domingo, 21 de junio de 2009

LA APROPIACIÓN ES ROBO


: Arriba: Duchamp, L.H.O.O.Q , Abajo: Di Matteo History Stripped Bare 2.

Distorsionar la verdad es una de las formas de mentir. Cubrir la realidad con eufemismos es pervertirla. Hoy al plagio se le llama “apropiación”, lo que se supone es el robo de la obra de otro autor es un estilo, lenguaje y hasta objetivo. En la última y efímera 53 Bienal de Venecia el “pintor” italiano Gabriele di Matteo mandó reproducir cien pinturas de los más destacados artistas chinos actuales a un grupo de copistas napolitanos que las hicieron exactas pero en blanco y negro. La obra de di Matteo -nos dice el texto curatorial de una de sus exposiciones- “es la exploración de ideas como la apropiación, originalidad y autoría, así que él no pinta en persona sus obras” Esa es la razón porque se encuentra en la Bienal, es un pintor conceptual, él sólo de vez en cuando pinta sus cuadros, en general los encarga a copistas que además les hace videos mientras trabajan. Los copistas a los que encarga estos cuadros tienen diferente calidad en su factura, los hay con un talento evidente y técnica depurada que hacen copias además de su obra personal, y los hay burdos y de pésima calidad.

Entonces lo que nos atañe son dos asuntos: el robo del trabajo autoral y la posición de la pintura como arte. Dentro del trabajo autoral es asombroso ver que di Matteo, que sólo piensa y manda hacer, es el “artista” y los que pintan son considerados copistas. Si el que manda hacer las obras ahora es el autor, significa que a Elisabeth I de Inglaterra le pertenecen los dramas históricos que le pidió a Shakespeare. Experimentando y “reflexionando” acerca de la autoría está otra posibilidad, alguien comisiona un retrato, Gertrude Stein a Picasso, entonces la autora es ella, no Picasso. Y podemos ir más lejos, los escritores mandan a hacer un libro a otro escritor o lo copian sin que eso sea indigno.

¿Qué sentido tiene el arte sin la creación? Ninguno. Esto es convertir al arte o a obras terminadas en ready made. Basta comprarlo hecho o mandarlo hacer. El ready made ya es una forma de apropiación, no hacen los urinarios, se los apropian. Es muy común que en el arte contemporáneo se plagien entre ellos, y ver que todos usan mierda, objetos y hay cientos de cajas de cartón etc. Pero eso es basura, copiar y robar arte es otra cosa. Por un lado se adueña del trabajo de los pintores napolitanos y por otro plagia el trabajo de los pintores chinos. En un fenómeno religioso de transustantación se convierte él en autor y la obra de otro artista en obra suya y en un acto de fe el público tiene que creer que sí es de di Matteo. La tradición de hacer copias se remite al aprendizaje, al homenaje, la competencia entre artistas y a nivel comercial es para satisfacer un mercado kitsch, esto último nunca ha sido considerado arte. Ese es el siguiente punto.

La Bienal de Venecia y sus curadores al aceptar pintura de ínfima calidad como arte, solo porque está amparada del concepto “reflexionar acerca de la autoría y la apropiación” está demeritando a la pintura de artistas. Porque la pintura es un concepto que se materializa en colores y formas, ese concepto es estilo, imagen, composición y lenguaje. Una pintura no sólo debe estar bien pensada, debe estar bien realizada. Separar una cosa de otra y dar énfasis en el concepto sobre la realización es denostar a la pintura, hacerla un trabajo de obreros, no de artistas. ¿Por qué cambiar la ética autoral y el sentido de la creación? Para que un pintor que usurpa obras participe en la Bienal de Venecia como artista conceptual.

La obra de di Matteo es un ready made mediocre que se queda corto en su intento. Le sugiero a di Matteo que aproveche que vive en Italia y se olvide de los pintores napolitanos, que se apropie del Éxtasis de Santa Teresa del Bernini, y de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel. En un acto totalmente conceptual, va y les pone su cédula escrita por un retórico curador, con todo el argot de ley y se convierta en el “autor” de esas obras. Si se trata de adueñarse de arte, por lo menos hay que tener altura de miras y dejar de buscar el arte en el supermercado o la basura y trasladarse a los museos. Para los neo conceptuales hasta las obras de Leonardo son ready made, ya les mostró el camino Duchamp.

