sábado, 31 de enero de 2009

LOS SPEECH MAKERS





En relación a mi crítica anterior “El MUAC: A piece of shit” he recibido numerosas reacciones en la redacción de periódico, de las cuales hoy publican dos en este suplemento y a las que respondo. Me cuestionan por qué responsabilizo a la UNAM por el montaje de la instalación nazi. Si la UNAM no es responsable de lo que expone en su museo, entonces ¿de qué es responsable? Hablar del Holocausto no es desproporcionado, los nazis son los autores del Holocausto y son el tema de la obra. En todos los países en donde se exponen los símbolos nazis esto es considerado antisemita y un delito, que la UNAM albergue estos símbolos es un error ético, que albergue este nivel de obras es un error estético. La obra no es valiente, es cínica y se apoya en la complicidad de sus armadores oficiales de discursos, sus speech makers que justifican todo lo que hacen sus “artistas”. Un discurso no cambia la realidad, un enunciado no hace distinto a algo, no pueden engañarnos. El arte conceptual se ha especializado en creer que sus discursos van hacer que veamos sus “obras” distintas a lo que son: una lata de mierda no es una lata de mierda, una película pornográfica de Santiago Sierra no es una película pornográfica, una instalación nazi no es una instalación nazi, para los speech makers, esto es arte. No lo es, que lo digan no lo hace una realidad, los objetos conservan su naturaleza a pesar de sus palabras, su dogma no puede ser impuesto en personas inteligentes. Cuando la libertad es un ídolo para sí misma se convierte en estupidez o en crimen, y ese es el uso que han dado a un espacio que está creado para alentar al arte. La instalación no “explora la fascinación popular por los experimentos de la ingeniería social”, exhibe la fascinación del autor por los nazis y sentir fascinación por esto y exhibirlo es un delito. El pasado 14 de enero en Nueva Jersey las autoridades le retiraron a una pareja la custodia de sus hijos por registrarlos como Hitler, Aryan Nation y Himmler; el papa Benedicto XVI acaba de causar más descrédito para su iglesia al revocar la excomunión de un obispo que niega el Holocausto, esto demuestra que eso que llaman “fascinación popular” no existe. Los hacedores de discursos que insisten en que es una burla al nazismo se equivocan porque no incluye elementos de burla o farsa, no ridiculiza, exacerba; no denuncia, enaltece y hace nimiedades de los crímenes que esto significa. Si por lo menos estos speech makers leyeran a los griegos lo sabrían, pero se bastan a sí mismos con su dogma. Hablar de la calidad artística es ocioso, la calidad es nula, lo único que respalda a esta obra son los discursos que la amparan. Ahora, el asunto es que la imposición de estos discursos ante lo que vemos sí es totalitaria. Exigirnos que no aceptemos que algo es basura cuando vemos basura es un ejercicio dictatorial que exhibe más una actitud fascista que esta exposición, “la ridícula solemnidad que pretende inyectar seriedad a la sinrazón” es una frase que se le puede aplicar al discurso que defiende a estas obras, que las aplaude y les llama arte. Los speech makers son los que quieren imponer su chata visión y los que creen que el público es estúpido y que no vemos que ese circo nazi kitsch es un hall of fame. El nazismo creció por aquellos que negaron lo que estaba sucediendo, que cerraron los ojos a la realidad y creyeron en discursos dogmáticos como los que nos recetan para que veamos arte en donde no lo hay. No todos somos irresponsables con nuestra inteligencia y nuestra libertad, hay quienes tenemos el valor de decir NO cuando los fascistas quieren imponerse. El gran régimen totalitario que agoniza y que insiste en aferrarse a base de discursos que encubren a la realidad, es el de los speech makers de los conceptuales contemporáneos. Invito al público inteligente a que hagamos una instalación y denunciemos esta dictadura, pongamos a Demian Hirst, los YBA, Sierra, Orozco, etc y a los speech makers en formol y luego la subastamos. El arte, su lenguaje, sus fines y su trascendencia no se verán alterados por sus discursos, el arte es más sabio y más brillante y sobrevivirá a este régimen totalitario enfermo que ya entiende que no nos puede engañar.

24 comentarios:

Daniel Herrera dijo...

Avelina:

Sigo tu blog gracias a la recomendación de Rogelio Villarreal. Doy clases a diseñadores de teoria e historia del arte. Me parece que eres una de las pocas voces que se desmarcan de lo que se conoce como arte y que está manipulado por el vil mercantilismo.
En este mismo tema: que opinas del libro de José Jiménez, Teoría del arte, quien en el primer capítulo afirma: "arte es todo lo que el artista desea que sea arte". O de las fotos "positivas" de Zbigniew Libera.
Excelente blog.

Avelina Lésper dijo...

Daniel:
José Jiménez es como tantos teóricos del arte que trabajan para justificar esto, porque esa diferencia existe entre los libros o estudios sobre un período o un artista verdadero, no lo justifican, lo dimensionan, lo describen, nos revelan su obra, pero cuando se trata de arte contemporáneo y de decir como Jiménez que todo lo que el artista decida es arte, se sostienen en una larga justificación, y esto lo requiere porque no tiene bases que lo sostengan en sí mismo y no tiene algo fundamental, la apreciación del público. De hecho el libro de Jimenez está escrito sólo para justifcar la existencia de obras como las de Hirst. Y lo de Zbigniew Libera es muy interesante y más en este caso porque el autor de Cantos cívicos es un mal imitador del polaco, que tambien es un oportunista que escudado en este caos de que todo se vale hace estas obras que sólo banalizan a la Historia, es revelador ver que estas obras que no tienen valores estéticos crean su razon de ser en golpear los valores históricos y sociales. Creen que escandalizar sustituye al talento. Y con la legión que tienen de speech makers que los defienden pueden hacer eso y más. Gracias por seguir el blog.

