cuando los niños juegan a ser comerciantes y clientes, comprando comida invisible con dinero invisible y haciendo la mímica de contar los billetes.
Y seguramente para más de un esnob esta comparación será un cumplido.

fernando castillo dijo...

Pues sí, el dinero invisible nos retrotrae al mundo infantil, con una diferencia fundamental, que los niños desarrollan su mundo invisible como una necesidad de realización de su propio mundo onírico, en tanto que los "artistas" que "diseñan" en invisible, lo que dejan de manifiesto es su icapacidad absoluta de creación propia. Así nos luce el pelo.

Carlos Ortega dijo...

¡Ja, ja, ja! ¿Será que los "artistas" de hoy estudian arte pero no historia del arte? Siempre se encuentra uno con sus "hilos negros" cuando ya hace muchos años alguien había hecho lo mismo.
Propongo una clase obligatoria para las escuelas de arte: Diferencia entre arte y ocurrencia.
Saludos Avelina, excelente crítica.

INHAI dijo...

No Avelina no entendó que para que el arte imaginario exista, tiene que tener un sustento real en becas, financiamiento e infraestructura. Los estudiosos del arte imagianrio tiene que recibir reconocimiento real por sus especulaciones fenomenológicas.

LIF dijo...

La teología ha entrado por la puerta trasera de la filosofía relativista que es la puerta trasera de la retórica que es la puerta trasera del escepticismo que es la puerta trasera del objetivismo. Estamos ante una manifestación de gas metano mental. Dejo una formulación especulativa:¿la inspiración de los primeros pensadores sobre el "creador" de todo lo visible e invisible, es mierda real o mental?

anarkasis dijo...

discutir sobre este tema es como hacerlo del sexo de los ángeles, como bien titulas "hay ausencia de sentido", si me dejas puedo añadir que no me hace ninguna gracia, esto no es una broma es una estafa.

Eltimpano reptante dijo...

Ojalá el hambre fuera imaginaria

Guffo Caballero dijo...

No existe mejor forma para justificar la hueva, la falta de inspiración y la carestía de talento que haciendo este tipo de jaladas.
Y todavía hay imbéciles que se dejan engatusar.
Si algo hay que admirarles a estos "artistas", es que son muy buenos para vender mierda y que se las compren. Eso sí que tiene un mérito.

Gustavo Florián dijo...

Avelina me encanta la forma como argumentas tus ideas, me gusta la simpleza y lo concreto de tus palabras, no se si seas dueña de la verdad pero que bonito es como defiendes la tuya.

Quisiera que en próximo post hables sobre el arte conceptual contemporáneo Vs el arte contemporáneo que se preocupa en la composicion espacial:

Para mi forma de ver las cosas son estos:

Tal R, Banksy, Jenny Saville, Marlene Dumas, Albert Oehlen, Daniel Ritcher, Elizabeth Peyton, André Butzer, Matthias Weischer, Peter Doig, Jonathan Meese, Franz Ackermann, Julie Mehretu, Laura Owens, Andreas Hofer, Jonas Wood, Cecily Brown, Matthias Schaufler, Charline von Heyl, Amy Sillman, Serban Savu, Josephine Halvorson, Adrian Ghenie, Wendy White, Kai Althoff, Pia Fries, Carla Klein, Fabian Marcaccio, Michael Raedecker, Ellen Gallagher, Caio Fonseca y Mark Bradford.

Me gustaría además que hagas un estudio profundo del 1º (De Tal R) que a mi parecer es el mas honesto y revolucionario de todos.