Publicado en Laberinto de Milenio Diario el sábado 20 de junio del 2009.




26 comentarios:

Blue dijo...

Además de altura de miras también debería elegir mejor a los copistas, porque incluso entre los pintores callejeros es posible encontrar algo mejor que "esto".

Cada artista o "proyecto de artista" hace lo que puede o lo que sabe, y puede llegar incluso a estar convencido de que su obra es una genialidad, aunque no lo sea.No es culpable por eso. En cambio sí lo es el curador (aquí le llamamos comisario), él tiene toda la responsabilidad: tiene que hacer un trabajo que sea relevante para el público, para el artista y para él.
Pero muchas veces se comportan como ojeadores que buscan artistas (que nadie conoce) para intentar convertirlos en estrellas.

Un saludo.

P.D. Siempre pensé que la Bienal de Venecia tenía mas calidad.¡Que decepción!

Avelina Lésper dijo...

Blue: parte de la obra es justamente llevar ese nivel de pintura, para recalcar que lo importante no es la calidad de la obra, ni su factura, lo importante es el "concepto", eso es despojar a la calidad de su valor intelectual.

Kléver Vásquez dijo...

Es verdad lo que dices. Y Aunque Miguel Angel y Bernini también se “apropiaron” de otras obras (los renacentistas se apropiaron de la clásica escultura griega y el barroco de los principios renacentistas), éstos las transformaron, las modificaron “a su manera”. Estando siempre concientes de la calidad de lo tomado, para que esa transformación no parezca destrucción provocada por torpes manos.

Avelina Lésper dijo...

Klever:
El Renacimiento y el Barroco recrearon estas formas, las llevaron a otros niveles, los neo conceptuales toman los objetos hechos y se lo adueñan, o lo mandan hacer como las "pinturas" Dots de Hirst estaban hechas con máquinay por asistentes. Sus nuevos óleos también están hechos con asistentes y sobre lienzos impresos. Di Matteo con total descaro contrata a pintores y los pone a hacer sus lienzos y él los exhibe.

Andrés dijo...

Avelina, eso que dices es justo lo que yo quisiera decir, que bueno que La Vida te parió, has puesto en palabras lo que yo en muchas ocaciones he pensado, pero desde luego jamas explicado como lo haces tu. En el Salon de Octubre que se celebra al marco de las Fiestas de Octubre aquí en GDL, en la edición de 2008 habia algunas obras seleccionadas que eran precisamente caricaturas baratas de obras consagradas, me indignó ver eso, realmente me indignó...

Y lo que escribes que pasó en la Bienal de Venecia es una aberración con ese tal Di Matteo, en serio que solo porque he visto cosas y porque lo escribes tu, que aunque sin conocerte físicamente, me transmites honestidad, por eso te creo, pero eso que hace Di Matteo es igual o peor que lo que hace un persona al piratear las peliculas para sobrevivir.

escosura dijo...

Estimada Avelina:

Creo que lo criticable es el propio concepto de ready made como arte.El que un artista tenga un taller donde trabajan otros es algo común desde el renacimiento. No te digo nada en el barroco: a Rubens se le asigna una producción de 3000 cuadros,y Zurbarán tuvo una industria de exportación de su obra a América,por supuesto no de la mano del maestro.Pero podemos citar actualmente a Botero, al que le hacen sus estatuas de bronce en Italia.
Un saludo y gracias

Avelina Lésper dijo...

Aquí el asunto es que los coneptuales están mandando hacer cosas que ellos NO pueden hacer, David también tenía un taller donde hacían cientos de retratos de Napoleón para las oficinas del Imperio, pero David hacia el retrato y el taller se dedicaba a reproducirlo. Estos talleres repreducían el estilo del maestro, aqui no existe tal cosa, no hay estilo, porque no pintan y no dibujan. Por eso afirmo que hacen del arte un objeto de ready made y se lo apropian.

Daniel Pérez dijo...