Dídac Muciño dijo...

Me parece de lo más, impresionante ver el otro lado de la critica del arte, tienes razón que los directores del MUAC no se responsabilizan de lo que exponen, entonces cierren el museo, pero por otro lado, tu critica sobre el arte contemporáneo en ciertos puntos se me hace extremista, las vanguardias no las podemos quitar de la nada, y tampoco delimitarlas al echo de hacerlas una belleza estética, por que la belleza radica en la época donde se vive como también es el artista la adaptación a su época, no estamos en el siglo del renacimiento, donde los pintores sobrepasan el arte, y si estuviéramos en esa época usted como mujer, no podría dar su opinión. todo este desmán, que vivimos es por que hay un descontrol total, por el echo que estamos influenciados por las vanguardias, tu propuesta de volver hacer arte puro y estético seria un milagro, pero tampoco algo imposible, soy un joven pintor en desarrollo y estudiante del EIA. Gracias por abrir tu blogg, y seguire leyendo tus magnificas criticas. Saludos!

Anónimo dijo...

Hola Avelina felicidades por tus textos, de verdad muy buenos.

saludos!!

Rene Almanza

Víctor Sulser dijo...

¿y porqué invocar a la ley? en México no existe legislación sobre la iconografía nazi, afortunadamente. Puedo comprender la legislación en Europa, y no discutiré sobre el asunto que tiene sus aristas. Pero aquí puedes tratar el tema.

Por aparte esta el juzgar la instalación. La cual tiene en el fondo una referencia a la homosexualidad y la pedofilia ¿porqué todo mundo le discute lo nazi y no discute lo de erotizar chavitos? lo comprendo por un par de razones:
1-No querer ni siquiera ver la instalación
2-Sólo reaccionar a lo nazi "!!!!!!suásticas!!!!! !!!suásticas!!!!! uuuuuuy que horror"
lo que es grave es que la critica no quiera ver al objeto que critica. Con lo cual en una de esas lo puede descalificar aun más. Y ojo, la pedofilia si esta penada en nuestro país. Pero en realidad nadie debería limitar ningún tema al arte. Si no vamos a a descolgar los desnudos de los museos y guardarlos en cámaras secretas.

Avelina Lésper dijo...

Victor: tienes razón en la referencia a la pedófilia, que es uno de los temas del autor y que ha explotado en otras obras, es una de las peores partes de esta instalación lo que es increible es que el MUAC permita todo esto, y no se trata de descolgar los desnudos, existe una enorme diferencia entre un desnudo y una obra erótica y utilizar imágenes pedófilas, aqui los límites son muy delicados, las imágenes infantiles como las de la instalación son pornografía porque es la imgen real de alguien que esta siendo utilizado con fines de explotación sexual y que por su edad entiendes que no es voluntario, ahora si es una obra da Baltus no es pedófila, es erótica porque es una recreación, el juego del autor de la instalación es que sabe que la complicidad de los curadores nunca le va a decir "no" asi haga lo que sea. En su otra obra un niño con peluca comia galletas con forma de mierda y lo puso en el Carrillo Gil y le dieron decenas de explicaciones que justificaban algo evidentemente pedófilo.

Anónimo dijo...

Estimada Avelina
Le escribo porque he leído con gran placer sus textos sobre las problemáticas de ciertas formas que podemos llamar arte actual y debo coincidir con usted en la mayor parte de sus juicios. ¿Puede llamarse arte a una carretilla con piñas? El mingitorio de Duchamp fue el mingitorio y tuvo su momento. Fue elegida la obra más influyente del siglo XX, pero ha sido una influencia nefasta, porque ahora todos juegan a ser Duchamp. Lo que en Duchamp fue creatividad e ironía se transformó dialécticamente (palabra casi prohibida en estos días) en exactamente lo contrario; una creatividad de recetario y una ironía chata. Ser Duchamp en 2009 es ridículo y lo que muestra es la falta de creatividad absoluta de personas cuyo único mérito -si alguno- consiste en tener los “güevos” suficientes para autodenominarse artistas. A esto se le suma una caterva de personajes “curadores” inmersos en un perverso juego de especularidades donde un fantasma sostiene al otro conforme se reparten elogios como los tres chiflados se repartían pastelazos. El crítico fabrica la obra, misma que no es nada sin el crítico que la avala y que en muchos casos francamente delira. Recuerdo a este propósito una anécdota que contaba con mucha risa Grant Wood respecto de su famoso “American Gothic” en donde un crítico veía una representación de la santísima trinidad en el tridente que sostiene el personaje masculino.
En este tenor se pueden llenar páginas y páginas con textos como: “el artista muestra el desencanto de la juventud contemporánea ante los sistemas de mercado donde el ser pierde su sustancia en el gris andamiaje de una sociedad intolerante y mecanizada” recórtense estas palabras y péguense en cualquier folleto de una exposición, y pueden servir para “describir” un performance consistente en romper a hachazos una televisión (o mejor disolverla en ácido), destruir un libro de poemas hoja por hoja o entrar desnudo con el cuerpo pintado con el logo de coca cola en el lugar en que un perfonmancero esté haciendo un performance; fabricar objetos como una carretilla llena de piñas o un florero lleno de transistores, un apilamiento de bragas femeninas, un collage de la estatua de la libertad hecho con bacinicas o tapizar de dibujos y pinturas de personajes del nazismo las paredes de un museo, (llamémosles “instalaciónes”). Se me pueden ocurrir muchas más, como poner una serie de 300 cazos para preparar pozole, alineados sobre una avenida de Tijuana… Se me ocurren, pero no tendría la desfachatez ni el cinismo de pretender una beca por ello.
Eso sí, siempre correctos, aunque nos las demos de trasgresores, nos podemos meter con los nazis pues son ¿lejanos? Pero hay elementos intocables. Hace muchos años causó acres protestas una virgen con el rostro de Marilyn Monroe y un Jesucristo con el rostro de Pedro Infante, bueno usted ya sabe que meterse con la iglesia da publicidad gratuita y de la buena, pero a que nadie se atrevería a pintar a Juárez sodomisado por Maximiliano o a un Cuauhtémoc enclenque o hacer loas a Santa Anna (el himno nacional tiene varias estrofas de este tipo).
Una serie de dibujos animados que me encanta y supongo abusivamente que a usted también, “Los Simpson” tiene un episodio en el cual Homero intenta construir una asadora para el jardín siguiendo las instrucciones de un folleto; fracasa y el cemento endurecido une las distintas piezas en algo que fascina a una curadora que ve en ello “arte”. El episodio es, obviamente, una sátira, pero Homero se ve arrastrado así a ser un artista moderno. La diferencia con estos “artistas” es que el idiota Homero es conciente de la farsa mientras que ellos asumen que están haciendo arte.
No creo que los cadáveres de animales en formol ni nada de lo que haga Demian Hirsch sea arte. Sí puede ser muy caro, como el cráneo con diamantes, tributo a lo más kitsch y en el mismo orden de las pistolas bañadas en oro y con incrustaciones de piedras preciosas, estilo “Art Narcó” de autor anónimo. Dalí se sabía artista y ciertamente lo era, pero también se sabía farsante cuando pagaba sus cuentas dibujando garabatos sobre una servilleta. Su arte ha trascendido, no su “emparedado de cabeza” ni su disfraz de niño asesinado. Pero ¿qué pasa cuando lo único que puedo hacer apenas va más allá de garabatear servilletas? Respuesta: Me vuelvo artista conceptual.
Aunque usted ha mantenido su análisis en el terreno de la plástica, me parece que una crítica análoga puede establecerse en muchos otros campos que van del cine a la música pasando obviamente por la literatura.
En la música es claro y análogo. Los enormes presupuestos que gastan las disqueras en promocionar un ídolo que no durará más de 6 meses y luego el que sigue. ¿Quién trasciende? Hablo de la música popular, pero tampoco podríamos atribuir mucha trascendencia a la llamada “música concreta” de los 50’s. Está bien, vale como experimento, pero no todos los experimentos funcionan. Que Pink Floyd use ruidos de animales funciona artísticamente, pero el piano de cerditos era una estupidez -divertida por supuesto-, como son estupideces esas sinfonías que llevan tocándose años y acabarán de ejecutarse en algunos milenios… Se me ocurre un sinfonía para el fin del mundo que incluirá los ruidos del medioambiente y una sola nota sostenida solo por instrumentos de viento hasta que cada uno de los intérpretes muera (recuerde que es el fin del mundo).
En la literatura, le pregunto ¿ha leído usted algunos de los “poemas” que llegaron a publicarse en Laberinto de Milenio? Aunque no quiero acordarme, recuerdo muchas cosas abominables, en especial algo repugnante sobre los leucocitos y otros de una mochería ramplona y francamente imbécil. Repugnante que a eso se le considerara un poema, no por los contenidos, pues lo repugnante puede ser artístico e incluso lo abiertamente pornográfico, es cuestión de variar la cantidad de luz como decía Wilde. Si no todos, muchos de estos textos estaban avalados por premios de poesía. Como

Si al
escribir de esta manera
palpitante....



susurrante y lejana
se hicieran poesía
Las palabras huecas
Del hastío

(todo esto por supuesto sin signos de puntuación y con márgenes extravagantes. Se me ocurre también hacerlo con ortografías pedestres (oxímoron)).
Zi hal
Escrivir de esta mannera
Palpittant’
Suzurrant y lehana
Se hizieran po-es-ia
Las palabras hueks
Del hastyo
Como usted ve, aunque trato de hacer algo abominable no me sale tan peor, en fin me postularé para una beca.

Un abrazo.
Hector Escobar

Anónimo dijo...

Qué buen blog Avelina. Me acabo de enterar de tu existencia, la celebro.

Ya tenía alguien que venir a decirles que están chuleando YET AGAIN las pinches ropas del emperador.

En este caso es más grave, porque el emperador asesinó a 6 millones de personas.

Saludos. No dejes de escribir.

Anónimo dijo...

Estimada Avelina:

La semana pasado no tuve oportunidad de leer Laberinto, pero hoy que la leo y me entero con sorpresa de lo que esta sucediendo en el MUAC, en la UNAM, el recordatorio, de por si es doloroso, poco favor nos hace la UNAM, no solo a los judios, a los gitanoss, a los homosexuales, a todos aquellos que no eran arios, pues, si ,estuvieron en los campos de concentración.

le adjunto, un documento, para su información

agraciendo su inteligencia

adelakonik

Anónimo dijo...

Queríamos felicitarla por su excelente artículo con respeto al MUAC.
Trabajamos en el Instituto de Cultura superior, como maestra y directora académica en esta institución que prepara a la licencia en Historia del Arte y estamos admirativas de su valiente e inteligente postura en cuanto a este museo.
Atentamente,
Lic. Tatiana Espinasa Yllades y Ruth Bekhor

Anónimo dijo...