Lo más divertido, Avelina, es que esas maniobras tienen la pretensión de ser lo más avanzado y lo más nuevo en materia de arte, pero en realidad el concepto de ready made nos devuelve a las supersticiones del mundo primitivo, cuando se le atribuían poderes sobrenaturales a una piedra y se creía que los cataclismos era producidos por la furia de los dioses. Como nuestros antepasados remotos, los pseudoartistas conceptuales creen que para obtener una obra de arte basta con designar como arte a un objeto cualquiera, sin advertir que caen en la mera superstición. Un aclamado "videoartista" mostró hace un par de años en Buenos Aires la película "Psicosis", de Hitchcock, pasada en cámara lenta y presentada por una curadora que afirmaba: "la apropiación y la cita son operaciones habituales en el arte contemporáneo", sin recordar que en las demás artes, la apropiación y la cita se llaman plagio y están contempladas en el código penal.
Es muy triste comprobar el grotesco final que tuvo la ilusión de las vanguardias.

Pierre Emile Vandoorne dijo...

Estoy de acuerdo sólo en parte con la tesis que defienden tanto Avelina como todos los demás bloggers que comentan esta entrada.
Me parece que transmiten cierta nostalgia por la idea de genialidad o por lo sublime, de la manera en que estos términos se piensan en el siglo XIX.
Si por un lado estoy de acuerdo con esto del mal momento por el que atraviesa el arte, yo no culparía al arte conceptual.
Para empezar, hay que recordar que el arte conceptual, si vemos sus orígenes en el ready made, no se considera "arte" en el sentido tradicional.
Por eso mismo, el funcionamiento del mercado del arte hoy en día es grotesco.
Se ha tomado un gesto subversivo y se le ha extirpado su fuerza original, para dejar el camino libre a la especulación pura... lo inmaterial en el sentido más capitalista.
Sin embargo, no podemos pensar un ready made de la misma manera en la que pensamos una pintura clásica, moderna o contemporánea. Simplemente no funcionan de la misma manera.
Lo que sí aprecio del gesto Dadá, o de Yoko Ono "imagine piece", o de todas la "instrucciones" de obras de arte imaginarias (y que a veces me hacen pensar en microcuentos), es que transforman lo conocido en algo nuevo. Hacen de lo viejo algo nuevo, algo alegre.
El problema es que el lugar de estas obras no debería ser el museo (que es como el cementerio) sino la calle para así infiltrarse en la cotidianeidad. No ser "arte" sino algo fuera de lo común dentro de lo común, que produzca un ligero "cambio de luces", como decía Cortázar para referirse a ese momento en el que todo cambia debido a una leve fluctuación de la luminosidad.
Habiendo dicho esto, sí estoy de acuerdo con que hay algo de estafa gran parte el arte contemporáneo... comenzando por Hirst.
Finalmente, aunque Douglas Gordon no es santo de mi devoción, dado que el cine (o el video) es un arte basado en el tiempo, cambiar su velocidad es cambiar completamente la obra y extirpar lo que la hacía lo que era originalmente: es decir narración.
Extirpar la narración, fue en todo caso lo que hicieron los impresionistas, aun cuando seguían pintando la naturaleza.

Daniel Pérez dijo...

Creo que antes que en el cambio de velocidad de Psicosis debemos reparar en el hecho de que Douglas Gordon se apropió de una obra ajena; eso se llama robo, y como expresión artística carece totalmente de sentido, como carecería de sentido publicar el Quijote con la firma de Pierre Menard, según la broma de Borges que el conceptualismo ha convertido en una grotesca realidad.
Por otra parte, me parece que el hecho de tomar lo conocido como algo nuevo es un procedimiento habitual en la literatura y la poesía de todos los tiempos. Emplear la metáfora, asimilar paisajes o cosas a determinados estados de espíritu, disparar la reflexión filosófica o la mirada poética a partir de un hecho determinado, imaginar o proponer sentidos a partir de cosas neutras, son recursos que los escritores y poetas utilizan desde siempre; usarlos para pretender que un mingitorio es una obra de arte sí es nuevo, pero me parece un absoluto fraude.
También pienso que extirpar la narración fue un impulso necesario para el propósito de los impresionistas, pero las leyes de la vanguardia lo convirtieron a partir de entonces en un imperativo inviolable, que sumado a los imperativos de la novedad y la originalidad absoluta (la prohibición de "parecerse a", pecado supremo del arte moderno)impulsaron a las artes plásticas por el camino de la nada, algo que afortunadamente no pasó en el resto de las disciplinas artísticas, donde aventuras tales como el lenguaje zaum de Klebchnikov y Malevich o el concierto de silencio de John Cage no dejaron ninguna descendencia, y se siguen haciendo obras que capturan por sí mismas nuestro interés y despiertan nuestras emociones.