Estimada Avelina,


Híjole, ahora sí que les sacaste la escopeta de 12 y les diste con los dos barríles a los del MUAC. Yo yá te había expresado mi propia indignación al "circo nazi" que celebra este imbécil de MVentura. Pienso que su pecado es que parece estar exaltando a los personajes nazis, cuando este efecto es producto de una incoherencia en su proceso de 'pensar' (si se puede usar esta palabra). Es una pieza incoherente, pero no incoherente como, por ejemplo, el DADA (porque ellos sí sabían que querían mostrar), sino incoherente categóricamente. No sabe que quiere mostrar,ni como, ni que quiere comunicar, ni nada,... no va a ningún lado... seguramente empezó con una idéa, pero esa se perdió (el se perdió) en la puritita 'retinalidad', se quedo en lo cursi de los nazis y eso no se justifica. Digo, un verdadero genio como por ejemplo Charlie Chaplin lo puede hacer (burlarse de los nazis) , y todo el mundo se ríe de los nazis porque CC expone su pendejez y su maldad, pero CC hizo su pelicula ANTES de la 2 guerra mundial y en esa época nadie sabía hasta que niveles del infierno iban a llegar. También lo hizo magistralmente Mel Brooks, aunque mucha gente le tachó de tener mal gusto porque ese tema no se prestaba al humor por ningún lado. MV es un ignorante y presumido, digo 'presumido' porque se siente artista y esa pieza simplemente no tiene nada que ver con el arte. Si es verdad (cuando expuso lo mismo en Castelló) que MV dijo que las ratas eran los emigrados rumanos en Valencia.........That sonofabitch should be shot y punto!!!
Por otro lado, sí hay en es colección algunas piezas que aguantan,i.e., las mascaras de Marcos K, una pieza minimalista de Robert Long y dostres otras pero en general casi TODA la obra muestra un malestar que parece endémico hoy en día. Piensa en la burbuja financiera recién reventada donde algunos querían 'crear' valor donde no existía valiéndose de instrumentos financieros que nadie entendía (básicamente disfrazando/réempaquetando mierda para que pareciera oro) --- a poco no suena a lo que están tratando de pasar como lo 'genial' del arte hoy en día. Anyway, otra vez te felicíto y te confieso que me he vuelto adicto a tus lucubraciones de (casi) cada sábado en el Milenio.
PJO'Rourke sí tiene sentido de humor!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! tu cuate.............................eddie hondo

Anxo Varela dijo...

Debo decir que tanto mi mujer (Carmen Martín), Mariano Casas y yo nos hemos hecho ya oficialmente adictos a tu blog.

Esta idea es para mí el meollo de la cuestión, y como siempre lo has expresado claramente y con elegancia:

"El arte conceptual se ha especializado en creer que sus discursos van hacer que veamos sus “obras” distintas a lo que son: una lata de mierda no es una lata de mierda, una película pornográfica de Santiago Sierra no es una película pornográfica, una instalación nazi no es una instalación nazi, para los speech makers, esto es arte. No lo es, que lo digan no lo hace una realidad, los objetos conservan su naturaleza a pesar de sus palabras, su dogma no puede ser impuesto en personas inteligentes."

¡Los speech makers deben estar que trinan!

Avelina Lésper dijo...

Amigos Hartistas:
Pues los speech makers ayer en la radio de la Universidad invitaron al "artista pronazi" a que hablara de su obra y convocaron a un "debate" al que no estoy invitada porque soy la única voz discidente y solo van a invitar a los apologistas, ya ven que estos creen que el debate es una forma de masturbación. El debate será la semana que entra, según esto están escanlalizados por la reacción de la prensa y las únicas reacciones fue la mía y la de una politóloga. Uno de sus serividores público una carta en donde me llama ignorante, que es la otra salida de los speech makers "no te gusta porque no entiendes o no sabes" como que se necesitara sabiduria para entender su basura de arte. Un abrazo al Harte.

Anónimo dijo...

Reciba un saludo...

Acabo de leer el artículo Avelina vs. MUAC, y pues me puse a pensar que de cierta forma es real que esa exposición (Cantos cívicos) a uno lo deja con la sensación de que comió algo bien dulce con algo bien salado y algo bien picoso y algo bien echado a perder, y luego devoró un buen pedazo de caca, y todo ese sabor que quedaría en la boca deja la sensación de que lo que comió no es artístico, sino asqueroso, es decir, vi la exposición, y me dio bastante asco. Serían las imágenes, serían las formas, serían los colores, serían los montones de animalitos muertos, sería lo que sería, pero sí, me dio asco y con ganas de entrar a ver de nuevo ya detenidamente.
No, lo mío no es a favor de Cantos cívicos, sino una sensación de que lo que vi no es precisamente arte contemporáneo, sino ideas de que están haciendo arte contemporáneo. Pero, entonces, ¿qué parámetros se podrían utilizar para decir si algo es arte contemporáneo o no? Porque igual y quienes defienden que cualquier cosa que se le venga en gana al artista es arte simplemente porque lo hace el artista, sea una mala comprensión de Andy Warhol, y crean que Warhol dio permiso de llamar arte a lo que se nos venga en gana. Es posible, no sé. Pero pues entonces habría que ver en qué medio se movía Warhol, y cuál era su crítica, y cuál era el contexto de NY en los años en que él hizo toda su obra, antes de pensar que el arte había perdido su esencia artística.
Pero bueno, me gustan los artículos que escribe, sobre todo aquel de los superhéroes y la moda. Muy bueno, me dio muchas ideas para un texto que estoy haciendo.
Me gustaría comentar más cosas con usted, de ser posible, así que dejo mi mail: pescador28@hotmail.com

Gracias

Anónimo dijo...

Sra Lésper, Sres y Sras bloggers incondicionales: Me dejan sin palabras. Nunca imaginé semejantes niveles de cerrazón e ignorancia, desprecio e integrismo, como lo que ustedes expresan en sus textos y comentarios. Me extrañan estas voces ultraconservadoras en un país como México, tradicionalmente progresista y abierto al mundo. De donde salen ustedes?

Avelina Lésper dijo...