Avelina Lésper dijo...

Aquí hay dos puntos, por un lado, lo que menciona Pierre, yo creo que los museos no son cementerios, ni remotamente, si algo está vivo y es salvaguarda del arte es el museo, es una figura que nació desde la Revolución Francesa como la posibilidad de que todos tuviéramos acceso a la contemplación del arte que es uno de los primeros pasos para crear, algo que motiva a la creación no puede estar muerto. Si los artistas conceptuales quieren entrar al museo es por que descubrieron que con esto legitiman sus obras y les dan trascendencia y valor en el mercado. Y por otro, estoy de acuerdo con Daniel, y agrego que la autoría es piedra angular de la creación artística, más allá de valorar influencias y de tener maestros, de cómo cada artista manifiesta con en su formación están presentes otros autores es una aberración pretender que un objeto fabricado como un ready made es trabajo autoral y además es original. No tiene más cualidades que las que el objeto mismo aporta, la metafísica no existe en el arte, eso dejémoslo para las religiones que con fábulas justifican su existencia. El arte existe por las obras, no por fábulas. Las instrucciones de obras imaginarias, no tienen límites, la gente mira una pared y se supone que tendría que imaginarse la obra, la cuestión es ¿Por qué el autor no imaginó la obra y la realizó en vez de dejar ese trabajo al público? Un autor no deja el libro en blanco para que te imagines la novela, lo escribe y a nosotros como lectores nos toca imaginarnos la ropa de Emma Bobary y sus delirios amorosos. Ahora la narración de los impresionistas, yo creo que es el centro de sus obras, las escenas cotidianas que representaron, son narración pura, ¿no es narración los ballets de Degas? Cambiar la velocidad de una película es una de las tantas alteraciones que se le puede hacer, le pueden cambiar el color, de hecho cambian hasta el idioma en los doblajes y con esto la esencia de la actuación y eso no significa que la obra ahora sea de otro autor, esas son falacias de una creación que no justifica de una forma seria su trabajo.

Pierre Emile Vandoorne dijo...

Para empezar no se puede hablar de los museos como de algo fijo o definido. El museo empezó probablemente con las iglesias y sus “exposiciones” de arte sacro, cuyo ejemplo paradigmático es el “museo” del Vaticano. En un segundo momento, el museo post revolución francesa (que en realidad es el museo del primer imperio de Napoleón) es un museo que exhibe el saqueo, producto de la consolidación de las guerras imperiales. En ese sentido, el museo trae el botín para que los habitantes de la metrópolis (el centro) lo contemplen. Es decir que el museo en ese momento está al servicio de la ideología hegemónica como antes había estado al servicio de la religión. Avelina, me parece que estás obviando este aspecto que es fundamental. De hecho, la mayor parte de los artistas que, como Delacroix o más tarde los realistas, vieron las obras de Velásquez, lo hicieron en el museo de Louis Phillipe, es decir un museo que corresponde a este esquema imperial.
El “todos” al que aludes y que supuestamente tiene la “posibilidad [de tener] acceso a la contemplación del arte”, no es tan amplio como parece.

Estoy de acuerdo por otro lado con tu postulado de que “los artistas conceptuales quieren entrar al museo porque descubrieron que con esto legitiman sus obras y les dan trascendencia y valor en el mercado”

Sin embargo tu comentario de que un ready made “no tiene más cualidades que las que el objeto mismo aporta y que la metafísica no existe en el arte, eso dejémoslo para las religiones que con fábulas justifican su existencia” no me parece riguroso. La idea detrás del ready made no es el de la perfección del objeto auto referencial sino más bien el de crear un espacio y un momento de contemplación para reevaluar lo que ya conocemos. Por eso Duchamp decía que un objeto construido industrialmente era como un Buda, es decir que si lo colocábamos en el contexto adecuado podía motivar un estado de contemplación y meditación por parte del espectador. Esa me parece una idea válida, una idea que tiene sus orígenes en el arte clásico japonés por ejemplo. El arte japonés, justamente, consideraba que las obras fallidas (las cerámicas que salían con defectos de los hornos) tenían un valor especial porque sus defectos eran belleza azarosa que podía ser el punto de partida de una nueva forma de pensar la belleza. En ese sentido, el azar y todo lo que va más allá de la intención del “artista genial” tienen una gran importancia para el potencial humano de pensar de manera creativa.