Anónimo sin palabras:
¿Desde cuando MEX es un país progresista? tenemos 8 años de gobierno ultra derechista, conservador y religioso. Sus valores están bien resgurdados con este "arte" burgués y oficial, sin ideas y sin talento, ascéptico y asexual. La revolución caduca y muerta es la que le sienta mejor a los reaccionarios porque aniquila el pensamiento, el talento es un peligro para el poder, la inteligencia cuestiona y ahora lo que impera es el conformismo y el servilismo. Este servilismo ha encumbrado a los mediocres porque los mediocres no cuestionan el poder.

Anónimo dijo...

Esta es la opinión de Enrique Krauze publicada en el periódico Reforma el domingo 8 de Febrero:
Enrique Krauze
Cantos nazis
Reforma

8 Feb. 09

"No es una apología del nazismo, por el contrario", me dice la gentil directora del Museo Universitario Arte Contemporáneo, Graciela de la Torre, antes de entrar a la exhibición Cantos cívicos del artista Miguel Ventura. "Es una crítica feroz", agregan los amables funcionarios que me acompañan en el recorrido. "Este viaje -explica un cartel puesto en la entrada- parte de una parodia a los sistemas totalitarios que tuvieron su mayor significación histórica en el nacionalsocialismo y sus crímenes de lesa humanidad. A partir de allí y hasta nuestros días, estas prácticas sociales y políticas han conocido otros polos de desarrollo que la ficción de Cantos cívicos quiere someter a crítica". La inmediata profusión de suásticas y signos de dólares revela que esos "polos" son, en realidad, un "polo" único: el neoliberalismo. "Al asociar el nazismo al neoliberalismo -se me instruye- el artista representa y denuncia los crímenes de esas ideologías: el neoliberalismo es tan deleznable como el nazismo". Advertido pues de lo que la exposición quiere y no quiere expresar, penetro por un estrecho túnel de plástico transparente al mundo de Ventura.

Se trata de una instalación en tonos predominantemente amarillos y rojos que semeja el interior de una gran casa hecha con cubos de "Lego". Una ornamentación compuesta por miles de pequeñas suásticas de poliuretano. El visitante recorre los pasillos y laberintos, se desvía a recintos laterales, sube un piso, presencia a través del cristal un laboratorio de ratas vivas. Pero el foco de atención no es tanto la estructura física como las imágenes expuestas en sus paredes, que, con un efecto caleidoscópico, presentan la tesis de Ventura.

"Es una parafernalia sin contenido", dice uno de mis acompañantes, y abunda: fue tal el "rechazo" de Ventura al nazismo que desde hace muchos años se puso a coleccionar todo tipo de objetos de aquella época. En mi modesta visión, la "parafernalia" tiene contenido. ¿Qué veo? Veo alineadas cientos de fotos o postales de oficiales nazis, hombres jóvenes en su inmensa mayoría, varios de la S.S., perfectamente limpios, marciales, rubios, arios. Veo también pinturas de oficiales nazis en tiernas escenas familiares, libros de juegos infantiles regalados por el Führer, juguetes alusivos y cuadernos de cantos escolares (que hacen un eco con los coros marciales, los himnos, las canciones o variaciones de la época que los visitantes escuchan en el recorrido). Veo óleos bucólicos, paisajes montañosos, páginas extraídas de revistas y álbumes. En una de las paredes, la marcha visual de los oficiales nazis desemboca de pronto en un collage de recortes homoeróticos. No lejos de allí el paseante puede contemplar una muestra de penes erectos. Hay también figuras de ratas en el piso y platos de excremento en varios muros. El nazismo mexicano está presente (sin explicación) en los textos laudatorios que en 1940 publicó sobre Hitler uno de los mexicanos más célebres de la historia: José Vasconcelos.

Al neoliberalismo, ese otro "poder totalitario" que Ventura ha querido denunciar, se le representa con un despliegue de fotografías de militares estadounidenses, y otras figuras del Establishment de ese país: patronos del arte, jerarcas del dinero (algunos con nombre judío como Rotschild, Rothenberg, Blavatnik), economistas (Milton Friedman). Todos comparten el espacio con Hitler. Pero como el neoliberalismo, bien se sabe, ha infectado a México desde hace varias décadas, Ventura enmarca a Hitler junto a Miguel Alemán, Maximino Ávila Camacho y algunos famosos empresarios mexicanos de los años cuarenta. En otra sección aparecen recortes recientes de páginas sociales, rostros de la burguesía y fotografías de Carlos Salinas de Gortari, acompañado de empresarios muy conocidos. Son los nuevos "nazis" de México.

Noventa mil personas, la mayoría jóvenes, han visitado la exposición. "Discuten mucho", me dice la directora. El dato, confieso, no me convence. ¿Qué clase de parodia es ésta, que, de tan ambigua o tácita, es incapaz de sostenerse por sí misma y tiene que recurrir a "facilitadores" externos que la justifiquen? La obra es tan pretenciosa y autorreferencial, tan complacida de su supuesta y delirante lucidez, que no alcanza a darse cuenta de los inmensos equívocos que propaga. El caos de imágenes y conceptos que acumula se resuelve en un error ético-político verdaderamente grave. Cabe resumirlo en tres argumentos.

Hablar de "totalitarismo" en el mundo moderno sin hacer la menor referencia al totalitarismo comunista es no hablar de totalitarismo. O peor aún, es encubrir al totalitarismo de izquierda. El comunismo en su vertiente soviética y china dejó una estela de terror, hambre y muerte apenas comparable con la del régimen nazi en la Segunda Guerra Mundial. Sólo en el caso de Stalin y Mao (por no mencionar los crímenes de Kim Il Sung y Pol Pot) se trata de decenas de millones de muertos (perfectamente documentados) como resultado de hambrunas, deportaciones, persecuciones, confinamientos, ejecuciones y actos de abierto exterminio.