Finalmente, si conoces bien la historia de los impresionistas, sabrás que Degas no es un ejemplo paradigmatico de este movimiento justamente por su sujeción a la narración. Era mayor que Monet o Renoir y tenía casi la misma edad que Manet.

Además, nunca dije que el impresionismo había abolido totalmente la narración sino más bien que era otra dimensión de su arte la que había cobrado relevancia. Los impresionistas empezaron a minar la idea misma de la obra maestra para privilegiar la serie: por ejemplo, las variaciones en el estudio de una tema (o concepto), las variaciones lumínicas y cromáticas de una vista de la catedral de Rouen, etc.

Avelina, tus comentarios me parecen muy interesantes aunque no concuerde con ellos, pero tu descalificación de Douglas Gordon me parece pobre. Hay un arte que recontextualiza aquello que en nuestra cultura mediática carece de profundidad. Una parte del pop art, el cine de found footage, y otras formas de apropiación nos permiten ver con nuevas luces lo que la cultura dominante nos muestra como imágenes transparentes. Esa visión crítica es, a mi parecer, necesaria y revolucionaria.

Avelina Lésper dijo...

Efectivamente gran parte de los museos trabajan para la idolología hegemónica, es lo que sucede ahora con los museos que exponen el arte oficial o arte conceptual, es la representación del sistema y trabajan para eso.
Ahora el argumento del contexto es el argumento básico de los curadores y los artistas que han agotado en catálogos y cédulas para justificar que una caja da cartón tenga un valor “artístico” por el contexto en el que se encuentra. Ya como citas a Duchamp, es muy claro, esto sucede si “crees”, es decir un acto de fe. El arte no es un acto de fe, no es una superstición, es un hecho, el arte es como la ciencia. Por otro lado una cerámica japonesa con un defecto, es una obra, no es un urinario o un vaso, o la ropa sucia de alguien; el escultor a partir del defecto de una piedra, o la textura de la madera crea una obra. No existe punto de comparación entra la cerámica y el ready made.
Cezanne, es sólo narración, es el gran santón de los Impresionistas y Fauvistas. La búsqueda en la reiteración de un tema no era de la “obra en serie”, era de síntesis.
En cuanto a la cultura mediática, es el argumento para que uno de los últimos premios Turner ganara con cartoons de Felix the Cat y los Simpsons, esa apropiación es plagio y la “reflexión” no es revolucionaria, no va más allá de lo que los mismos cartoons significan, y en la que el “artista” mismo no aporta gran cosa. Con qué autoridad eliminan al cine como arte para apropiárselo, y decir que las masas no ven lo que la obra significa, esta pretensión de que las masas no ven y el “artista” que plagia ve, es obtusa.
En general existen muchos argumentos para justificar la presencia de este tipo de obras, los conocemos todos de sobra, el discurso es la parte medular de las obras, sin este discurso no existirían, porque en eso sostienen su valor, ahora mismo en el MOMA Klara Liden tiene una montaña de cajas de cartón expuestas con un cédula enorme que dice que no son cajas de cartón. Eso para mi no es suficiente, el que alguien lo diga, no lo convierte en arte. Ya vamos para cien años de discursos, los sabemos de memoria, necesitamos arte, no palabras, la demagogia, arma de las dictaduras, también es arma de esta “revolución” anquilosada.

Pierre Emile Vandoorne dijo...

Me parece interesante tu afirmación de que “el arte es como la ciencia”. Pero creo, y lo digo sin ánimo de ofender, que pertenece más a un manifiesto que a un texto crítico. Entenderás que, dado mi gusto por las vanguardias, decirte eso es un cumplido.
Sin embargo, si tu intención es crítica, no entiendo cómo puede aseverar algo así sin mayor explicación. El arte es difícil de definir, y si nos metemos a rebuscar en nuestros libritos de filosofía, el “poseído por las musas” de Platón, o la inspiración divina de gran parte del arte cristiano, sugerirían una línea de pensamiento que vincula la creación artística con fuerzas inexplicables.
No digo que yo crea eso, me parecería tan radical como postura como la que planteas.
Igual de radicales son comentarios como “Cezanne es sólo narración”… pobre Cézanne, espero que haya sido mucho más que narración, y lo mismo espero de su obra.
Entiendo que te moleste el estado actual del mundo del arte. Es cierto lo que dices acerca de la influencia nefasta de los curadores en muchos aspectos. Pero el arte no es una ciencia con principios definidos y no creo que se limite a la producción de objetos preciosos.
Me gusta una cita de Badiou quien dice que: “el arte es aquello que se ocupa de las formas de lo que todavía no tiene forma”.

No entiendo, por otro lado lo que dices acerca de la cerámica japonesa: “la cerámica japonesa es una obra, no es un urinario”. Ese postulado se parece a “Ceci n’est pas une pipe” o al ejemplo de las cajas de cartón que citas.
Yo me refería a cerámica producida en serie. Usualmente se descarta lo que no corresponde con el modelo (de una jarra, plato, etc) sin embargo, me refería a la práctica de guardar algunos de estos objetos cuando se distanciaban del modelo debido a una falla. Se manifestaba en estos objetos una nueva posibilidad de la belleza: efecto del azar, liberado de la intención creadora de un autor.
Creo que John Cage, Duchamp, etc, exploraban esa posibilidad.
Estoy de acuerdo con lo que dices de que a veces las palabras sobran, pero este es un espacio crítico. En la entrevista que diste en un programa de radio, dices que los críticos no están haciendo su trabajo, y puede que tengas razón, por eso estamos discutiendo en este espacio, para reflexionar juntos, por más que la reflexión sea dialéctica.
Supongo que lo que expresas en este artículo proviene de una sensibilidad honesta con respecto a lo que debes considerar un maltrato del espacio de lo bello. Sin embargo, a veces tus palabras se parecen a los argumentos tradicionales de los clasicistas, como los que dominaban las academias y los salones e impedían que los impresionistas exhibieran sus obras junto a las de Couture.
Quisiera saber cuales son las obras que más te gustan. Después de todo, la sensibilidad tiene mucho que ver con todo esto, ¿no?

Luis Colucci dijo...

Estoy de acuerdo con Daniel: "...tomar lo conocido como algo nuevo es un procedimiento habitual en la literatura y la poesía de todos los tiempos. Emplear la metáfora, asimilar paisajes o cosas a determinados estados de espíritu, disparar la reflexión filosófica o la mirada poética a partir de un hecho determinado, imaginar o proponer sentidos a partir de cosas neutras, son recursos que los escritores y poetas utilizan desde siempre..."
Retomando el caso de "Pierre Menard, autor del Quijote", lógicamente, lo que hace que ese cuento sea arte es su forma, su realización, no su idea. O en todo caso, idea y forma forman un todo. Si el mero concepto lo fuera todo, Borges y Bioy Casares habrían sido "instaladores", "artistas culinarios" y otras tantas cosas. Sin embargo se los conoce como escritores. Lean, sino, "Crónicas de Bustos Domecq" y después me cuentan. De paso se van a reir un rato.

Carlos Sánchez Gutiérrez dijo...

Daniel: estoy completamente de acuerdo contigo, excepto por una cosa. Desgraciadamente, sí hay una descendencia en la música actual que proviene de las ocurrencias sesenteras de John Cage. Por ejemplo, el compositor mexicano Julio Estrada (y un séquito numeroso de epígonos suyos) habla ahora de hacer "música-ficción", es decir, música que sólo se imagina, y que "reside exclusivamente en el interior del compositor, sin tener que ser escuchada". Al respecto cito a un amigo pintor: "Yo también hago a veces 'pintura ficción', pero mis allegados le llaman 'hace tiempo que no pintas'".

En un gesto de honestidad y congruencia que ojalá se atreviesen a tener los artistas conceptuales de hoy, el compositor italiano Franco Donatoni respondió al concepto Cageano de que la música "exíste con sólo imaginarla" dejando por completo la composición y buscándose otro modus vivendi. Felizmente, Donatoni resurgió diez años después para crear—con lápiz y papel pautado— uno de los legados más importantes de la música del siglo XX).