Una crítica del nazismo que no hace referencia al Holocausto no es una crítica al nazismo: es, por lo menos, un ocultamiento del nazismo. Ventura se regodea (por repulsión, claro está) en los sonoros cantos nazis pero guarda total silencio sobre el Holocausto: ni una imagen, ni una cifra, ni un texto, ni un atisbo. Me pregunto qué pensará un joven preparatoriano que carezca de la información básica sobre el tema (los hornos crematorios, el asesinato sistemático de seis millones de personas incluido un millón de niños) al recorrer la exhibición. ¿Qué elementos tendrá para ponderarla, compararla, "discutirla"?

En opinión de Ventura, "el nazismo es parte de una estructura capitalista occidental que existe todavía hoy bajo muchas formas". Más allá de todos los abusos e injusticias imputables a la economía de mercado o a las tropas norteamericanas en Iraq, ¿son en verdad equiparables al horror nazi? ¿En verdad son lo mismo Hitler y Milton Friedman? ¿Qué estadísticas sustentan esta comparación? Por otra parte, no está de más recordar que el nacionalsocialismo detestaba al liberalismo y sospechaba del libre mercado. En esto sus raíces intelectuales se asemejan más bien a las del socialismo inscrito en su propio nombre.

Cantos cívicos, cuya ambición es convertirse en una "obra de arte total", no es más que un confuso carnaval de símbolos en el que todo equivale y, por eso mismo, todo da igual. Por su fascinación con la estética del nazismo y su rechazo a incorporar el tema del Holocausto, la intención paródica de Ventura no produce una denuncia sino una trivialización.

Eso, en el mejor de los casos. La directora me dice que en una ocasión, a la salida de la exposición, vio a una joven llorar. El dato no me conmueve. En esa circunstancia, su llanto pudo tener cualquier origen menos el del dolor infligido por el nazismo al género humano. Ese dolor no está en la exposición. Ese dolor se enmascara en la exposición. Lo que Ventura dice es... lo que dice que no dice. Su crítica no es crítica: su crítica es propaganda. Cantos cívicos son "Cantos nazis": indignos del maravilloso recinto que los alberga, indignos de la magna institución que, inexplicablemente, los acoge.

Anónimo dijo...

Fui al MUAC, luego regresé a casa, le conté a mi abuelita, ella me dijo que recordaba a su tío, un judío que ya falleció, que se sentaba en la ventana y a veces lloraba mucho recordando.
Me pregunto si pensar que Ventura banaliza el nazismo, al recordar a un judío que lloraba en verdad por sus recuerdos, será cerrarnos ante el supesto arte moderno que no registra, en Cantos cívicos, el dolor de un judío como el tío de mi abuelita, que es un tío lejano mío...

Anónimo dijo...

Hola.
En lo general estoy de acuerdo con lo que, a mi parecer, serían los elementos fundamentales de tu crítica al arte contemporáneo, a la mierda enlatada, a la caja de zapatos, al tipo vomitando grabado en video, etc. Sin embargo, me parece que lo que es una tendencia, una hegemonía la haces ver como si fuera la totalidad.
Como sea, no he ido al MUAC aún, pero en cuanto me enteré de que había causado cierta polémica la obra de Ventura me puse a navegar un rato en el tema. Para empezar, me llamó la atención el tipo de personajes infartados con la obra: Krauze, Zuckerman, etc. Más derechosos y apologetas del la sociedad global actual, pocos. Me gustaría extenderme pero supongo que sería aburrido.
De acuerdo a lo que he leído y escuchado y a las imágenes que he visto, creo que la obra, la instalación, contiene un mensaje crítico: por un lado desenterrar la herencia nazi de la elite político-cultural mexicana de los 30-40, por otro lado, recordar las diferencias al interior de lo idéntico entre nazismo y neoliberalismo – su compromiso con la valorización del valor–, y, finalmente, ponernos de frente con la obscenidad del simulacro, de la apariencia de normalidad y felicidad entre los alemanes arios, o bien por ejemplo, entre los gringos previos al 11-S.
Sin embargo, ese mensaje es totalmente hedonista, autocomplaciente, en tanto que está construido para otra elite: una elite artístico-cultural con el dichoso “capital cultural” para saber de antemano situaciones históricas –no sólo saberlas, sino estar de acuerdo con ciertas perspectivas historiográficas sobre las mismas– que le permitan “comprender” ese mensaje El objetivo de la obra de Ventura no es pues comunicar el mensaje crítico que contiene a cualquier receptor, sino sólo a unos cuantos que se regodean de “saber”. Ello, sin duda, inmediatamente borra su posible poder crítico, así como su valor en tanto obra de arte. Estéticamente hablando, como dirían, no quiero, ni puedo meterme a opinar (me gustaría antes leer Estética como ideología de Terry Eagleton, que al parecer sería una perspectiva acorde con mis supuestos ontológicos).
La obra de Ventura en definitiva se presta a ser vista como una apología del fascismo, en tanto que todo es exaltación y exhuberancia de sus símbolos. Respecto a tu punto de que no se hace referencia directa a las victimas me gustaría señalar lo siguiente. Consideró que para cierto número de personas de esta sociedad, entre las que me incluyo, hemos sido objeto de una sobre-exposición a la tragedia del Holocausto judío. Sobre-exposición en comparación a la poca atención que se le presta a otros holocaustos (Ni el provocado por Stalin ha recibido tanta atención, con todo y que es una excelente arma ideológica para vacunar a los incautos contra el socialismo). También se vuelve obsceno destacar esa atrocidad y no hacer lo mismo con decenas de otras iguales. Para muchos, me parece, no es necesario representar el holocausto judío, crematorios, campos de concentración, etc. No se duda de la atrocidad. Se duda de los intereses detrás de quienes la recuerdan sin recordar otros negros episodios. Hay muchos otros holocaustos y el más reciente como sabemos es el de Gaza. Holocausto debería también considerarse a la matanza sanguinaria de animales detrás de la industria cárnica y demás industrias. El holocausto mejor escondido por esta cínica sociedad.
Como sea, seguro que existen esos grupos de receptores de la obra de Ventura que harían la lectura apologética, que necesitarían un mensaje mucho más claro, para no salir con la sensación de que es simplemente una exaltación del nazismo. No creo, sin embargo, que sean la mayoría.
En suma, para mi la instalación visualmente no aporta mucho, no es un obra de gran relevancia, aunque la crítica soterrada que presenta es interesante e importante, pero nace muerta al no servir más para el regodeo de un puñado. Que el arte (que la forma) podría ser otro, en efecto, pero el contenido lo tiene, no es una mamarrachada salida de la subjetividad alienada de un artista de esos que ni de broma piensan en la inexorabilidad de la política o en eso que algunos llaman la modernidad capitalista.
Pregunta: Saliéndonos un poco del arte plástico ¿Crees que movimientos como el free jazz, el No wave o en la música más académica un Stockhausen o un Xenaquis tampoco serían expresiones artísticas, digo, cualquiera hace “ruiditos”, así como manchas a la Pollock o un video pachecón? ¿no?.
Lo siento, traté de ser breve.

Anónimo dijo...

Hola Avelina:

Publicado hoy en sección CULTURA del periódico REFORMA
sobre La instalación de Miguel Ventura en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo
O lo puedes revisar aquí:
http://blogjesussilvaherzogm.typepad.com/


Por si te interesa, saludos.
Josema Martínez

Avelina Lésper dijo...

Yoni:
La instalación nazi definitivamente no es arte y si es una apología. Si es necesario hablar del Holocausto porque el tema son los nazis, es la presencia predominante, yo no exigiría esta aclaración si no fuera por la masiva exposición de suásticas, yo creo que la Universidad incurrió en un acto de ignorancia y de irresponsabilidad al montar esto, otros Holocaustos no vienen al caso, la omisión fundamental es la del Holocausto Judío. En relación al arte: la colección desenfrenada de objetos de un tema se llama fetichismo, eso no es arte, aquí yo hago notar algo grave, vender y comprar estos objetos es un delito en USA y en la UE, pero cualquier amasijo de objetos, el coleccionismo maniaco es te repito fetichismo, no arte, cualquier colección es apologética todos lo saben y que la UNAM exhiba esta es una ofensa contra sus miembros y contra los que asistimos al museo.

Avelina Lésper dijo...

Publicado por Tomás Lajous en el Blog de Jesús Silva-Herzog Marquéz en respuesta a su apología a la instalación nazi.

Profesor -

Muchas gracias por la respuesta. En la búsqueda de criterios, la curación del MUAC perdió todo criterio. Cómo lo hay para la primera enmienda de la constitución americana (aunque no aplica a México, ni a nuestra comunidad, es un buen referente común a la libertad de expresión, creo) , deben de haber límites a lo que se deja al criterio libre o a la falta del mismo---en particular en nuestra Universidad. No estoy hablando de clases de civismo, sino de la responsabilidad para con el espectador---y con nuestra Universidad. El coso es altamente ofensivo. Hace enormes crímenes de omisión, al omitir los enormes crímenes. De eso no me queda ninguna duda. Y sí cuestiono la vision "limitless" que plantea el "un criterio válido para la inclusión de un poema el que el tema del verso sea bonito".

Yo no tengo problema con el arte de lo grotesco (o sea, con el "tema del verso"), en el que Lynch nos muestra el valor de la banalización de lo grotesco---y la grotes-queización de lo banal. Pero hay límites. Lynch es muy cuidadoso en siempre mostrar todo lo grotesco del tema o del personaje en cuestión. Laura Palmer no es sólo la reina del baile. Laura Palmer es un personaje sórdido. Leland Palmer aún más. Y Lynch tiene el cuidado de siempre mostrarnos, en sus personajes o en nosotros mismos (cómo la escena voyeurística de la violación de Dorothy que se transmite a uno---causándole al espectador el sentimiento voyeurístico de Jeffrey y el rapaz de Frank y causándonos a todos, menos a los sociópatas, vergüenza profunda sobre nuestra condición humana) todos los aspectos: los eróticos y los grotescos. Nunca omite lo grotesco. Nunca omite el crímen. Cualquier banalización va acompañada de su descalificación. Lynch, cuál curador, nos guía a sentir repulsión no sólo por los sentimientos de los personajes sino por los propios. Lynch nos ayuda a entender, y con filmografía glosa las banalizaciones, siempre mostrando ambos lados (el banal y el grotesco) y siempre llevándonos a su condena, a su descalificación, y a nuestra vergüenza. Y no es un a clase de civismo.

OK, mi ejemplo es absurdo. Pero el punto que hago es que hay tres discusiones: 1) el contenido; 2) la omisión de contenido; y 3) la labor curatorial. El (1) contenido del coso es absurdo y ofensivo---pero no necesito entrar a él ya que muchos lo han hecho y muy bien. En buena parte porque lo más grave es (2) la omisión de contenido---es inaceptable hacer omisión a los enormes crímenes, siendo este, cómo posito arriba, un enorme crímen de omisión. De nuevo, gente mucho más preparada que yo ya ha argumentado esto. Entonces podemos discutir sobre el coso, ad nauseum, pero creo (y espero) que compartimos el disgusto y la ofensa por el mismo.