Oportunistas y vividores como Julio Estrada optan por seguir llamándose compositores, reciben dinero del erario para ello, ocupan plazas académicas y gozan de privilegios que no les corresponden. Si el arte ficticio no requiere de un público, lo lógico es que tampoco requiera de subsidios.

Adela Condé dijo...

Qué joya la afirmación de decir que el museo "es un espacio muerto". Entonces el señor Pierre E. considera un espacio vivo aquellos capaces de capturar su atención. Le recomiendo que asista al Circo, con magos y payasos, al estadio de futbol o a la iglesia, llena de retos para una imaginación "creativa" como la que presume poseer.

Pierre Emile Vandoorne dijo...

Adela. No dije que el museo es un espacio muerto,dije textualmente "es como un cementerio". Lo dije luego de explicar el que, a mi parecer, era el punto de vista Dadá: una crítica a las insituciones que regulaban el quehacer creativo.

En todo caso, el cementerio es un lugar al que vamos para recordar el pasado, para rendir homenaje a lo que ha sido, y es un espacio importante, que hasta puede ser hermoso.

Pero lo que, a mi parecer, prentendían artistas como Duchamp era independizar el quehacer creativo de ese tipo de espacio (el espacio de lo eterno o de lo que perdura) y volver a insertarlo en lo cotidiano. Por eso los objetos Dadá son, en muchas ociasiones, objetos cotidianos. La idea era generar lo inesperado, la sorpresa, lo maravilloso, fuera de los espacios tradicionales del arte.
Mi punto era ese.
De todas maneras te agradezco las recomendaciones. Hace tiempo que no voy al circo, que como sabrás es un tema recurrente en la historia del arte. A veces me paseo por las iglesias, y el fútbol sólo lo veo en la tele.

Carlos Sánchez Gutiérrez dijo...

Entiendo que Pierre, con ánimo de mantener el respeto y la civilidad en esta discusión, solicite a Avelina (y, por extensión, a otros en este blog) argumentos menos radicales y más tolerantes. Pero, ¿qué acaso no ha sido el que hayamos tolerado a los conceptuales por más de cincuenta años lo que ha llevado al arte contemporáneo al triste estado en el que se encuentra? Comparar esta intolerancia nuestra con la de la academia francesa ante los impresionistas me parece inexacto. Aquél era, a fin de cuentas, un conflicto entre PINTORES. Éste lo es entre quienes hacen arte, con sus manos, y todos los días, y que deviene en objetos bellos y tangibles que todo el mundo puede apreciar, y quienes engañan al respetable con "objetos" y conceptos puramente imaginarios. No estamos comparando una obra con otra, sino una obra...con otra que no existe. El impresionismo quizás reemplazó a un estilo de creación artística con otro, pero lo que vemos ahora es la suplantación, la aniquilación del arte en manos de algo que es, simplemente, ficticio. ¿Podemos ser tolerantes ante algo así quienes nos enfrentamos día con día en nuestros talleres a los verdaderos retos del arte que se HACE, no al que basta imaginar (o robarse...)?

Avelina Lésper dijo...

Carlos:
El arte conceptual ya cumpliò los 100 años, desde la lata de mierda, y el urinario ya tiene 98, yo creo que lo que sobra es tolerancia.

Luis Colucci dijo...

Muy interesante lo que decís, Carlos. Demás está decir que estoy de acuerdo.
Aprovecho la ocasión para felicitarte por tu música. Pude escuchar algunas cosas en tu página.

Carlos Sánchez Gutiérrez dijo...

Gracias, Luis. ¡Magnífico blog, Avelina!

Eduardo / Joselite dijo...

Buen día!

Primera vez que visito este blog.

Quiero mencionar que no soy artista, sin embargo si tengo una opinión y por lo que veo aqui las respetan todas.

Estoy totalmente de acuerdo con que el crédito de artista corresponde a los llamados copistas, que sin embargo carecen de intensión y motivación al arte...es decir, lo hacen por ordenanza y la idéa/transmisión del mensaje no es propia. Conclusión... también comparten créditos.