El punto de contención entonces es el (3). Si el "artista" omite, es responsabilidad del curador (más allá de nunca haber seleccionado el coso...) resolver la omisión con glosas. Los curadores dieron explicación y contexto a los readymades, a Guernika; Lynch al sadomasoquísmo, a la violación, etc. Pero si la glosa es necesaria no para explicar, sino para evitar enormes ofensas quiere decir que el coso viola los límites del "tema del verso". Y el coso genera enormes ofensas. Y está plagado por el crímen de omisión. Al "artista" no hay que ni darle lugar, lo que hay que cuestionar más profundamente es la curación (que no le debió de haber dado lugar de entrada). El curador se debe de asegurar de que cualquier banalización de un tema tan complejo cómo el nacionalsocialismo SIEMPRE esté acompañado por su condena, por su descalificación, por nuestra vergüenza profunda. Este debe de ser uno de los "criterios selectivos". Al no hacerlo, el curador comete entonces un crímen de omisión más grande (y es cómplice del del "artista"). Y el curador es clave, después de la muerte del autor. O sea, el curador es culpable, después de la muerte del autor---de que la referencia al nacionalsocialismo no cause el repudio que merece, no cause su condenda y su descalificación, no cause nuestra vergüenza profunda.

Sobre todo porque (y añado el 4) es nuestra Universidad---ni del "artista", ni del curador, ni de Nina Menocal. La responsabilidad es con nosotros, no con ellos (excepto cómo miebros de la comunidad Universitaria y como mexicanso, etc). La labor del curador Universitario es distinta a la del curador de una galería. MI Universidad debe de defender MI derecho a no ser ofendido---que debiera ser el más preciado de todos, cómo postulan los límites de la primera enmienda (cómo referente snecillo de un tema complejo) y la epígrafe básica del Juarismo. Si algo que hace la Universidad aliena/ofende a los Universitarios, entonces lo está haciendo mal. A mi, por lo pronto, ya me alienó/ofendió. Este debería de ser un criterio fundamental de los "criterios selectivos". Trístemente, parece no serlo.

Regresando a la parábola editorial, ¿cuál debiera ser nuestra reacción si la Gaceta UNAM publicara textos de Ahmadinejad o de Harry Elmer Barnes negando el Holocausto---sin glosa? ¿O textos hablando del nacionalsocialismo sin mencionar el Holocausto---sin glosa?

Saludos,
TL

guillermo sepulveda treviño dijo...

QUERIDA AVELINA,
EL DIA DE AYER FUI A VISITAR EL MUAC. TENIAS RAZON. A PIECE OF SHIT. ENTRE Y SALI EN BLANCO. NINGUN ESTIMULO EMOCIONAL O INTELECTUAL. QUIEN HIZO LA CURADURIA? Y LA MUSEOGRAFIA PESIMA? LO QUE SUPONE LA INAUGURACION DEL MUSEO DE ARTE CONTEMPORANEO MAS IMPORTANTE DE MEXICO?, PARECE MAS BIEN UNA MUESTRA DE CIERRE, DE FINAL: DESGASTADA, VIEJA, OBSOLETA Y DECADENTE. AL SALIR UNA JOVEN ME PIDE MI OPINION? SOLO LE PUDE DECIR POBRE MEXICO, POBRE UNIVERSIDAD, CUANTO GASTO PARA ENSEÑAR QUE? OTRO ESPACIO MAS DE LO MISMO DEL MUCA, MUSEO TAMAYO, MUSEO CARRILLO GIL, JUMEX....ETC. PORQUE TANTA ACTIVIDAD OFICIALIZADA DE LO MISMO? SERA QUE LOS CURADORES, GALERIAS Y DIRECTORES YA ENCONTRARON SU MINITA, SIN LA MINIMA RESISTENCIA. PUES COMO ELLOS "LOS EXPERTOS DICEN" NADIE ENTIENDE NADA, TODOS SOMOS UNA BOLA DE IGNORANTES. PUES ES UN ARTE HECHO PARA LAS MASAS? PARA TODOS? PUES NO SE NECESITA NINGUNA ESPECIALIDAD, ESTUDIO O EXPERIENCIA PREVIA PARA APRECIARLO?
AVELINA LO QUE PUEDO CONCLUIR, ES QUE NINGUNO DE ESTOS ACTORES AMA AL ARTE. TEORICOS INSENSIBLES "SPEECH MAKERS" QUE JAMAS HAN VIVIDO LA EXPERIENCIA DEL ARTE.
DE ESO ESTAMOS LLENOS. TU LO SABES.
UN ABRAZO,
GUILLERMO

Avelina Lésper dijo...

Guillermo:
La exposición del MUAC, es tan limitada y mediocre que denuncia el bajo nivel de esto que llaman arte. La curaduría la hizo, entre otros, Cuauhtémoc Medina. Si nos ponemos a enumerar las piezas y su descripción no se requieren comentarios: una foto de un rollo de papel de baño, una colección de tapitas de refrescos, cobijas sucias colgadas, el objeto sin forma con una cabeza de artesanía egipcia, etcétera. Se olvidan de que el arte tiene que despertar admiración, tiene que emocionar, y es alarmante que todos los espacios están dedicados a lo mismo, el anti-arte es el arte oficial, están venerando algo que no vale para sostener una modernidad que no existe y un talento invisible. Las bromas vacías de una época del arte están perpetuadas en sitios de los que antes ellos mismos se burlaban. Es importante notar que justamente los que no pueden crear arte están tratando de acabar con el arte. En esto ¿cuál es el lugar de las instituciones? Tendrían que reconocer cuando algo no es arte y solamente representa a una galería y sus negocios. Lo que ves en el MUAC es invendible, todo lo que está ahí no se hubiera vendido nunca en una galería, es una realidad que el MUAC les hizo el gran negocio comprándoles todo y está apoyando una forma del arte que no tiene las armas estéticas suficientes para mantenerse. Como tú dices pobre universidad.