Por otra parte, creo tambien que el merito de la idea es de reconocerse... el origen de la idea creativa, la escencia de la inspiración que para los que no tenemos habilidades artisticas, resulta dificil ejecutar a propia mano. Merecen, a mi percepción,compartir créditos.

Ahora, el caso de Di Matteo si me parece vago y aburrido ya que jamás veré la parodia como arte. El hacer chascarro de lo que alguien más ya creó. No es respetable*.

Es a mi percepción intolerante que llamen arte al perro moribundo de nicaragua, o esta malformación de la Mona Lisa.

Parte del caos actual se debe a esa perversión de la libertad de pensamiento al libertinaje social. Y esto va desde el actuar de la sociedad hasta las expresiones artisticas.

Hemos prostituido los ideales.

*Siempre he creido que no todas las opiniones son respetables. Por otra parte, sois libres de creer lo que les venga en gana.

Andrea Naranjo dijo...

Saludos entro a este interesante blog via un post de visiones metafóricas de Lima.
Sería interesante que visites
al Faca (Rosario Bs As BCN),
sobre todo sus trabajos en sincita
y el Compartiendo Capital

http://www.sincita.wordpress.com

http://www.soyfaca.com.ar/blog
http://www.compartiendocapital.org.ar
http://www.vodkamiel.com.ar

Pampero STNCL dijo...

Avelina, coincido con tu observación acerca de la autoría de las obras encargadas por terceros, como en el ejemplo que das de Elisabeth I. Pero aún así, no dejo de preguntarme, sin hallar una respuesta, qué sucede con el proceso de creación de una obra al momento concebirla, es decir, discriminando el proceso de producción propiamente dicho, de la idea en la mente del autor; algo así como "el cerebro" y "el brazo ejecutor". Pienso que son dos instancias inseparables, y que, así como no podría considerar el autor de una obra a aquél que la encarga, tampoco podría serlo (exclusivamente) aquél que la realiza siguiendo órdenes (el poseedor de la técnica, quizás).
Por otra parte, y ya hablando de algo puntual, el ejemplo de Elisabeth I y los dramas de Shakespeare, me lleva a cuestionarme qué grado de compromiso asume el que pide una obra, en relación al artista que, siguiendo una petición, la concibe, la piensa y la realiza. Es distinto el caso del artista que da las indicaciones para hacer la obra, que de la persona que pide una; un arquitecto y una reina.
Se cuestiona, entonces, el concepto de "creación". ¿Es que acaso la idea no tiene peso propio? ¿Y qué sería de la técnica sin la idea, o de ésta sin la técnica? O incluso, ¿debe estar asociada la "creación" solamente a la "producción" de la obra?
Me complacería conocer tu opinión acerca de esto, ya que es un tema del que no tengo una opinión demasiado formada.
Seguiré tu blog, me resultó súper interesante. Saludo.

Anónimo dijo...

Hola Avelina, hoy he leído con detenimiento su crítica, la he encontrado casualmente buscando información de determinados pintores para incluirlos en mi tesina. Entiendo su indignación, puesto que que para mí la pintura y su uso actual también tiene importancia encuanto a su proceso y consecución. Mi tesis se va adentrar en la pintura actual dentro de los movimientos artísticos contemporáneos y como esta se ha adactado a los nuevos cambios de formar de arte, tanto a las nuevas tecnologías como al pensamiento contemporáneo. Mucho a pasado, desde el renacimieno italiano, !que digo desde el renacimiento! Desde los bisontes representados en las cavernas, la apropiación esta presente en todo, no sólo en la pintura, pero cuando un autor, centra su mirada, su pensamiento en una determinada obra, no es algo casual, su forma de hacer no es una copia tal cual, si no ir más allá de la obra en sí, repensarla en otra época, en otro lugar, hasta incluso ponerla en evidencia. Un escritor, puede citar en sus obras a otros artistas, lo mismo puede ocurrir en las artes visuales.
En cuanto al proceso de pintar, ¿Dónde están las buenas formas o las malas técnicas, cuándo el concepto es lo que prima desde la última década de l siglo xx? No se si las formas que Di Matteo plantea son las más adecuadas, pero si esta claro que abre un debate muy necesario ante el uso de la pintura en el arte actual y eso si que lo veo necesario.
Salomé Ortega